El alpinista Alex Txikon pretende volver a hacer historia en los primeros meses de 2017. El montañero vizcaíno quiere lograr lo que no ha alcanzado ningún otro: escalar la cima del mundo, el Everest, en la temporada invernal, sin usar oxígeno artificial y en una reducida expedición en la que no irá acompañado de ningún otro alpinista profesional.
Sin duda, uno de los mayores desafíos actuales en el mundo de la aventura, si no el mayor de todos, consiste en ascender el Everest, la montaña más elevada de la Tierra, con 8.848 metros de altura, en pleno invierno, y de la manera más pura, sin la utilización de botellas de oxígeno. La primera vez que se lograba coronar la cima del mundo durante la durísima temporada invernal (con temperaturas mínimas de -60 grados y vientos huracanados de hasta 150km/h) fue una expedición compuesta por los alpinistas polacos, Krzysztof Wielicki y Leszek Cichy, en un hito que data ya de 1980. Entonces lograron escalar el Everest en pleno invierno, eso sí, utilizando oxígeno embotellado y apoyándose en una numerosa expedición de 20 miembros y varios sherpas. Desde entonces son ya 15 los alpinistas que lo han conseguido en esta estación, pero nadie lo hecho sin la ayuda de oxígeno artificial.
De hecho, el que más cerca estuvo fue el sherpa Ang Rita, quien hizo cima sin oxígeno suplementario el 22 de diciembre de 1987, el primer día oficial del invierno, por lo que comenzó la expedición en otoño, incluyendo la aclimatación y la ascensión en sí. Curiosamente solo estuvo unas horas por encima de los 8.000 metros, por lo que no se puede considerar realmente como ascensión invernal ya que para ello toda la expedición debe realizarse en invierno.
Y éste es precisamente el gran reto a batir de la nueva expedición del alpinista vizcaíno Alex Txikon. El éxito o el fracaso de la expedición no es lo más importante, ya que suceda lo que suceda, la aventura está garantizada.
Otra de las claves de la gesta, que comenzará el próximo 25 de diciembre y que prevé finalizar a finales de febrero, es que Alex Txikon se apoyará en un muy reducido equipo de colaboradores, sin la participación de ningún otro gran alpinista internacional, como ha sucedido en las anteriores expediciones llevadas a cabo hasta ahora por el montañero vasco.
Además el equipo liderado por Txikon grabará la odisea, con el objetivo de inmortalizar la gesta en una película, con una muy cuidada fotografía mezclada con la última tecnología audiovisual, en la que se intentará mostrar la soledad y el aislamiento de los alpinistas durante una verdadera aventura invernal. Este documental está llamado a ser una referencia sobre las grandes gestas humanas.
La idea del equipo es centrarse en el lado más humano de la aventura, haciendo partícipes de la misma al equipo encargado de la filmación. Se trata de plasmar la dura vida en el campo base, con muy pocas horas de luz y temperaturas extremas, el equipamiento de la peligrosa cascada de hielo del Khumbu, la fase de aclimatación subiendo cada vez más alto y bajando por la montaña en numerosas ocasiones, así como el ataque a cumbre como guinda final.