“Vegetariano, apasionado del deporte, de los animales y de la naturaleza. Ultra runner y triatleta. Una de las cosas que me lleva a realizar este reto es juntar la larga distancia con la naturaleza, buscando un equilibrio entre días y kilómetros”.
Así se definía Rubén Martínez en la página web creada para su reto '10 días 10 maratones'. No come animales desde hace un año y sigue entrenando a un nivel exigente que le ha permitido, aún sin ser profesional, enfrentar uno de los objetivos más ambiciosos de su historia como corredor de alta montaña amateur. Con la intención clara de que nos replanteemos nuestra relación con los otros animales y de recaudar fondos para el madrileño Santuario Vegan, ha logrado atraer la atención de los medios de comunicación y de personas no familiarizadas con la causa antiespecista. Tras culminar con éxito su reto, cuenta a El caballo de Nietzsche cómo ha sido atravesar, corriendo, en poco más de una semana, la etapa catalana del GR11 o la Senda Pirenaica.
¿Cuál es tu profesión?
Soy Técnico de Sistemas en una cadena de hoteles.
¿Qué te llevó a cruzar corriendo los Pirineos?
Una mezcla de motivos me han llevado a plantearme este reto. Desde hace años, hago carreras de larga distancia por montaña, me encanta subir montañas. Sufrir la pérdida de seres queridos me ha empujado a hacerlo. Y así, también, poder ayudar a quienes lo necesitan.
¿Por qué empezaste a correr?
Empecé a correr en 2008 para dejar de fumar. No era muy fan de correr, ¡me parecía aburrido!
¿Y por qué dejaste de comer animales?
Conviviendo con un perro y con gatos me di cuenta de que no tiene sentido amar a unos y comerte a otros. Todos los animales, como los humanos, tenemos (o deberíamos tener) el mismo derecho a vivir.
¿Cuál ha sido tu media diaria en cada etapa de este reto?
De media han salido poco más de 10 horas diarias, dependiendo del desnivel, del cansancio, etc.
¿En qué condiciones físicas hay que estar para hacer algo así?
Hay que estar bien preparado físicamente, pero, sobre todo, mentalizado. No sirve de nada estar como un toro si tu cabeza no lo está porque si encuentras cualquier handicap te darás la vuelta, y en la montaña hay un sinfín de handicaps. El esfuerzo es un 30% físico y un 70% mental.
¿Cómo has entrenado para este reto?
Desde principios de año he intentado hacer más carreras de larga distancia de lo habitual, sobre todo maratones. Hice el maratón de Tarragona, el maratón de Castellón, el maratón de Barcelona, el maratón del Montsec y Ultra Trail els Bastions de 76 kilómetros, además de algunas medias maratones y entrenos también maratonianos. Pero no tenía ni idea de como respondería mi cuerpo a la fatiga muscular de no tener casi descanso, como sucede entre maratones. Así que fue todo una incógnita hasta que empecé.
Ibas subiendo cada día una foto, resumiendo la jornada, y siempre has terminado con la frase “está siendo espectacular”. ¿Qué es lo espectacular de correr? cada día una foto
Correr te ofrece la posibilidad de viajar entre lugares. Sobre todo en este reto: un día empezaba en las altas montañas de Andorra y a medio día estaba en la llanura de la Cerdanya. Vivir el contraste de cambiar de valles y paisajes es increíble.
Supongo que haciendo tantos kilómetros los miedos e inseguridades afloran en algún momento. ¿Cómo te enfrentas a ellos? ¿Qué te dices para seguir adelante?
Las 104 horas que he estado en ruta han sido 104 horas de estados de ánimo cambiantes. Euforia, miedo, nervios, tensión, rabia… La situación marca tu estado de ánimo. El cansancio acumulado, si te tuerces un tobillo, si tienes dolor de espalda, si pierdes el camino, si te quedas sin agua, etc. Depende de lo que suceda en cada momento estás de una manera u otra. Intentas mantener la calma aunque estés en medio de la nada y la situación no acompañe, pero la tensión es constante. Hasta que no llegué al Cap de Creus no me relajé.
¿Qué llevabas en la mochila?
¡Es la primera vez que me preguntan por la mochila! Mi gran compañera de viaje. Llevaba una mochila de 20 litros, suficiente para llevar todo lo necesario y que me permitiera correr. Llevaba chubasquero, pantalones impermeables, camiseta térmica, chaqueta Gore Tex, 2 Buff (marca de bragas o pañuelos que aíslan de las bajas temperaturas), frontal, mapas, GPS, gorro, toalla, botiquín, camiseta, pantalones y calcetines de recambio, GoPro, suplementos nutricionales, frutos secos, Powerbank, 2 bidones grandes de agua, 6 barritas energéticas, 10 geles, navaja, 2 metros de cuerda, bridas, manta térmica, cubre mochila, protector solar, after sun… Más lo que llevaba puesto: gorra saharaui, gafas de sol…
Para alguien que no come animales, ¿ha sido difícil comer por los Pirineos?
¡No! Los refugios, hostales y demás ya estaban avisados. Por suerte, no he tenido ninguna pega y todos han sido súper colaboradores. De hecho, el guarda del refugio de Ernest Mallafré es vegetariano.
En una de las etapas has ido acompañado, ¿prefieres correr solo o en compañía?
Ambas opciones tienen su aquel. Correr solo te permite ir a tu ritmo sin depender de otra persona. Ir acompañado hace mucho más ameno el recorrido. He corrido solo el 99% de las veces, así que no me importa, estoy mas que acostumbrado.
Ibas afectado por la pérdida de Bat, el perro que ha convivido con Marta, que es tu pareja y una de las personas que más te apoya y acompaña en tus retos deportivos. ¿Qué ha supuesto para vosotros esa pérdida?
Conocí a Bat hace dos años y viví el último con él. Era la primera vez que compartía mi día a día con un perro y no puedo expresar con palabras el amor y el afecto que me transmitió. Para mí, fue una pérdida muy grande. Para Marta, que compartió su vida con él durante nueve años, fue como perder una parte de sí misma. Dejó un vacío enorme.
Antes habías recaudado dinero para la investigación sobre el cáncer. Y esta vez decidiste donar el dinero a los otros animales.
La recaudación para la investigación contra el cáncer de próstata es un tema muy personal mío, tenía in mente hacerlo desde hacía un tiempo. Una vez hecho (aunque espero hacerlo más veces), también quería ayudar a los animales no humanos.
¿Cuánto dinero se ha recaudado para Santuario Vegan?
De momento, 2040 euros, 1800 de donaciones directas en la plataforma de crowdfunding solidario Kukumiku y 240 de un evento solidario que hice antes del reto. Hasta final de julio aún se puede donar o comprar las camisetas del reto.
¿Por qué elegiste ese santuario de animales?
Los conocía por redes sociales, les contacté, hablamos y enseguida nos pusimos manos a la obra. Al final, que sea un santuario u otro es lo de menos, lo que importa es la causa y su difusión. Espero que haya servido para concienciar a gente que antes no lo estaba.
¿Consideras importante la labor de los deportistas y atletas para visibilizar el especismo?
Muy importante. Aún existe la idea, errónea, de que no se puede ser atleta de alto rendimiento y ser vegano o vegetariano, pero por suerte ya somos muchos los que estamos demostrando que es posible.
¿Habrá una próxima aventura?
De momento, no. Me guardo este mes para descansar, necesito un reset. Hasta septiembre y octubre no tengo carreras.