La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha pedido a los ciudadanos que empiecen a tomar estrategias personales para protegerse de la contaminación del aire.
En un comunicado publicado a principios de diciembre basado en un artículo de la revista científica European Respiratory Journal, la sociedad médica advierte de que las muertes por contaminación se han subestimado y que es necesario que las personas empiecen a tomar sus propias medidas de forma individual porque “no bastan solo las políticas públicas que se ponen en marcha”.
Entre las recomendaciones presentadas en el documento (se incluyen completas más abajo) aparecen algunas como caminar por las calles con menos tráfico, evitar hacer ejercicio en zonas con altos niveles de contaminación o usar mascarillas N95, a pesar de no ser eficientes para todos los gases o partículas.
La doctora Isabel Urrutia de SEPAR es consciente de que se trata de medidas muy limitadas. “No debe ser engañoso”, explica por teléfono, “esto es solo una actuación más en un conjunto de acciones que debemos realizar, pero ni mucho menos la principal. Los más implicados en realidad son las administraciones que deberían tomar medidas valientes, pero a los políticos les cuesta mucho tomar pasos que no sean políticamente correctos y supongan oposición”.
Isabel Urrutia pone el ejemplo de Bilbao, la ciudad donde ella vive y que limitó recientemente en todas sus calles la velocidad del tráfico a 30 Km por hora. “La ciudadanía no quiere que haya mortalidad ni enfermedades”, dice, “pero cuando se toma una actuación para disminuir la contaminación protesta. Por eso es necesario que haya una divulgación científica tranquila en la que se transmita el mensaje de lo mala que es la contaminación, lo cual está más que demostrado”.
Para Julio Díaz, jefe del Departamento de Epidemiología y Bioestadística del Instituto de Salud Carlos III, sin embargo, es peligroso poner el énfasis en la responsabilidad del individuo. Aunque los consejos para minimizar los riesgos siempre son útiles, en su opinión es cuestionable que puedan adoptarse, para empezar por un problema básico: ¿cómo saben los individuos cuándo hay mucha contaminación?
“El ciudadano no tiene normalmente esa información y, en la mayoría de los casos, los datos que puede encontrar se refieren a fechas pasadas y no a pronósticos fiables”, nos explica, “así que, ¿cómo va a decidir a qué hora va a salir a hacer ejercicio? Para ello debería haber unos buenos sistemas de información que le permitan tomar estas decisiones”.
Y eso en el caso de que pueda escoger. “Uno puede dejar de beber un tipo de agua u optar entre varios tipos de alimentos, pero con el aire no puedo elegir”, dice. “No hay que pasarle el problema al ciudadano, o al menos hay que tener mucho cuidado, porque al final hay mucha información de la que carece y la responsabilidad de que se pueda respirar aire limpio es de la administración”.
Isabel Urrutia cree que hay buscar soluciones desde todos los ámbitos: políticos, médicos, pacientes o ciudadanos. “Hablamos de que es algo que no solo afecta a los pacientes crónicos respiratorios, con recaídas e ingresos, sino que ahora también hay evidencia de que es un factor de riesgo para desarrollar asma o EPOC. Vemos a niños con disminución de la función pulmonar sin haber fumado nunca. Y también es una causa de infecciones respiratorias. La contaminación es malísima y ese es el mensaje que hay que transmitir”.
Recomendaciones para minimizar la contaminación del aire ambiental:
• Llevar respiradores de partículas ajustados, como las mascarillas N95, cuando los niveles de la contaminación ambiental sean altos o se viaje a áreas con altos niveles ambientales de contaminación del aire.
• Cambiar del transporte motorizado al transporte activo, como andar o ir en bicicleta.
• Elegir rutas de viaje que minimicen el tráfico cercano a la carretera para evitar la exposición a la contaminación del aire, donde haya poco tráfico, rutas y recorridos con los espacios abiertos, minimizar los viajes durante las horas pico y evitar retrasos en áreas de alta contaminación del aire cuando sea posible.
• Optimizar el estilo de conducción y la conducción del vehículo, como conducir con las ventanillas cerradas en medio del tráfico, mantener los sistemas de filtración del aire del automóvil y evitar el motor inactivo.
• Hacer ejercicio al aire libre de forma regular, pero de forma moderada cuando haya niveles de contaminación del aire altos.
• Estar atentos a los niveles de contaminación locales.
Recomendaciones para minimizar la exposición personal a la contaminación del aire doméstico:
• Utilizar combustibles limpios y asegurarse de que el hogar tenga ventilación donde sea posible y adoptar mejoras en estufas, donde los recursos sean suficientes.
• Usar limpiadores de aire portátiles combinados con medidas para reducir la fuente de consumo doméstico, contaminación del aire y estrategias para mejorar ventilación.
Y, por último, esta publicación apela a que los ciudadanos tengan presentes que existen dos recomendaciones más que pueden ser modificadores de los efectos de la contaminación:
• Tratarse del asma, la EPOC u otras afecciones respiratorias, pues tener estas enfermedades bajo control es crucial para combatir el riesgo aumentado de la contaminación del aire ambiental o doméstica.
• Modificar la dieta y complementarla con antioxidantes o agentes inflamatorios, porque una dieta equilibrada se asocia con una disminución del riesgo de enfermedades crónicas.