Hoy estoy perezoso, me noto espeso; debe ser la edad, el tiempo, o el invierno. Igual simplemente es que soy realmente un zángano. Cuando eso pasa, no tan a menudo, me voy a entrenar y le doy duro, cuesta arriba y cuesta abajo. Y el curro que lo haga otro. Así que hoy le cedo la palabra, con sumo gusto, a un amable lector que nos escribió hace ya algún tiempo desde el sur.
“...en Málaga asistí a la conferencia de Juanito Oiarzabal, organizada por la fundación Eroski. El acto en sí fue un éxito de público que abarrotó la sala de conferencias ubicada en el Centro Cívico. Al menos 350 personas asistieron con gran expectación la llegada a Málaga de nuestro admirado alpinista. Presentó, Juanito, un avance en primicia de lo que será el montaje audiovisual de la ascensión al K2 por parte de la expedición del Al Filo. Magnifico audiovisual, aderezado con la personalísima forma de contar sus vivencias por parte de Oiarzabal. Tras el acto se abrió un turno de palabra... Puestos en ese contexto y ante preguntas del tipo ”qué llevas en la mochila el día del ataque a la cumbre“, me decidí a plantear en el turno de preguntas mi opinión compartida con Iñaki Ochoa de Olza, expuesta en su magnifico artículo titulado “Ruedas de molino” (CampoBase nº8). Además hice mención al verdadero éxito alpinístico de la temporada, la repetición de la Magic Line por la expedición catalana. Juanito reconoció, aunque de pasada, el mérito alpinístico de Corominas y compañía, y luego entro a saco en un cúmulo de descalificaciones hacia Iñaki y su trayectoria como alpinista. A saber, y por orden, dijo de él que era un alpinista que no había demostrado nada en su trayectoria salvo subir a las cumbres por las vías normales, y generalmente aprovechándose de las cuerdas fijas montadas por la expediciones que le antecedían. Que cualquiera de los que formaba equipo con él (Oiarzabal) en sus expediciones le daba cien mil vueltas como alpinista a Iñaki. Que Iñaki había montado un numerito sobre un supuesto record en el K2 aprovechándose de las cuerdas fijas montadas por la expedición de Al filo. Dijo de Iñaki, y esto es literal, que...”es un descerebrado que haría mejor estándose calladito“, y aludió finalmente al artículo publicado en vuestra revista. En fín, personalmente creo que fue Juanito Oiarzabal en estado excesivamente genuino. Sin duda, dió la sensación de que cuando alguien se instala en el ”star system“, pierde toda su magia como ser humano y como alpinista. Al menos en esta ocasión, esa ha sido la sensación que ha dejado en muchos de nosotros, que seguiremos admirando más sus gestas que sus respuestas. Un cordial saludo.”
¿Algo qué opinar? Yo, no. Como tengo el día vago, no voy a decir nada, que cansa. Sólo añadiré que hay gente que te llama idiota y te hace un favor. Además, si no tengo nada bueno que decir de alguien, prefiero quedarme “calladito”, desde luego, y dejar que sea el tiempo el que ponga a cada uno en su sitio, si no es mucho pedir. Nietzsche dijo en una ocasión que “hay espíritus que enturbian sus aguas para hacerlas parecer profundas”. Y eso que el tío se murió hace un montón de años y se quedó sin conocer las épicas gestas de los héroes modernos, tan bien glosadas por los Homeros de nuestros días. Seguro que se revuelve en su tumba, el pobre.
Columna publicada en el número 48 de Campobase (Febrero 2008).