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Los vergonzosos números rojos de la tauromaquia: la Plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao

El día 25 de agosto estuve en la tradicional manifestación de Bilbao organizada por el Colectivo Antitaurino y Animalista de Bizkaia (CAAB) y, en una corta intervención, micrófono en mano, informé a los presentes, tras haber recabado datos de la asistencia de espectadores en diversas ferias taurinas que se habían celebrado con anterioridad en algunas ciudades de España, de que la tauromaquia, en lo que respecta a los festejos en plaza, está viviendo el peor momento de su historia.

Los mismos taurinos, en declaraciones a diversos medios de comunicación, muestran su preocupación día sí y día también, y una de esas preocupaciones ha quedado evidenciada en los nueve días en que se han programado las Corridas Generales que se celebran durante la Semana Grande de Bilbao o Aste Nagusia.

Este artículo podría tener como protagonista cualquier plaza de toros, porque prácticamente todas se encuentran en la misma situación que la de Bilbao, pero dado que este año, ante la ruina económica que se ha ido gestando en los últimos años y para intentar salvar los muebles, al parecer se va a cambiar su modelo de gestión, he decidido centrarme en este espacio bilbaíno de tortura animal legalizada. Algunos de los datos oficiales que se recogen en este artículo han sido proporcionados por la formación política EHBildu, con representación electa en el Ayuntamiento de la ciudad.

El coso de Vista Alegre es una plaza de primera categoría, con capacidad para 14.725 (14.791) espectadores, que fue inaugurada en 1962, sustituyendo a la antigua plaza, La Vieja, que se quemó en 1961 y que se había puesto en funcionamiento en 1882. Gracias a la generosidad de los bilbaínos, la antigua plaza, La Vieja, fue cedida a la Casa de Misericordia y al Hospital Civil de Basurto, con el objetivo de que los ingresos obtenidos fueran destinados a sufragar las labores asistenciales y sanitarias desempeñadas de forma gratuita para los colectivos más desfavorecidos de la Villa. Evidentemente, hoy en día, esta función solidaria ha desaparecido.

De hecho, la Casa de Misericordia ha quedado reducida a una residencia de ancianos de propiedad privada, eso sí, construida en terrenos de propiedad pública, que se lucra en parte, o por lo menos lo intenta, del maltrato animal legalizado, participando en el juego de invertir dinero público, el de los ciudadanos, en una apuesta, la taurina, que hoy en día es muy arriesgada. Si ganan, estupendo para sus cuentas y si pierden, no pasa nada porque ya lo pagamos entre todos en un eterno ejercicio de cruel solidaridad.

La realidad es que en muchos aspectos del mundo del toro se trata de que el dinero pase de unas manos a otras para que al final sean unos pocos, muy pocos, los que realmente encuentren rentabilidad real por el trabajo realizado: unos pocos toreros-ganaderos y unos pocos ganaderos-empresarios-apoderados. Apenas tiene repercusión económica en los ciudadanos, sino todo lo contrario, ya que nos cuesta dinero. De hecho, sin nuestra “colaboración” dineraria y obligada por las diversas administraciones públicas, la tauromaquia ya habría desaparecido.

Vista Alegre, la plaza actual, se construyó con la colaboración del Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación Provincial de Bizkaia y la Cámara Oficial de Comercio Industria y Navegación de la ciudad. En 1992, el 50% de la plaza pasó a ser propiedad municipal, cuando la Comunidad Autónoma Vasca recibió todos los bienes y derechos afectos a la asistencia sanitaria y el Hospital de Basurto se integró en Osakidetza, es decir, en el Servicio Vasco de Salud. Entre los bienes no vinculados al servicio sanitario se encontraba el 50% de la plaza de toros. De este modo, la copropiedad se comparte actualmente, a partes iguales, entre una entidad particular (la Casa de Misericordia) y una entidad pública, el Ayuntamiento, ostentando la Presidencia el alcalde de Bilbao con voto de calidad. Existe una Junta Administrativa que es una “entidad sin ánimo de lucro”, la cual, contando con la autorización de los propietarios (que no sabemos quiénes son), explota y promueve por su cuenta las actividades taurinas de la plaza, así como el arrendamiento de la misma para otras actividades, todo ello con fines “benéficos”.

Las únicas contrapartidas exigidas por los propietarios (que seguimos sin saber quiénes son), son el mantenimiento del inmueble e las instalaciones en perfecto estado de conservación. No parece que esto último se haya cumplido, ya que entre los años 2012 a 2016 el gasto por reparaciones y conservación ascendió a 457.130 euros, que, faltaría más, han pagado los ciudadanos. La realidad es que, a diferencia de hace algunos años, esta infraestructura no se usa prácticamente para nada, salvo para proceder a la tortura de bovinos de lidia hasta darles muerte durante 9 o 10 días al año. Las obras que deben ser acometidas con máxima urgencia, según el Ayuntamiento, ascenderían a 1.500.000 de euros y, al parecer, su pago tendrá que afrontarlo el futuro empresario que se quede con la explotación del inmueble. Habrá que verlo y tener mucho cuidado con esta exigencia, que puede llevar a que el nuevo inquilino exija muchos años de contrato para amortizar la inversión.

Todos sabemos que los datos económicos del sector taurino son oscuros, es decir, con total ausencia de transparencia tanto en las plazas de propiedad pública como privada, y que las cifras que nos quiere vender el propio mundo del toro son, habitualmente, falsas. A final de año publicaré un extenso análisis de los datos de asistencia a los diferentes festejos taurinos en plaza que se han celebrado durante 2018 y demostraré la falacia del número de espectadores que llevan años queriéndonos vender. Han llegado a afirmar que se llegó a 5.000.000 de espectadores a lo largo del año 2017 en los poco más de 1.553 festejos que se celebraron, según los datos del Ministerio de Educación. No sé cómo son capaces de sostener este tipo de afirmaciones, porque en el 95% de los casos las páginas taurinas no informan de las cifras de asistencia. Igual es que tienen comunicación directa con el Ministerio del Interior, que supongo será el encargado de recopilar ese tipo de datos, pero que, hasta donde yo sé, nunca los ha publicado.

Volviendo a Bilbao, y como he dicho, al parecer (aunque llevan algún que otro año contándonos la misma historia, desde 2014), en 2019 la gestión del coso taurino pasará a manos privadas, aunque, de forma un tanto opaca, y como veremos más adelante, ya lo ha estado y de hecho lo está, y si no que le pregunten a la familia Chopera. Dicha gestión privada ha quedado enmascarada con una serie de pagos anuales por asesoramientos varios y derechos de televisión.

La nueva gestión, al parecer, se hará pidiendo un canon de arrendamiento a la empresa o empresas que decidan quedarse con la plaza, que tendrán derecho a explotarla para otros eventos además de los propiamente taurinos, y que tendrán que acometer, como he comentado, diversas obras de adecuación que supondrán un importante desembolso de dinero para adecuarla a los nuevos usos.

Es probable que pase algo parecido a lo que ha sucedido en Madrid con Las Ventas, donde no se han podido celebrar otro tipo de espectáculos diferentes a los taurinos porque no se cumplen las normativas municipales con respecto a espectáculos públicos. De hecho, ya se menciona y se habla en Bilbao de la dificultad que puede suponer para los potenciales usos la aplicación de la Ley de Atención Integral de Adicciones y Drogodependencias, que podría afectar a la limitación del consumo de tabaco y a la venta de alcohol. Actualmente, cualquier espectador sentado en una andanada o en un tendido se puede fumar lo que quiera y recibir en su localidad la bebida alcohólica que desee mientras observa cómo se desangra y sufre un animal. Doy fe de que en las plazas de toros el alcohol y los borrachos forman parte del festejo, y en ello estriba una parte de su aparente “éxito”.

Estamos esperando que ese contrato o ese pliego de condiciones se haga público, ya que, según dicen, hay algunas empresas interesadas. Especulando, porque de momento no podemos hacer otra cosa, esperamos que el Ayuntamiento de Bilbao y la Casa de Misericordia no regalen la plaza como está ocurriendo con muchos cosos taurinos, lo que ha facilitado la celebración de algunas ferias, como la del Puerto de Santa María o la de Ciudad Real, y de otras por venir, como la del Pilar de Zaragoza, ante las presiones y denuncias en los juzgados de las patronales y sindicatos del mundo del toro y de la Fundación Toro de Lidia (FTL), que hasta los taurinos se preguntan qué pinta en estas historias. Si no me gusta un pliego de condiciones, porque no se adapta a la ruina económica de mi sector, lo denuncio y me hacen otro. ¿Se imaginan ustedes, lectores, que estas prebendas las tuviéramos todos?

Hace pocos días, el sábado 22 de septiembre, colectivos de Bilbao que trabajan por la abolición de la tauromaquia se manifestaron ante la Diputación para pedir transparencia en la adjudicación del coso taurino, poder participar en el proceso y solicitar la transformación del inmueble en un lugar de encuentro para todos los ciudadanos con la programación de espectáculos culturales. Mucho nos tememos que el objeto social prioritario que recoja ese pliego sea la organización de festejos taurinos, aunque es probable que en el futuro se programen muchos más espectáculos que nada tengan que ver con corridas de toros o las novilladas. Se trataría de blindar el inmueble para dejar claro que la tauromaquia tendrá que tener presencia sí o sí en el futuro.

La realidad de la Feria de Bilbao es, en la actualidad, la que es, porque la caída de espectadores en los últimos años (que desde el sector taurino se achacó falsamente a la crisis económica) es incuestionable. Este año, y a la espera de las cifras que se den oficialmente, se ha producido, como demostraremos más adelante, un nuevo fracaso. En realidad poco les importa a los taurinos, porque las pérdidas las pagan los ciudadanos de Bilbao, y no solo las pérdidas, sino también los impresionantes gastos de la organización de la matanza durante el Aste Nagusia. Según datos oficiales, es decir, del Ayuntamiento, el número de espectadores en 2016 fue de 63.340 y de 71.681 en 2017. Este año, 2018, no han llegado a 60.000.

Este nuevo modelo de gestión que se quiere implantar supondrá además la revisión del actual contrato suscrito por la Junta Administrativa de Vista Alegre con la empresa Martínez Flamarique SL (Chopera), que vencerá el 31 de diciembre de 2018 y que se renovará posteriormente de año en año si no existiera denuncia por alguna de las partes. ¿Con la supuesta entrada de una nueva empresa que se ocupe de la gestión del coso taurino desaparecerá la familia Chopera del panorama taurino de Bilbao? Pues no, porque ya sabemos que se presentarán al concurso respaldados por el grupo mexicano Bailleres, y llevan ahí más de 60 años, lo que puede darles puntos para quedarse con el control de la plaza. También entrarán en liza Simón Casas/Nautalia y, probablemente, Taurodelta, Pages y los hermanos Lozano. Nada nuevo bajo el sol. Los de siempre.

Pero volvamos al presente. El contrato que tiene firmado esta sociedad limitada, el último en 2014, dice que la Junta Administrativa de la plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao requiere a la mercantil Martínez Flamarique SL para la organización de los espectáculos taurinos bajo las siguientes condiciones: presentación de un proyecto amplio de la feria con la confección de los carteles específicos que serán presentados a la Junta Administrativa para su visto bueno definitivo. La Empresa Gestora percibirá en concepto de honorarios un porcentaje del 15% sobre los resultados taurinos de los espectáculos que gestione, que se calcularán deduciendo de los ingresos por recaudación de taquilla, IVA excluido, los gastos de las retribuciones de los toreros y la compra de ganado. Este porcentaje se aplicará al resto de las actividades que la Junta Administrativa le encomiende. En todo caso, dicha remuneración no podrá ser inferior a la mayor de las siguientes magnitudes: 3% de la recaudación total, IVA excluido, o 72.000 euros.

Entre 2012 y 2016, Martínez Flamarique SL se ha embolsado, en concepto de asesor técnico, 888.916 euros: 229.497 (2012), 194.962 (2013), 174.721 (2014), 147.355 (2015) y 142.381 (2016). No tenemos las cifras de 2017 y de 2018, pero estoy seguro de que el montante total en los últimos siete años ha sobrepasado el millón de euros. Como se puede ver, y dados los malos resultados obtenidos, los ingresos de los gestores han ido decreciendo año tras año. Son muchos los que les culpabilizan de los males de la tauromaquia en la ciudad de Bilbao.

Además, en el contrato se dice que la Empresa Gestora se encargará de las negociaciones de retransmisión por televisión de los espectáculos taurinos por ella gestionados. Por este concepto la Empresa Gestora percibirá el 15% de los resultados que se obtengan por la explotación de los derechos de retransmisión televisiva de los espectáculos organizados. Dichos resultados se calcularán deduciendo de los ingresos obtenidos, excluido el IVA, las cantidades que por este concepto deberán ser abonadas a los toreros, ganaderos y Asociación de Subalternos.

Pues bien, del año 2012 al 2016 los derechos de TV de los ganaderos (aunque resulte sorprendente, los tienen) ascendieron a 383.900 euros, los de los toreros a 1.301.000 y los de los subalternos a 856.500, es decir, un total de 2.541.400 euros entre los tres estamentos, sin computar 2017 y 2018. No se especifica si con IVA o sin IVA. El 15% que se llevaron los Chopera debería haber supuesto 381.210 euros, es decir, 76.242 euros por año sólo por este concepto.

Y, además del pago de esos 2.541.000 euros de derechos de televisión por 5 años y los 888.916 cobrados por la familia Chopera, ¿cuánto cuesta organizar la feria de Bilbao?

En el apartado de los toreros y novilleros que son contratados: 1.288.704 euros en 2012, 1.244.000 en 2013, 1.392.152 en 2014, 1.207.000 en 2015 y 1.068.216 en 2016, es decir, 6.200.072 euros en 5 años, a los que habrá que sumar por los menos 2.300.000 de los años 2017 y 2018. Total, en 7 años, con la intervención de aproximadamente 189 matadores de toros (3 por festejo en 9 festejos en 7 años) éstos se han repartido 8.500.000 euros, unos 45.000 euros cada uno de ellos por matar dos animales en una tarde. Esta cifra no es exacta ya que unos habrán cobrado más que otros según su cotización, a lo que habrá que sumar lo que haya percibido cada uno por los derechos de televisión cuantificados anteriormente.

También tenemos un apartado de gasto que se conceptúa como “seguridad toreros”, que no sé qué es, por valor de 245.039 euros de 2012 a 2018, y otros dos que aparecen como “cargas sociales” y “otras cargas sociales”, que suman entre ambos 696.498 euros en los 7 últimos años.

En el apunte de ganado, que así se nombra en su apartado correspondiente en las cuentas, 734.731 euros en 2012, 562. 314 en 2013, 585.000 en 2014, 511.000 en 2015, y 507.500 en 2016. Sumemos otro millón de los años 2017 y 2018, y la cifra será, aproximadamente, de 3.900.545 euros. Para dar una cifra más o menos redonda, podemos decir que cada animal que fue torturado en Bilbao en los años mencionados costó 10.000 euros. Como dato anecdótico, las partidas de pienso resultaron una nimiedad: 4.000 euros se gastaron entre 2012 y 2018, es decir, más o menos, 8 euros por animal en el tiempo que esperaron para ser estoqueados en la arena. Hambre pasaron, sin duda, los aproximadamente 504 animales, entre lidiados y sobreros, que desde 2012 a 2018 ocuparon los corrales de la plaza.

A todos estos gastos debemos sumar algunos más por diversos apartados que aparecen en el capítulo de “consumos de explotación”, como “compras” y “derechos de ANOET” (Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos), por un montante aproximado de 85.000 euros.

Para que el lector no tenga que usar la calculadora, el coste de las últimas 7 ferias taurinas de Bilbao ha supuesto, euro arriba, euro abajo, la friolera de 16.000.000 de euros. O lo que es lo mismo, 2.285.000 de euros cada una de ellas, que fueron pagados con dinero público.

Pero no queda aquí la cosa de los dineros, que hay mucho más.

Entre gastos de personal que no se especifica cuáles son sus funciones (2.275.000 euros), músicos, veterinarios, seguridad, colocación de carteles, asesor de la presidencia, mayorales, ambulancias, colaboradores, médicos, seguridad social y otras cargas sociales, la broma por 7 años de feria se eleva a 2.700.000 euros, es decir, más de 385.000 euros por año.

Si sumamos esta cifra a la anterior, podemos decir que los gastos reales de la organización de le feria taurina de Bilbao ha supuesto un desembolso de unos 20.000.000 de euros desde 2012 a 2018.

¿Les ha parecido suficiente? Pues no lo es, porque todavía hay más conceptos, aunque no son propiamente aplicables a la feria taurina sino a gastos propios del inmueble, que prácticamente solo se usa 10 días al año pero tiene un museo taurino que algún despistado visitará de vez en cuando. A saber: arrendamientos y cánones, servicios profesionales, transportes, primas de seguros, servicios bancarios, publicidad y relaciones públicas (un buen pellizco de casi medio millón de euros en 7 años), suministros, reparaciones y conservación, otros servicios, seguros y tributos. La broma asciende a 3.721.748 euros desde 2012 a 2018.

Los conceptos aplicados para la obtención de estos resultados de los años 2017 y 2018 no son los oficiales, sino que se han obtenido comparando con los que se han publicado de forma oficial desde el 2012 al 2016 y que he podido revisar.

Total, sumando todos los conceptos, la plaza de toros de Bilbao ha costado, en los últimos 7 años: 23.421.748 euros o lo que es lo mismo, 3.345.964 euros anuales.

Y los taurinos, con razón, dirán que esta inversión se recupera con los ingresos de taquilla, las almohadillas, las bebidas, el aparcamiento y otros ingresos que evidentemente se generan en cualquier espectáculo, sea o no taurino. Y tendrán razón, pero esa no es la cuestión, por lo menos para los que trabajamos por la abolición del maltrato animal legalizado. Tampoco sabemos, y ya lo he apuntado anteriormente, los datos de ingresos por cada uno de los conceptos apuntados. No sabemos nada de cuánto dinero se ingresó en las taquillas de la plaza durante los 7 años que hemos analizado, ya que en los apuntes contables se recogen “ingresos de la actividad”, “otros ingresos”, “otros resultados” e “ingresos financieros”, que ascendieron entre 2012 y 2018 a unos 24.500.000 de euros.

El total de empleo medio en lo que se refiere a personal de la sociedad fue de 5 personas en 2012 y de 4 para las restantes anualidades, dos de ellos como empleados de tipo administrativo y otros dos como no cualificados.

Pudiera parecer, por una simple resta, que la tortura animal resultó rentable en más o menos 1.000.000 de euros, es decir, 154.036 euros por año, pero la realidad es otra, aunque se diga que con los festejos taurinos no se pierde dinero y que las pérdidas son debidas a la depreciación del inmovilizado que conforma el patrimonio.

Gracias a evidentes maniobras de carácter financiero, en las que se introducen conceptos como “inmovilizado material”, “patrimonio neto y pasivo,” “clientes por ventas y prestación de servicios”, “saldo inicial bruto”, “fondos propios”, “títulos de propiedad” o “remanente”, los datos oficiales indican que la plaza de toros de Bilbao ganó 104.768 euros en 2012 y 74.527 euros en 2013, y perdió 14.939 euros en 2014, 153.346 euros en 2015, 88.768 euros en 2016 y 216.595 en 2017. Dados los resultados de público de la feria de 2018, es prácticamente seguro que el saldo haya vuelto a ser negativo, aunque según Ricardo Barkala, ex concejal y ex presidente de la Junta Administrativa de la plaza de toros, los toros siempre han dado beneficios, más o menos importantes, pero beneficios. Me permito ponerlo en duda.

De hecho, este ex concejal afirmaba que “no hay subvención pública”, cuando en realidad la hay todos los años. ¿No es subvención el dinero que el Ayuntamiento adelanta para la organización de la feria, como ocurre, por ejemplo, en Santander? Llámenlo ustedes como quieran. Resulta realmente indecente que cuando se ofrecen los datos económicos de los ingresos que genera la plaza no se especifique los que se producen por la venta de entradas, como tampoco se especifica el número de las que se regalan, es decir, las que se compran a ellos mismos, que estoy seguro que han sido miles, y que ya sabéis quién paga. Sí sabemos que el área de Acción Social ha desembolsado este año 19.879 euros para regalar entradas a asociaciones de jubilados. Los votos de los mayores son muy importantes para que sigan sentados en las poltronas del Ayuntamiento aquellos que en nueve tardes de agosto disfrutan de la tortura de bovinos de lidia en el coso de Vista Alegre.

La idea de impulsar más actividades, además de la taurina, para tratar de rentabilizar esta infraestructura fue, dicen, del PP y se vio apoyada por el equipo de gobierno del Ayuntamiento como manera de generar los suficientes ingresos para neutralizar las pérdidas económicas que tiene la plaza. Se trata, por tanto, de que las pérdidas económicas que genera un inmueble dedicado al maltrato animal sean compensadas por la verdadera cultura, que tuvo un importante espacio en la plaza de toros de Bilbao. Veremos lo que ocurre el próximo año, porque es seguro que el maltrato animal legalizado seguirá presente en la plaza de toros de Bilbao y probablemente blindado, aunque quizás con algunos festejos taurinos menos. Parece que nueve tardes seguidas para el lucro de unos pocos son demasiadas. Será el momento de comparar los datos que tenemos y veremos si aumenta el número de aficionados que acuden a Vista Alegre durante el mes de agosto y si la nueva gestión consigue relanzar el “negocio” de sangre y tortura animal. Dicen que Bilbao siempre ha sido taurina, pero ya vemos que no es cierto.

La evidencia del fracaso de la feria de este año queda documentada por los datos que he recabado de diversos medios taurinos, que, dicho sea de paso, y como los lectores podrán ver, nunca coinciden en sus apreciaciones, evidentemente, de forma interesada. Todos inflan las cifras de asistencia. Este verano, en Bilbao, han estado presentes, con alguna excepción, prácticamente todos los matadores más cotizados, e incluso el único que llena plazas, el peruano Roca Rey, ha toreado dos tardes, siendo incapaz de llenar el coso de Vista Alegre, al igual que Manzanares y Ponce. Estos son los datos reales, no los que desde páginas taurinas y periódicos quieren vender a los lectores.

  • Corrida de rejones. Pablo Hermoso de Mendoza, Guillermo Hermoso de Mendoza, Lea Vicens. Mundotoro: más de 1/2 entrada. Aplausos: 2/3 de entrada. Burladero: 3/4 de entrada. El País: 1/2 entrada. 7.395 espectadores. Demos por buena la cifra de 1/2 plaza, 7.395 espectadores.
  • Corrida de toros. Escribano, Fortes, Lorenzo. Mundotoro: más de 1/3. Aplausos y Cultoro: menos de 1/2. Burladero: 1/3. El País: Más de 1/2. Demos por buena la cifra de 1/3, 4.930 espectadores.
  • Corrida de toros. Román, Gonzalo Caballero, Luis David Adame. Mundotoro: 1/4. Aplausos: 1/3. Cultoro: menos de 1/2. El País: 1/4. 3.675. El Mundo: 1/4. Demos por buena la cifra de 1/4 de plaza, 3.697 espectadores.
  • Corrida de toros. Ponce, Manzanares, Roca Rey. Mundotoro: Más de 3/4. Cultoro: Casi lleno. El País: 1/2. 7.395. El Mundo. Menos de 3/4. Demos por buena la cifra de 1/2 plaza, 7.395 espectadores.
  • Corrida de toros. Padilla, El Juli, Manzanares. Mundotoro: 3/4. Aplausos: 2/3. El País: 1/2. 7.395. El Mundo 3/4. Demos por buena la cifra de 1/2 plaza, 7.395 espectadores.
  • Corrida de toros. Ferrera, Perera, Ginés Marín. Mundotoro: 1/2 entrada. Aplausos: Casi 1/2. Cultoro: 1/3. El País: Más de 1/2. El Mundo:1/3. Demos por buena la cifra de 1/3 de plaza, 4.930 espectadores.
  • Corrida de toros. Roca Rey, Castella, Garrido. Mundotoro: Más de 1/2. Cultoro. Aplausos: 2/3. El País: Algo más de 1/2. Demos por buena la cifra de más de 1/2 entrada, 8.000 espectadores.
  • Corrida de toros. Ponce, El Juli, Urdiales. Mundotoro, Aplausos, Cultoro, Burladero: 3/4. El País: 11.200, casi 3/4. Demos por buena la cifra de 3/4 de plaza. 11.093 espectadores.
  • Corrida de toros. Leal, Chacón, Moral. Aplausos, Cultoro, El Mundo: 1/3. El País: 1/2. Demos por buena la cifra de 1/3, 4.930 espectadores.

Algunos dirán que he barrido para casa pero, teniendo impresiones de pantalla de las localidades vendidas y no vendidas a una hora de empezar cada uno de los festejos, debo decir que algunos datos que he dado por buenos no dejan de ser ficticios, porque hubo menos asistencia. Podemos reafirmar, como ya he comentado, que no se ha llegado a los 60.000 espectadores en los nueve días de feria, y lo dejo en aproximadamente 59.735, de los que muchos, siendo una feria de abono, habrán acudido a la mayoría de los festejos en forma de cromos repetidos. Así que podemos hacer la pregunta: ¿a cuántos individuos atrajo la feria taurina de Bilbao? Que nos den la cifra de abonados y podremos saberlo. También sería interesante saber los que entraron gratis, que estoy seguro de que fueron muchos aunque digan que las entradas de esta feria son las más caras de España. La realidad: poco más de 6.500 espectadores por tarde.

Se habla mucho de la creación de puestos de trabajo y de los ingresos que para muchos sectores genera el maltrato animal legalizado, pero, ¿quién gana dinero realmente?: ¿los veterinarios?, ¿los médicos?, ¿los transportistas?, ¿los fabricantes de pienso?, ¿los taquilleros?, ¿los vendedores de almohadillas?, ¿los que riegan de alcohol los tendidos?, ¿los asesores del presidente?, ¿las empresas de ambulancias?, ¿los que colocan los carteles anunciadores?, ¿los cuatro empleados fijos de la plaza?, ¿los contratados eventualmente para los días de feria?

Las partidas de gastos que generan todos los anteriormente nombrados son una parte mínima parte. Por ejemplo, según las cifras oficiales, los veterinarios ingresan menos de 10.000 euros por feria, los músicos unos 10.000 euros, el servicio de ambulancias lo mismo, unos 10.000 euros, los médicos unos 15.000 euros. ¿Sabéis quiénes son los beneficiados de este turbio negocio? Lo repito: algunos ganaderos, pocos, algunos profesionales de la tauromaquia, pocos, y algunos empresarios y apoderados. El dato es tan demoledor como éste: de los aproximadamente 20 millones de euros que se han gastado en esta feria en los últimos 7 años, 17 millones se los han repartido los toreros, los ganaderos/apoderados/empresarios taurinos y los Chopera, aunque estos últimos en mucha menor cuantía. Esta es la realidad de un negocio que llaman tauromaquia.

Y ahora toca hacer la pregunta del millón: con los datos que han quedado desglosados en este artículo, y en nombre de la tradición y de una mal entendida cultura, ¿merece la pena la tortura de unos cientos de animales? La respuesta es sencilla: no. Transformen la plaza de Vista Alegre de Bilbao en un lugar que genere verdadera cultura. Nos da lo mismo que la gestión, para que esto sea posible, sea pública o privada. Queremos un espacio sin maltrato animal en el que quepan todos los ciudadanos.

El día 25 de agosto estuve en la tradicional manifestación de Bilbao organizada por el Colectivo Antitaurino y Animalista de Bizkaia (CAAB) y, en una corta intervención, micrófono en mano, informé a los presentes, tras haber recabado datos de la asistencia de espectadores en diversas ferias taurinas que se habían celebrado con anterioridad en algunas ciudades de España, de que la tauromaquia, en lo que respecta a los festejos en plaza, está viviendo el peor momento de su historia.

Los mismos taurinos, en declaraciones a diversos medios de comunicación, muestran su preocupación día sí y día también, y una de esas preocupaciones ha quedado evidenciada en los nueve días en que se han programado las Corridas Generales que se celebran durante la Semana Grande de Bilbao o Aste Nagusia.