Muchos de los que viven o veranean en pueblos han podido escuchar estos días disparos y ver caminos cortados para la ciudadanía. La causa es la media veda. Así se llama el periodo de tiempo en el que se permite cazar ciertos animales durante el verano. Son numerosas las aves migratorias que visitan los parajes, lagunas y valles de muchas de las comunidades autónomas que permiten cazar entre mitad de agosto y finales de septiembre. “Los cazadores están ansiosos por desempolvar sus escopetas y ‘probar’ a su nueva horneada de víctimas caninas. Los campos de nuestro país se tiñen de terror y sangre”, explican las portavoces de la plataforma No a la Caza con galgos y otros razas (NAC), que tachan de “sin sentido” el permiso de la media veda.
Esta plataforma critica que este año especialmente es muy complicado para los animales. “Con la sequía extrema y el cambio climático, los ecologistas vuelven a solicitar a las comunidades autónomas que se les dé tregua a los animales que están en clara desventaja al no tener abundancia de puntos de agua y comida y por el retraso de la época de cría”, comentan desde NAC. “Esto lo saben bien los cazadores”, continúan, “que llevan semanas cebando el campo en los puntos estratégicos enfrente de sus puestos fijos de tiro, generando rutinas en los comederos artificiales que han creado sin control y dando lugar a concentraciones masivas de fauna, convirtiéndose en trampas mortales que facilitan sus desentrenados tiros y merman la capacidad de huida de sus víctimas”.
En concreto, la media veda está autorizada en casi todas las autonomías, que regulan tanto la fecha como las especies que pueden ser cazadas y, en algunas de ellas, el cupo de animales por cazador. Ejemplos son Euskadi, donde normalmente en Álava se permite cazar a la codorniz común, las palomas de tipo torcaz, la urraca, la corneja común, el conejo y el zorro. Más reducido pero similar es el listado que cada año existe en Navarra. En Andalucía es habitual que sean perseguidas codornices, palomas y córvidos. En Aragón suelen ser la codorniz común, palomas bravía y torcaz, urraca, ánade real y zorro. En Asturias destaca la gaviota patiamarilla o el estornino pinto, urraca, corneja, codorniz, paloma torcaz y bravía y zorro.
Una masacre asegurada, un negocio millonario
Pese a que las comunidades exigen que durante la media veda se evite matar a otras especies o molestar otros comportamientos como los migratorios, desde NAC denuncian la imposibilidad de hacer cumplir estas normas: “Es una masacre asegurada y con ínfimas posibilidades de ser selectiva”. Desde la plataforma señalan que “los auto proclamados ‘defensores de la naturaleza’, cuando diezman la población de una especie llevándola al borde de su extinción, tienen la oportunidad de seguir haciendo negocio con la crianza en cautividad en granjas intensivas cinegéticas y repoblar los cotos para que no les falten nunca víctimas que abatir, con el desastre que ocasionan a la biodiversidad autóctona y al medio ambiente. Este es el macabro negocio y redondo de la caza, que no quieren soltar y protegen con uñas y dientes, caiga quien caiga”.
Otra de las razones para pedir que no se conceda la media veda también es que se ha desvirtuado su concepto original. “La primera conclusión que se desprende de la definición de media veda queda prácticamente obsoleta”, aseguran, ya que “se ha argumentado como una solución a los daños que causaban los animales a la agricultura”. Además de las especies incluidas en un primer momento -como la codorniz común, tórtola europea y paloma torcaz por su abundancia-, ahora incluyen otras que nada tienen que ver, como el zorro, y han sido capaces de llevar a algunas aves al borde de la extinción. Un claro ejemplo es el ocurrido con la tórtola europea, que este año se ha dejado en un “cupo cero” en todas las comunidades autónomas gracias a las presiones provenientes de Europa, “aunque los cazadores han puesto toda su maquinaria legal en funcionamiento para revertir la situación, con el objetivo de seguir matando a destajo”.
Por estos motivos, además del ya nombrado cambio climático, desde la plataforma NAC y las asociaciones animalistas y ecologistas que la apoyan en las manifestaciones anuales que desde 2010 organizan, exigen a las comunidades acabar con este permiso veraniego, “que mira más por el negocio y los deseos de disparar de ciertas personas que por los animales, la convivencia y el medio ambiente”.
Muchos de los que viven o veranean en pueblos han podido escuchar estos días disparos y ver caminos cortados para la ciudadanía. La causa es la media veda. Así se llama el periodo de tiempo en el que se permite cazar ciertos animales durante el verano. Son numerosas las aves migratorias que visitan los parajes, lagunas y valles de muchas de las comunidades autónomas que permiten cazar entre mitad de agosto y finales de septiembre. “Los cazadores están ansiosos por desempolvar sus escopetas y ‘probar’ a su nueva horneada de víctimas caninas. Los campos de nuestro país se tiñen de terror y sangre”, explican las portavoces de la plataforma No a la Caza con galgos y otros razas (NAC), que tachan de “sin sentido” el permiso de la media veda.
Esta plataforma critica que este año especialmente es muy complicado para los animales. “Con la sequía extrema y el cambio climático, los ecologistas vuelven a solicitar a las comunidades autónomas que se les dé tregua a los animales que están en clara desventaja al no tener abundancia de puntos de agua y comida y por el retraso de la época de cría”, comentan desde NAC. “Esto lo saben bien los cazadores”, continúan, “que llevan semanas cebando el campo en los puntos estratégicos enfrente de sus puestos fijos de tiro, generando rutinas en los comederos artificiales que han creado sin control y dando lugar a concentraciones masivas de fauna, convirtiéndose en trampas mortales que facilitan sus desentrenados tiros y merman la capacidad de huida de sus víctimas”.