La expectativa de vida en España (83,2 años) es la segunda más alta de los países que analiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según el informe Panorama de la salud 2015 publicado ayer. Solo Japón (83,4 años) supera la longevidad española. Sin embargo, la OCDE advierte que hay una amenaza en el horizonte: el crecimiento de los casos de sobrepeso en España, especialmente entre la población infantil.
Según el estudio, que se realiza desde el año 2000, España ha tenido una progresión en términos de longevidad mucho más rápida que la media de los países analizados. “Este progreso ha sido impulsado por las grandes reducciones en la mortalidad de enfermedades cardiovasculares, tanto entre hombres como entre mujeres”, dice el informe.
Y si bien la tasa de fumadores diarios entre adultos ha bajado en España desde el 32% en 2000 hasta el 24% que refleja el actual informe, el dato todavía es alto para el promedio de la OCDE (20%).
También se ha reducido “drásticamente” el consumo de alcohol en el país, pero todavía es muy relevante. Una señal de alarma: “El 20% de personas que más bebe [en España] consume casi el 60% de todo el alcohol”.
Pero lo que más preocupa a los autores del informe es el crecimiento de las tasas de obesidad. A principios de siglo, afectaba a uno de cada ocho adultos españoles (12,6%). Ahora ya afecta a uno de cada seis adultos (16,6%).
La progresión, pese a que el promedio de la OCDE es del 19%, es rápida y especialmente preocupante, no solo entre adultos, sino también entre los menores.
“Tres de cada diez niños y niñas tienen sobrepeso u obesidad en España”, apunta el informe, que advierte de que “las crecientes tasas de sobrepeso y obesidad infantiles probablemente se convertirán en tasas de obesidad en adultos aún más elevadas en el futuro, amenazando así el progreso que se ha llevado a cabo en la reducción de la mortalidad debido a enfermedades cardiovasculares”.
La OCDE recomienda tomar medidas contra el tabaquismo, el consumo de alcohol y la obesidad y mejorar la asistencia sanitaria ofrecida al “creciente número de personas (…) con enfermedades crónicas”. También sugiere, entre otras cosas, mejorar los servicios de urgencias. Para eso habrá que invertir más en salud. La propia OCDE decía este verano que España era uno de los países en los que más se ha reducido el gasto sanitario durante la crisis.