Este fin de semana se celebró la décimo octava edición del Cross al Yelmo organizada por el Club de Montaña La Pedriza del Manzanares. En esta ocasión, coincidiendo con la ‘mayoría de edad’ de la prueba, se quiso homenajear al pueblo saharaui recordando la situación por la que pasan de 40 años de exilio, viviendo en campamentos de refugiados en pleno desierto. Los trofeos han sido elaborados artesanalmente en la Escuela y Cooperativa de Cerámica Saharaui.
Además de los 50 niños que realizan un circuito urbano, tomaron la salida 294 corredores que realizaron el recorrido de 16 km, que sale de la plaza del pueblo de Manzanares el Real y se adentra en el Parque Nacional Sierra de Guadarrama, regresando a la plaza después de un vertiginoso descenso desde la mole granítica más emblemática de La Pedriza, El Yelmo.
Este año el calor fue protagonista desde las primeras horas del día, lo que no evitó que la ganadora de la prueba, Celia Cuevas, con un tiempo de 1:45:48, estableciera un nuevo récord y se llevara el jamón que ofrece todas las ediciones la organización a quien lo supere. En la categoría masculina Javier Hernando fue el más rápido, con un tiempo de 1:26:29.
Gracias a los casi 100 voluntarios implicados, y a que el cuidado de la naturaleza es un deber de todos, no solo fue un éxito a nivel deportivo, sino también a nivel medioambiental.
Teniendo en cuenta el entorno por el que discurre la carrera, la organización siempre ha tomado medidas para que el impacto sea mínimo e incluso ha creado una sección enfocada específicamente a este aspecto. Dicha sección, entre otros cometidos, realiza el recorrido el día antes y el mismo día de la carrera recogiendo cualquier residuo que haya podido quedar en el sendero.
Una prueba de carácter solidario
Los trofeos que recibieron los mejores corredores de esta edición, incluyendo a los más jóvenes de la carrera infantil, fueron fabricados artesanalmente con la arena del desierto del Sahara por una cooperativa formada por mujeres saharauis en sus remotos asentamientos. Asimismo, y como ya viene siendo habitual en esta prueba, se solicitó a todos los participantes un kilo de alimentos no perecederos que serán repartidos entre los más necesitados por una asociación de Manzanares el Real.