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Juanito Oiarzabal retoma el proyecto de escalar por segunda vez las 14 montañas más altas del planeta

“Los ochomiles son mi hábitat natural”. Con esta afirmación, el montañero vasco Juanito Oiarzabal confirmaba a la prensa que retomaba el proyecto 2x14x8000 con su próxima expedición al Dhaulagiri (8.167 metros). Bajo el patrocinio de Saunier Duval, su Servicio Técnico Oficial y su red de instaladores Instal Xpert, el alpinista comenzará una nueva expedición junto al escalador Alberto Zerain el próximo 3 de abril, que le llevará a Katmandú (Nepal) para avanzar en su reto de alcanzar dos veces los 14 ochomiles y convertirse, así, en el primer montañero de la historia en conseguir este importante hito.

Bajo el lema “Ser el primero es una actitud”, Juanito Oiarzabal retoma el reto del 2x14x8000 que comenzó en 2009 y que le reafirmará como uno de los alpinistas más importantes del mundo. Tras haber tocado por segunda vez la cima de diez ochomiles, ahora se enfrenta al desafío de escalar los últimos cuatro para conseguir culminar su proyecto. Un proyecto impulsado por la pasión que este alpinista, que ya lo ha demostrado todo en el terreno deportivo, siente por la montaña.

Durante este año, Juanito Oiarzabal se enfrentará, junto a Alberto Zerain, al Dhaulagiri (8.167 metros), el séptimo pico más alto del mundo, situado en la cordillera del Himalaya (Nepal); y al Broad Peak (8.047 metros), también conocido como K3, entre la frontera de Pakistán con China, que es la duodécima montaña más alta de la Tierra.

La segunda fase del reto 2x14x8000 se espera completar en 2017, con la ascensión de la decimocuarta montaña más alta, el Shisha Pangma (8.046 metros) en China; y el Nanga Parbat (8.125 metros), la novena del mundo y la segunda más alta de Pakistán.

Próxima expedición: Dhaulagiri

De las cuatro cimas que faltan, el Dhaulagiri es la que más preocupa a la cordada formada por Oiarzabal y Zerain. “Se trata de una montaña que conozco muy bien, he estado en otras dos ocasiones y es la más peligrosa de las que me quedan”, asegura Juanito a sus casi 60 años, 47 expediciones y 26 ochomiles escalados. El éxito de esta expedición marcará el ritmo de las siguientes.

Los puntos más peligrosos de esta montaña se encuentran al principio y al final. El campo II (6.500 metros) se convierte en un lugar frecuente de avalanchas en cuanto se acumula nieve en la montaña. Las noches que pasen en este campo de altura correrán siempre el riesgo de convertirse una trampa mortal. El último tramo, del campo III (7.550 metros) a la cima, es otro de los puntos más peligrosos de la ruta. “Debemos equipar toda la vía a la perfección. Cualquier error puede convertirse en mortal”, matiza Juanito ansioso por estar ya en el campo base y revisar de forma visual toda la montaña.

Tras el intento del Broad Peak (8.047 metros) el año pasado, esta nueva expedición fortalecerá también la cordada formada desde entonces por Oiarzabal y Zerain. Para éste último será la primera vez en esta montaña y repasa en su cabeza una y otra vez los planes diseñados para escalarla. “Tengo muchas ganas de encontrarme ya en el campo base para ver cómo está la montaña y con qué medios disponemos para equiparla”.

Zerain es consciente de los riesgos que plantea el ochomil y sabe que debe estar pendiente de que la cordada se mantenga siempre unida tanto en la subida como en la bajada. “Después de tantos años siguiendo la actividad de Juanito, ahora me he unido a su reto para apoyarle, acompañarle y asegurar en la medida de lo posible el acceso a las cimas. Supone olvidarme un poco de mí, para diseñar bien una estrategia que asegure la cima de los dos”.

El calendario de la expedición

El trekking marcará el inicio de la expedición y el inicio también de la aclimatación hasta alcanzar los 4.600 metros de altitud en los que se asienta el campo base. Una vez allí, en torno al 23 de abril, comenzarán a instalar los campos de altura pasando una noche en cada uno de ellos antes de partir desde el campo base en el ataque a cima final. En total pasarán tres semanas aclimatando y equipando con cuerda la pared de la montaña.

En torno a la segunda quincena de mayo, atacarán la cima. En función de los partes meteorológicos, esperarán a la ventana de buen tiempo para ascender desde el campo base hasta la cima pasando por el camino una noche en cada campo de altura instalado. En total, en 3 o 4 días se alcanzaría la cima.

Tras el ataque a cima hasta agotar todas las posibilidades que les dé la montaña, regresarán a Vitoria-Gasteiz a primeros de junio para descansar y continuar con su sueño de 2x14x8000 porque en junio les esperaría el Broad Peak (8.051 metros). “Vamos poco a poco, ahora toda la concentración la tenemos puesta en el Dhaulagiri”, insiste Juanito.

Primera vez tras el terremoto de Nepal

Al margen de la cima, la expedición considera ya un éxito caminar por Nepal de nuevo, por su capital Katmandú y por los valles que unen hasta el campo base de la montaña. Tras el terremoto de 7,9 grados y tras sus repeticiones, que golpearon al país provocando más de 8.000 muertos, 14.000 heridos y el hundimiento de la economía, pocas son las expediciones de montaña que han conseguido organizarse con éxito. “Ahora más que nunca es importante que la gente viaje hasta Nepal, la puerta de los ochomiles, para que su población vuelva a contar con los medios necesarios para salir adelante a través del turismo de montaña”, señala Juanito Oiarzabal quien considera Katmandú su segundo hogar.