La última revisión de las emisiones de CO en el conjunto de los países de la Unión Europea arroja dos datos negativos: el primero es que en 2017 subieron un 0,6% las emisiones causantes del cambio climático en la UE, el segundo es que España fue el país dónde más aumentaron esas emisiones en términos absolutos (con 14 millones de toneladas extra de CO con respecto a 2016). ¿Somos los españoles los que peor lo estamos haciendo con el cambio climático en Europa?
Antes de nada, conviene analizar la situación de conjunto. Como se detalla en la última evaluación de la Agencia Europea de Medio Ambiente, las emisiones en la UE fueron en 2017 de más de 4.400 millones de toneladas de CO. Y, de este total, hay un país con más emisiones que ningún otro con diferencia: Alemania, que ese mismo año emitió unos 905 millones de toneladas de CO. En realidad, solo seis países generan el 70% de las emisiones globales de la UE: Alemania (21%), Reino Unido (11%), Francia (11%), Italia (10%), Polonia (9%) y España (8%).
Para ser justos, hay que considerar la cantidad de población de cada país, pues Alemania tiene más de 82 millones de habitantes, no se puede comparar su impacto con el de otros estados mucho más pequeños. Si se calculan las emisiones per cápita, resulta que un alemán emite de media unas 10,9 toneladas al año, un español 7,2 toneladas y un francés 6,9 toneladas. Mirándolo de esta forma, la nación campeona en la lucha contra el cambio climático es Suecia, con solo 5,1 toneladas al año per cápita, y la que más emite, Luxemburgo, un territorio con apenas 600.000 habitantes desde en el que se lanzan a la atmósfera ¡17 toneladas! anuales por persona.
Por supuesto, también estaría bien saber qué parte de las reducciones de emisiones de los países de los últimos años se debieron a acciones políticas y qué parte a la crisis económica.
El informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente analiza cómo están evolucionando los países para el cumplimiento de los compromisos de reducción adquiridos en el seno de la UE. La primera meta está fijada en 2020: para ese año los países de la UE deben reducir un 20% sus emisiones de forma global respecto a las de 1990. La segunda es para 2030: recortar un 40% las emisiones respecto a 1990.
La agencia europea señala a ocho países como los que más se están apartando de sus compromisos de reducción: Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Finlandia, Irlanda y Malta. No obstante, da por hecho que, de forma global, se llegará al objetivo para 2020, pues en 2016 las emisiones conjuntas de la UE ya fueron un 22% menores, una bajada que no se ve amenazada por la subida del 0,6% de 2017.
El desafío más complicado es 2030. Como incide la Agencia Europea de Medio Ambiente, con los esfuerzos actuales no se llegaría a ese objetivo. No en vano, para lograrlo los países de la UE deberán reducir entre 2020 y 2030 unos 79 millones de toneladas de CO al año, el equivalente a hacer desaparecer todas las emisiones de un país como Austria cada año.
Aunque España no está ahora mismo entre los países más atrasados en sus compromisos, resulta una mala noticia que sus emisiones estén subiendo de nuevo, dado el enorme reto de reducción por delante. Como incide la agencia europea, el aumento de 14 millones extra de toneladas de CO en 2017 se debe principalmente al incremento de los combustibles fósiles en España: carbón (+28%), gas (+10%) y petróleo (+1%). Y esto tiene que ver con la subida de las emisiones procedentes del uso de la energía en la industria (+15,3%) y en el transporte (+2,6%).
Todavía a más largo plazo, el siguiente objetivo marcado por la UE es llegar a una reducción de 80-95% en 2050. Para conseguirlo, la agencia europea calcula que la UE debería recortar de forma global 114 millones de toneladas de CO anuales de 2030 hasta esa fecha, tanto como acabar con todas las emisiones de una Bélgica actual al año.
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