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Europa no sabe qué hacer con millones de toneladas de papel y cartón para reciclar

En Europa hay en estos momentos unos 6 millones de toneladas de papel y cartón recuperado para su reciclaje con los que no se sabe qué hacer. Según ha alertado esta misma semana la Asociación Española de Recicladores Recuperadores de Papel y Cartón (Repacar), el mercado europeo está “al borde del colapso” debido a la falta de demanda y la caída de los precios de este material que se acumula en los almacenes de las instalaciones.

Para esta organización, la causa de este exceso de papel y cartón recuperado está en las restricciones de China a las exportaciones de residuos europeos. Si bien el envío a otros países es a veces solo una forma poco ética de desembarazarse de desechos complicados, según defiende el director de Repacar, Manuel Domínguez, en este caso lo que se exporta son restos de papel y cartón ya clasificados y empaquetados en fardos, que pueden utilizarse directamente como materia prima en las papeleras que fabrican nuevo material.

“El envío de materiales a cualquier país debe hacerse con toda la seguridad y la mayor calidad del residuo posible, pero no podemos olvidar que esto es un mercado global como el de cualquier otro bien u otra materia prima”, incide Domínguez, que recalca el exceso de papel y cartón recuperado también en España. “Si te das un paseo por las plantas de los gestores de nuestro país verás que las capacidades de almacenamiento están al máximo”, señala el director. “Materia prima secundaria lista para ser consumida queda almacenada, con todos los riesgos que esto supone, como los incendios”.

En España se recuperaron cerca de 4,5 millones de toneladas de papel y cartón en 2018. Alrededor de un 20% de esta cantidad corresponde a lo que sale de los contenedores azules que utilizan los ciudadanos, pero a esto hay que añadir la recogida de embalajes de los comercios, de las grandes superficies de distribución, de los puntos limpios o de la propia industria papelera. Es fibra con la que se puede volver a fabricar otra vez papel y cartón, evitando el uso de material virgen. Para este sector, una vez que estos restos son clasificados y enfardados dejan de ser tratados como un residuo y pasan a considerarse materia prima secundaria para fabricar nuevo papel o cartón. Así comienza un viaje que en ocasiones puede alcanzar distancias sorprendentes.

Hasta hace poco, gran parte del cartón que llegaba de China como embalaje de televisores, equipos electrónicos, electrodomésticos… regresaba de nuevo a ese país como balas de papel y cartón con el que volver a fabricar envoltorios para otros bienes de consumo. Sin embargo, el cierre de las fronteras chinas a los residuos europeos ha dejado sin salida a mucho de este material, provocando la caída de los precios del papel y cartón recuperado en Europa y poniendo en serios apuros al sector.

En lo que se refiere a las estadísticas españolas, según los datos de Repacar procedentes del Departamento de Aduanas Estatal de Administración Tributaria (AEAT), las exportaciones de papel y cartón hacia China bajaron en 2018 de 671.474 toneladas a 348.899. Mientras que ese mismo año empresas españolas importaron 988.968 toneladas de Francia, 219.232 de Portugal o 25.257 de EEUU.

“En los cuatro primeros meses de 2019, se han traído desde Francia casi 400.000 toneladas, cuando aquí tenemos más de 250.000 toneladas en nuestros almacenes”, señala Domínguez, que reconoce que “en nuestro país, hay flujos de residuos, sobre todo los que proceden de algunos municipios, que tienen muy mala calidad”. “En un contexto de mercado como el actual, en el que hay mucha oferta de material, estos flujos van a tener muy complicado su consumo posterior como recurso”, añade.

¿Tiene sentido desde un punto de vista ambiental que los residuos aprovechados como materia prima viajen tanto? “En un mundo como el de hoy es imposible cuadrar el lugar donde se produce el bien de consumo y el lugar donde se produce el residuo”, subraya Domínguez, que asegura que “en Europa somos consumidores de bienes que vienen envasados de otros países, de otros mercados como el asiático”.

Con todo, el director de Repacar reconoce que con el cierre de sus fronteras, China está mejorando sus sistemas de reciclaje internos, que están proliferando como una actividad muy rentable, con unos precios muy altos. “Se está generando un tejido empresarial en China que antes no había, pues no existía casi recogida interna”.

Aparte de los mercados internacionales, otro de los factores que está cambiando el sector del papel y cartón recuperado son los propios hábitos de consumo de los ciudadanos. Si hasta ahora ha sido muy importante la recogida de embalajes en las grandes superficies de distribución, como consecuencia del comercio electrónico se está viendo un desplazamiento de la generación de residuos hacia los domicilios particulares. “Compramos online y nos traen las cosas empaquetadas a casa”, recalca Domínguez, que considera que esto mismo hace todavía más importante la contribución ciudadana para separar bien estos materiales.

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