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El aumento del CO2 de la aviación mundial en los últimos cinco años equivale a 50 nuevas centrales eléctricas de carbón

Las emisiones de la aviación mundial para el transporte de viajeros han aumentado un 32% en los últimos cinco años y equivaldrían a la construcción de 50 nuevas plantas eléctricas de carbón. Es el cálculo del Consejo Internacional para el Transporte Limpio (ICCT), que hoy publica un exhaustivo estudio sobre el impacto ambiental de la industria de los aviones.

Este organismo independiente, el mismo que publicó las mentiras generalizadas de los fabricantes de coches sobre el CO2 en Europa, va más allá y aporta datos nuevos y propios para aclarar que el sector está subestimando sus propias emisiones.

“A pesar de que la ICAO [Organización de Aviación Civil Internacional] y la IATA [Asociación Internacional del Transporte Aéreo] publican estadísticas cada año, hay muy poca información disponible sobre el combustible quemado o su eficiencia, como tampoco sobre las emisiones de CO a nivel regional o nacional. Así los gobiernos no pueden determinar la cantidad precisa de emisiones de los vuelos que salen de cada país ni distinguir las emisiones de pasajeros y mercancías”, explican sus autores.

Lo que han hecho los autores del estudio es cuantificar la cantidad de combustible que queman los aparatos en todo el mundo a partir de información sobre su rendimiento, las operaciones de las aerolíneas y de los aeropuertos, y la demanda. Después, han calculado cuánto combustible se quema para obtener las emisiones de CO equivalentes.

Y el resultado que han obtenido es que la aviación mundial entre pasajeros y mercancías lanzó en 2018 un total de 918 millones de toneladas de CO a la atmósfera, un 2% más que las cifras oficiales publicadas por IATA. El dato habla en realidad del transporte de personas, pues este representa el 81% de todos los vuelos. Pero la industria no solo estaría calculando a la baja las emisiones actuales, sino la proyección que hace a futuro. Según el ICCT, el CO emitido por los aviones crecerá un 70% más que lo que reconoce o sabe el sector.

Cuando se incluye información de los aeropuertos de salida y de llegada de cada vuelo de pasajeros, se puede saber las rutas que más impacto están teniendo en el aumento de las emisiones. Según el ICCT, los viajes dentro de Asia tuvieron en 2018 mayor impacto (25% de las emisiones) que Europa (14%).

Lo interesante es que tantos detalles llevan a comprobar lo desigual que es la responsabilidad de los países en el aumento de las emisiones por viajar en avión. Mientras aquellos con mayores ingresos generan el 62% de las emisiones, los más pobres, donde vive la mitad del planeta, solo representan el 10%.

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