Según las Estadísticas Anuales de Caza publicadas por el MITECO, se matan más de 200.000 zorros al año, solo en España. Considerado “pieza de caza menor”, es disparado en la totalidad del Estado español, a excepción de los archipiélagos, ya que no hay registro de zorro ni en las islas Baleares ni en las Canarias.
Se le caza con escopeta y con perros en todas las modalidades posibles. Se le engaña atrayéndolo con un cebo acústico que imita el sonido de un conejo herido. En algunas comunidades, como Andalucía, Extremadura y Aragón, se le atrapa dentro de sus propias madrigueras incluso en época de cría, condenando a muerte a los pequeños zorreznos, destrozando las huras que sirven de refugio a muchos animales y, con frecuencia, dejando a los perros en el interior de la madriguera sin poder salir.
Es perseguido en la media veda que comienza a mediados de agosto y acaba a finales de septiembre, enlazando con la temporada general de caza.
En algunas comunidades, como Aragón, está permitida su caza los 365 dias del año con lazos de acero homologados por las administraciones, tipo Collarum o Wisconsin, que se activan cuando el animal acude atraído por el cebo, quedando atrapado por una extremidad o por el cuello. Los guardas de los cotos son los encargados de colocar estas trampas y de revisarlas posteriormente para rematar a los animales que aún no hayan fallecido por deshidratación, infección o atacados por otros depredadores.
Por si fuera poca la presión cinegética a la que son sometidos los animales en España, los cazadores han inventado unas prerrogativas especiales que, con nombres tan diversos como 'caza por daños', 'batida', 'descaste', 'control de depredadores' o 'control de especies', convierten la normativa de caza en una enorme carta blanca en la que todo vale.
Además de todo lo dicho, están los campeonatos, en los que cuadrillas de cazadores, acompañados de sus perros, matan al mayor número de zorros posible. Los campeonatos, financiados con dinero público, acaban con la vida de miles de raposos, cuyos cuerpos acaban hacinados en contenedores.
Como sucede siempre, al lobby cinegético no se le solicita ningún censo, informe o estudio destinado a demostrar que su “gestión” tiene como objetivo algo más que subir a redes las fotos de sus logros, sonriendo triunfales al lado de los ensangrentados cadáveres. En cambio, somos los defensores de los animales los que debemos demostrar que la naturaleza posee su propio sistema de autorregulación y que todos los animales cumplen una función ecológica en el medio.
En el caso del zorro, sabemos que dispone de diversos mecanismos que le permiten adaptarse a multitud de ecosistemas, y que la presión cinegética ejercida sobre él provoca un efecto vacío, de modo que otros individuos acuden a ocupar los espacios vacantes.
Sabemos también que son grandes dispersores de las semillas de los frutos que ingieren y que ayudan en la limpieza del monte, retirando la carroña que forma parte de su dieta. Pero también sabemos que parte de su alimentación incluye conejos y varias especies de aves, por lo que los cazadores los ven como competidores a quienes hay que eliminar. Ya sabemos que la actividad venatoria no obedece a ningún objetivo de gestión, sino al simple deseo de matar por matar, por jactancia, por estatus y porque pueden.
Las asociaciones Loita Raposa y Free Fox estamos movilizando a los activistas para realizar una acción directa en Pontevedra, lugar en el que el próximo sábado 21 de enero se llevará a cabo un campeonato, que es el primero confirmado por la Xunta de Galicia. Consistirá en pasear por el monte con silbatos, cacerolas y otros objetos ruidosos que ahuyenten a los animales para que los cazadores no puedan abatirlos con sus disparos.
Los colectivos Faada, Ecologistas en Acción, Libera, Pacma, Anadel, Loita Raposa y Free Fox, entre otros, hemos realizado multitud de acciones destinadas a pedir el fin de la caza del zorro. La concienciación, la visibilización, las denuncias y las concentraciones son clave en las luchas contra los grandes lobbies que viven de la explotación y la masacre de animales, pero también creemos en la acción directa, en acudir a los lugares en los que se comenten estos atropellos contra los demás animales y demostrar que somos cada vez más los que estamos a favor de la vida y en contra de las masacres llevadas a cabo por ese colectivo sin alma que son los cazadores.
En el año 1962 la británica Gwen Barter salvaba vidas tapando con su cuerpo las madrigueras de los zorros, consiguiendo de ese modo evitar que los cazadores les dispararan. ¿Cómo nosotr@s, que somos cientos de miles, vamos a permitir que maten a nuestros raposos? ¿Cómo vamos a dejar que lo hagan delante de nuestros ojos? Os animamos a no ser indiferentes, a no tener miedo y a no dejarles solos, pues somos lo único que tienen.
Las personas interesadas en acudir a la protestas pueden escribirnos a freefox.esp@gmail.com
Cuantos más seamos, más vidas salvaremos.
Según las Estadísticas Anuales de Caza publicadas por el MITECO, se matan más de 200.000 zorros al año, solo en España. Considerado “pieza de caza menor”, es disparado en la totalidad del Estado español, a excepción de los archipiélagos, ya que no hay registro de zorro ni en las islas Baleares ni en las Canarias.
Se le caza con escopeta y con perros en todas las modalidades posibles. Se le engaña atrayéndolo con un cebo acústico que imita el sonido de un conejo herido. En algunas comunidades, como Andalucía, Extremadura y Aragón, se le atrapa dentro de sus propias madrigueras incluso en época de cría, condenando a muerte a los pequeños zorreznos, destrozando las huras que sirven de refugio a muchos animales y, con frecuencia, dejando a los perros en el interior de la madriguera sin poder salir.