Tanto la temporalidad como los efectos están presentes en todo entrenamiento con el claro objetivo, que hemos mencionado en tantas ocasiones de la adaptación biológica. Algunos de los cambios provocados por el entrenamiento tienen lugar en:
El sistema muscular
- Aumento de la densidad de la masa muscular.
- Mejoramos las albúminas contráctiles.
- Incrementamos los almacenes energéticos (glucógeno y fosocreatina).
- Desarrollo de mayor resistencia muscular.
- Se facilita la sinapsis nerviosa, es decir la interconexión del impulso y su transmisión.
El sistema respiratorio:
- Mejora nuestra capacidad vital.
- Facilita una mejor comunicación respiratoria.
- Se reducen el número de respiraciones.
- Aumenta la profundidad de respiración.
- Mejora la capacidad de ventilación.
El sistema cardio-circulatorio:
- Como todo músculo cuando se trabaja aumenta de tamaño.
- Este aumento de tamaño le hace que reduzca la frecuencia cardiaca por que tiene más volumen sistólico y con menos contracciones irriga sanguineamente mejor el cuerpo.
- Incrementa las reservas de glucosa en hígado logrando también que se mantenga durante el ejercicio unos buenos niveles en sangre.
- Aumenta la hemoglobina en sangre, responsable entre otros del transporte de oxígeno.
Pero tenemos que ser conscientes que todas estas mejoras por su temporalidad y efecto tienen un ritmo de pérdida que está relacionada con el tiempo de ganancia. Es decir, que perdemos capacidades físicas directamente proporcionales a lo que nos ha costado lograr esa mejora y más acuciadamente cuanto más exigente hayan sido esos limites logrados. Con esto no aclararemos las dudas de cuanto se tarda en mejorar esta u otra capacidad pero si orientaremos en relación a otras capacidades lo que podemos tardar en mejorarla.
Con lo cual, cuando dejamos de entrenar que ocurre:
Lo más rápido que se pierde es la capacidad ANAERÓBICA: se tarda de días a semanas en perder por ejemplo la velocidad.
Comentario: a la hora de volver a enfrentarnos a una vía difícil, después de un periodo de “sequía”, parece que nos falta algo y es fundamentalmente la rapidez de movimientos.
Lo siguiente que perdemos es la capacidad AERÓBICA: de semanas a meses.
Comentario: después de un tiempo sin hacer nada es más fácil que aguantemos una marcha intensa, de varios días, exigente que una escalada rápida, la cual la podremos afrontar aunque nos dejará mas sensación de baja forma que la marcha o trekking.
Posteriormente perderemos la capacidad del SISTEMA CARDIO RESPIRATORIO: de meses a años.
Comentario: el ritmo de las pulsaciones es un rango que se pierde paulatinamente. Después de un ejercicio notaremos como nuestro corazón no para y no se recupera.
La siguiente perdida tendrá lugar en el SISTEMA MUSCULAR: se tarda años en perder de forma muy progresiva. El ejemplo más común tiene lugar en la fuerza.
Comentario: fuerza siempre tenemos, enfrentarnos a una escalada exigente es más difícil, pero podemos hacer vías de menor grado. Notamos esa perdida de efectividad y de capacidad pero podemos hacer actividad de trepadas.
Lo último que perderemos o incluso se puede dar el caso que no suframos perdidas es en el SISTEMA NEUROMUSCULAR que está representada por la coordinación, la destreza de movimiento, la preparación técnica, etc.
Comentario: no se suele olvidar como se hace una reunión o la posición técnica de chimenea, fisura, técnicas para el uso de crampones, etc. Las podemos hacer mejor o peor pero técnicamente el esquema motor lo mantenemos porque incluso con el paso del tiempo ejecutamos todas esas acciones con dignidad.
Sabemos o por lo menos reconocemos que existen capacidades físicas, sobre las que notamos más la perdida desde el primer momento que salimos al mundo, como es la flexibilidad. La perdemos con el paso del tiempo. La capacidad de flexibilidad que teníamos en nuestros primeros años de vida no volverá, pero al pero hay otras capacidades como la fuerza que hasta los 25 o 30 años no comienza a disminuir su capacidad. Además de forma muy progresiva. No obstante, ya sabéis que en toda regla siempre hay excepciones, quien sabe si podéis ser una de esas, animo y que la Fuerza os acompañe.
Bibliografía F. Navarro – J.P. Duran