¡Vaya jornada! Está la cosa emocionante, ¿no le parece?
Mucho. Estoy deseando que termine esta entrevista para poner la radio. Hacía mucho tiempo que no llegábamos a un final tan emocionante, con tres equipos con posibilidades de ganar. Cuando se publique esto, ya habremos salido de dudas. O a lo mejor no.
Yo me refería a la jornada electoral de las europeas…
Ah, perdone; pensaba que se refería a la jornada de liga.
No le culpo. Las páginas políticas se parecen cada vez más a las páginas deportivas.
No sé si es culpa de los medios o de mi cabeza, pero es cierto: algunas veces pienso en la Liga como si fueran las elecciones europeas y otras veces leo las informaciones de campaña y los sondeos del CIS como si fueran crónicas deportivas. En alguna ocasión me he sorprendido pensando: “Ojalá no gane la Liga ninguno de los dos grandes. Esta temporada hay que votar al Atleti” He llegado a decirme: “Como Izquierda Unida pierda en casa, y a los socialistas les pese demasiado lo del entrenador, el PP se lleva la Liga”. Y me sucede lo mismo con la información económica: cada vez tengo más dificultades para distinguirla de la información meteorológica. Leo que el empleo es precario y pienso: “Claro, es que no ha llovido nada este año”. Leo que sube el paro y lo achaco al cambio climático.
¿Le parece que esa confusión es cosa de su edad o un fenómeno inducido?
En el caso de la información económica no me cabe duda de que se trata de una manipulación consciente del lenguaje. Se trata de que el aumento del paro o del empleo precario no sea culpa de nadie. ¿A quién podemos responsabilizar de un año seco? Al capricho de la naturaleza. Pues lo mismo con los trabajos basura. La ministra de empleo no se encomienda a la Virgen porque sea una meapilas, sino como parte de una estrategia que consiste en responsabilizar a la magia, al clima o a las fuerzas telúricas de la situación económica del país. En el caso del fútbol y la política, sucede un poco de todo. Mi cabeza no es la de antes, desde luego; pero si los medios de comunicación no hubieran caído tan fácilmente en la trampa de los partidos, tampoco me pasaría eso.
Cuando dice “partidos” ¿se refiere a los partidos de fútbol o a los partidos políticos?
En este caso a los partidos políticos.
¿Por qué cree que los partidos políticos han tendido una trampa? ¿Por qué cree que les interesa convertir las elecciones en partidos de fútbol?
Porque en los partidos de fútbol uno toma partido (vaya por dios, otra vez aparece esta palabrita), uno toma partido, digo, con las vísceras, con las emociones. Los partidos políticos hacen aflorar en la política las pasiones del deporte para convertir a los electores en hooligans. Los hoolingans no analizan la conveniencia de una alternativa u otra; se mueven por adhesiones emocionales. “Nosotros” contra “los otros”. Los hinchas no piensan en términos de conveniencia política, sino en términos de “estos son mis colores” y “esos son los colores del contrario”. A los grandes equipos, perdón, a los grandes partidos políticos no les interesa que el ciudadano se detenga a reflexionar sobre lo que ha sucedido estos años ni a hacer memoria: ¿cuándo empezó todo esto? ¿Quién estaba en el poder? ¿Qué hicieron? ¿Qué pasó luego? ¿Tiene alguien la culpa? ¿Ha pagado alguien los platos rotos? ¿Hemos salido a la calle? ¿Éramos muchos? ¿Qué pedíamos? ¿Quién respondió? Contestarse a estas preguntas y a otras semejantes no puede traer nada bueno ni al PSOE ni al PP. Así que es mejor votar con el corazón. Por mucha simpatía que despierte el Atleti en los algunos hinchas del Madrid o de Barcelona, a la hora de la verdad, estos siempre acabarán gritando “¡Hala Madrid!” o “Visca el Barça!”
¡Vaya jornada! Está la cosa emocionante, ¿no le parece?
Mucho. Estoy deseando que termine esta entrevista para poner la radio. Hacía mucho tiempo que no llegábamos a un final tan emocionante, con tres equipos con posibilidades de ganar. Cuando se publique esto, ya habremos salido de dudas. O a lo mejor no.