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Iñigo Ayllón: “En estos momentos tan delicados para los deportes de montaña, la gente busca un faro, y esa luz yo no la he visto en la FEDME”

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Ahora que algunas CCAA han pasado a la Fase 1, de forma total o parcial, podrías explicarnos qué pueden y qué no pueden hacer los aficionados a la montaña.

En cuanto a la práctica deportiva no hay cambios sustanciales respecto a la Fase 0. Podemos hacer deporte de forma individual dentro de nuestro municipio accediendo libremente al medio natural y dentro de las franjas horarias marcadas (en función de que tengan más o menos de 5.000 habitantes). Los federados pueden salir dos veces al día.

Es evidente que, para quienes nos gusta la montaña, esto nos resulte insuficiente y especialmente en grandes ciudades o que no cuentan con buenas zonas de actividad. También hay que pensar en la situación de crisis sanitaria en que nos hayamos y que la regulación jurídica es general para todas las modalidades deportivas.

El cambio a la Fase 1 ha sido un jarro de agua a las expectativas. No parece muy congruente esa opción de movimiento provincial y tener que seguir limitados al municipio para la práctica deportiva, más aun cuando se están activando otras actividades que, objetivamente, van a suponer un aumento del riesgo de contagio mayor que la práctica deportiva.

Esperemos que haya rectificaciones en breve.

Y en cuánto a las actividades de turismo activo y naturaleza, ¿cómo se pueden desarrollar éstas?

Ante todo siguiendo las pautas de seguridad que marcan las instituciones. En este sentido hay varias organizaciones que ya han sacado protocolos de actuación.

La norma exige que sean grupos pequeños y que sigan teniendo el límite de la provincia. Hay que destacar que estas actividades son turísticas y no deportivas y que se exige que la empresa esté registrada en su CCAA como tal (y hay CCAA que no tienen creada normativa para éstas).

Por otro lado, ¿no es curioso que un guía profesional pueda salir con un grupo de hasta 10 personas a la montaña, y en cambio no puedan salir 2 personas juntas a hacer actividad sin la presencia de un guía?

Creo que es un claro ejemplo de dos cuestiones:

-La presión ejercida por el sector turístico (ANETA y AEGM entre ellas) por que se tenga en cuenta a este sector. Juraría que es la primera norma estatal donde se habla de turismo activo, lo que es, sin duda, un éxito y una gran noticia para este sector.

-La necesidad de controlar las “aglomeraciones” de gente. De los 5 párrafos del artículo 47 de la Orden SND/399/2020, del 9 de mayo, en 4 se habla de medidas sanitarias. En esta línea es coherente el permitir una actividad así y no que nos juntemos 5 amigos por aquí, otros tantos por allá…

Entendemos que es mucho más sencillo controlar a los aficionados que salen con un guía, pero ¿no crees que exista el mismo, o incluso menor riesgo de contagio en un grupo de 2 personas que no en uno de 10, haya o no guía?

El volumen de transmisión es mayor en grupos grandes, es evidente. Pero también se impone una obligación al guía/empresa de promover y mantener unas medidas, equipos, etc… Es decir, la administración traspasa al guía la obligación de velar por el cumplimiento de las medidas sanitarias… esto puede generar consecuencias jurídicas para ellos.

Y de cara a la gente que pretenda salir sin guía en un futuro, más o menos cercano, ¿qué propuestas ha hecho o va a hacer la FEDME para facilitar la incorporación y acceso a estos deportistas y/o aficionados a la montaña para poder hacer actividad en grupo?

Aquí puedo referirte al trabajo que estamos haciendo desde el Comité de Seguridad. Quienes estamos en él, junto con los responsables autonómicos, hemos elaborado documentos que sirvan de referencia para esa “nueva normalidad” en la montaña. Revisión de protocolos, EPIS, desinfección de equipos,… Ha sido un trabajo enorme, hecho de manera voluntaria, porque entendemos que una situación extraordinaria requiere respuestas eficaces para nuestros federados, para los practicantes y para la sociedad en su conjunto.

Desde mi punto de vista particular, llevo 15 días colgado al teléfono, el whastapp y las redes sociales intentando aclarar las normas del BOE y su repercusión a amig@s, guías de montaña, empresas, Federaciones Autonómicas, medios de comunicación, deportistas,… Hay un complejo cóctel de miedo, ganas, incertidumbre y la sociedad busca respuestas. Creo que, como Comité de Seguridad y, especialmente, sus miembros como individuos montañeros apasionados y comprometidos, hemos puesto nuestro grano de arena para ayudar en esta situación.

De la FEDME a alto nivel no puedo decirte nada. Yo espero que se haya movido a alto nivel y haya presionado haciendo piña con las Federaciones Autonómicas y los deportistas de élite que tenemos. Si lo ha hecho, no lo ha vendido.

Entonces, ¿no debería ser la FEDME, en estos momentos tan delicados para los deportes de montaña, más proactiva a la hora de facilitar información a sus federados sobre la situación actual y cómo va cambiando casi a diario?

Es justo lo que te comentaba antes. La gente busca un faro, y esa luz yo no la he visto en la FEDME. Creo que en montaña somos mucho más que competición y alto nivel. La FEDME tiene grupos de trabajo y gente muy válida que podía haber hecho un trabajo extraordinario. Pero, o no se ha hecho, o no se ha contado.

Estos días me ha consultado gente de prácticamente todas las Comunidades de España. Llamaban buscando una información que no encontraban. Y eran gente de clubes de montaña, de Juntas Directivas de Federaciones Autonómicas, deportistas... Se encontraban desconcertados por la falta de respuesta desde “arriba” y la presión que tenían desde “abajo”.

Por último, ¿piensas que es lógico que se pueda salir de un municipio para hacer actividad en un rocódromo al aire libre en otro municipio, pero no se pueda para ir a hacer actividad a la montaña?

Es cierto que hay normativas que parecen incoherentes a nuestros ojos. Por poner un poco de luz, debo recordar que estamos en un momento histórico, una situación extraordinaria que no tiene parangón en ninguna sociedad occidental moderna. Estamos “improvisando”. Se están creando normas a una velocidad vertiginosa sobre situaciones inciertas e inseguras (aquí y en todo el mundo). El desarrollo normativo actual es imposible que dé respuesta satisfactoria a todos los sectores. Se mezcla el miedo al Coronavirus con el miedo al caos económico, pero también está el caos social y los perjuicios a la salud psíquica y física de los ciudadanos. Y hay que crear una norma genérica, que sea factible en su cumplimiento y en la vigilancia del mismo.

Seamos pacientes que llegará el momento de retomar la libertad en nuestras montañas.