Calentar antes de ponerse a hacer ejercicio es importante. Ayuda a reducir el número de posibles lesiones. Hay trabajos, como el realizado por un grupo de científicos británicos, que así lo atestiguan. Pero los estiramientos, que en muchos casos suelen acompañar a ese calentamiento, no parecen ser tan eficaces.
Dos estudios –realizados con más de 2.600 reclutas del Ejército de EE.UU. en total– indican que una rutina de estiramientos diarios a lo largo de tres meses no reduce de manera apreciable el riesgo de lesiones. Otro ensayo más reciente, con casi 2.400 aficionados al deporte, arroja resultados muy similares.
El doctor Rob Herbert, del Centro para la Investigación de la Neurociencia de Australia, revisó un número importante de trabajos y estudios sobre la materia y llegó a la conclusión de que “desde el punto de vista clínico, el estiramiento muscular, ya se lleve a cabo antes o después de hacer ejercicio –o en ambas ocasiones–, no produce reducciones relevantes de los dolores musculares (…) en adultos sanos”.
Flexibilidad y fuerza
El doctor Herbert también ha intentado profundizar en el impacto de los estiramientos sobre otros dos factores muy relacionados: la mayor flexibilidad del cuerpo y la capacidad de los músculos a la hora de hacer fuerza.
Con otros científicos, colaboró en un estudio que demuestra que los estiramientos aumentan la flexibilidad de una forma importante. Pero su efecto es transitorio. Una vez que se deja de estirar, la flexibilidad vuelve a sus niveles anteriores en cuestión de escasos minutos.
Según Herbert, hay cosas que vemos todos los días que nos llevarían a pensar que hay una relación directa entre estiramientos y flexibilidad. “Los bailarines o los profesores de yoga (…) tienden a ser más flexibles que el resto”, dice. “Pero, esa relación está resultando muy difícil de demostrarse en experimentos controlados”.
¿Y el impacto de los estiramientos sobre la fuerza? Es habitual que produzcan una pequeña reducción con carácter temporal en la fuerza de los músculos estirados, afirma un trabajo de la Universidad de Zagreb.
Entonces; ¿qué hacemos? Según el doctor Herbert, las personas que practican un deporte por afición, si estiran, “no van a sufrir ningún daño”, aunque los beneficios de hacerlo sean marginales. “Si te gusta estirar, estira. Si no te gusta, no lo hagas y no te sientas culpable por no hacerlo”, dice.
Para los atletas de alto nivel, hay más en juego y la decisión es más difícil. Los estiramientos pueden aumentar el rendimiento en los deportes que requieran una gran flexibilidad a corto plazo, pero también pueden disminuir temporalmente la fuerza muscular. “Tiene más sentido si eres un corredor de vallas que si eres un levantador de pesas”.