Ángela González Carreño perdió a su hija en 2003 al ser asesinada por su exmarido en un régimen de visitas. Desde entonces no ha dejado de luchar en los tribunales exigiendo justicia. En el año 2012 llevó su caso ante las Naciones Unidas y consiguió que España fuera condenada por no proteger a las mujeres y a sus hijos e hijas víctimas de violencia de género. A día de hoy sigue esperando y exigiendo que España cumpla con las medidas establecidas en esta condena.
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