El pinar de Tamadaba, al noroeste de Gran Canaria, es una meseta situada a 1.000 metros de cuyos bordes son paredes que caen al vacío formando escalones. Esas paredes negras son una maravilla que la naturaleza brinda a los escaladores. Lo mejor es la variedad de vías, cortas y explosivas, o más largas –hasta 200 metros– y accesibles, y aún se sigue equipando. También encontraremos algunos desplomes y bloques para hacer búlder. Pero lo más excepcional es el entorno: un alucinante bosque de pino canario con el océano Atlántico al fondo y unas vistas incomparables.
Dentro del pinar se pueden hacer numerosas excursiones. La más interesante es el tradicional ‘Camino de los Romeros’ de la fiesta de la Rama. Parte de la Cruz de María-San Pedro. Si lo hacemos desde San Pedro se debe subir por el Barranco de María, una ascensión dura por la que apreciamos el cambio de climas y vegetación, pasando de un piso árido a zonas altas y exuberantes gracias a las nieblas de condensación de los alisios. El camino pasa por las Cuevas de Bibique o Berbique, asentamientos humanos en oquedades de la piedra hasta no hace mucho utilizados aún.
Agaete
El noroeste de Gran Canaria es una zona alejada del turismo de masas. Agaete es su núcleo principal. Es interesante recorrer sus pueblos y barrancos. Acercarse a Artenara o la Cruz de Tejada o recorrer los acantilados y miradores de la costa oeste. No se puede dejar pasar la festividad principal de Agaete: la Fiesta de la Rama, el 4 de agosto. Basada en una tradición aborigen, los romeros bajan de la montaña agitando ramas invocando a la lluvia. Todo un evento.