Pescadores y ecologistas unidos por el bien común, una escena poco habitual la que se ha podido ver hoy en Bilbao a bordo del ‘Artic Sunrise’. El barco de Greenpeace amarrado junto al museo marítimo ha servido de escenario para que Arrantzales y activistas de la organización ecologista reivindiquen la pesca tradicional vasca frente a los buques faeneros industriales. El mensaje es claro: el estilo artesanal típico de los puertos de Euskadi es una garantía de sostenibilidad para el sector, tanto del empleo como del medio ambiente.
A primera vista, los datos parecen darles la razón. Desde que se firmó la última Política Pesquera Comun, cuya renovación se está debatiendo ahora mismo en Bruselas, se han destruido 800 empleos entre los arrantzales vascos, el 22,7% del total. Esta eliminación de puestos de trabajo ha sido, además, más pronunciada entre las personas dedicadas a la pesca industrial en Euskadi, donde se han perdido el 25,4%. En el conjunto del Estado los datos son aún más preocupantes, con una destrucción de 52.000 empleos desde 1992, el 60% del total.
“Aunque estas cifras no parezcan muy grandes comparadas con los 6 millones de parados que tenemos, son enormes para el sector y de continuar así para 2023 se habrán perdido otros 23.000 empleos”, ha augurado Mario Rodríguez, director de Greenpeace en España. Por este motivo, la organización ecologista reivindica la forma tradicional de pesca de los arrantzalez, “porque es la que garantiza el 60% del empleo del sector”.
También ven otros aspectos positivos en sus prácticas como el uso exclusivo de artes pasivas, sin tirar de redes de arrastre, el respeto total a las normativas e incluso que son capaces de autoimponerse reglas aún más estrictas que las de los gobiernos. Una forma de trabajar que creen que garantiza tanto la sostenibilidad del empleo como la de los mares y los bancos de peces.
Los activistas de Greenpeace han estado acompañados por Javier Sarobe, arrantzale vizcaíno y patrón de un barco de 11 metros desde hace 15 años. Sarobe ha descrito las dificultades por las que pasan actualmente, con especial mención para la competencia desleal que les hacen los buques de tamaño industrial. “Hace diez años nos pagaban el kilo de merluza a 6 euros y ahora nos lo están pagando a 2 por todo el género que se trae de fuera y tirado de precio”, ha explicado.
También ha citado la problemática actual del verdel, cuya sobrepesca durante los últimos años ha provocado que ahora tengan limitadas las capturas a la mitad. “El problema es que la sobrepesca la han hecho algunos barcos y ahora estamos pagando todos las consecuencias”, ha criticado. El resultado de esta situación es que antes podían estar hasta tres meses pescando verdel y durante la última temporada sólo le pudieron dedicar diez días. “Por eso debemos impulsar esta iniciativa, porque es en defensa de nuestros intereses y quiere preservar nuestra forma de vida”, ha concluido.
El ‘Artic Sunrise’ estará amarrado en Bilbao hasta el próximo sábado 18 de mayo. Mañana por la mañana representantes del Gobierno vasco, de Bildu y del PSE se reunirán con los activistas de Greenpeace y con los arrantzales para escuchas reclamaciones. Sin embargo, siguen pidiendo que alguien del Ministerio de Medio ambiente acceda a concederles una cita. Llevan tres años solicitándolo, pero ningún miembro del gobierno español ha accedido a hablar ni con los ecologistas ni con los pescadores artesanales a pesar de que ahora mismo se está debatiendo la renovación de la política pesquera europea.
Hoy por la tarde de 18:00 a 20:00 y mañana de 15:00 a 19:00 el buque ecologista abrirá sus puertas para que todos los bilbaínos que quieran verlo por dentro puedan visitarlo.