Los migrantes llegados a Gran Canaria en patera pasan más de 72 horas bajo custodia policial, en el suelo de una nave sucia y sin duchas
Una nave del Puerto de Las Palmas es la alternativa a las comisarías escogida para la filiación de los migrantes que llegan en patera a Canarias durante la pandemia. El hacinamiento, las malas condiciones de los calabozos y el positivo por COVID-19 registrado en la Comisaría de Maspalomas condujeron a habilitar este espacio como una medida para velar por la salud pública. El 26 de mayo entraron los dos primeros grupos. Ese mismo día, los propios agentes de la Policía Nacional, encargada de custodiar el almacén y de efectuar el registro, procedieron a barrer “el polvo y los restos de cartón y madera” del suelo con “una manguera y escobas”, según un oficio emitido por el Jefe Superior de Policía a la Delegación del Gobierno. Desde entonces, los adultos llegados por vía marítima a Gran Canaria han pasado por esa nave, prevista en un principio como lugar dedicado en exclusiva a la filiación. Sin embargo, cuatro personas han superado ya el máximo de 72 horas retenidas que permite la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que solo contempla como excepción los casos de terrorismo. Ya no están bajo custodia policial, pero ninguna ONG los asiste y continúan en la nave hasta el momento.
De este modo, este jueves el espacio es compartido entre personas llegadas a las costas de la Isla en diferentes embarcaciones. Fuentes especializadas en el acompañamiento a población migrante señalaron a esta redacción que el inmueble en el que las personas pasan sus primeros días de cuarentena solo cuenta con cuatro baños portátiles y no tiene duchas. Además, los ocupantes duermen en colchonetas a ras de suelo. El documento emitido por la Policía también resalta que las colchonetas han sido trasladadas por parte de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana y desde la Comisaría de Policía de Maspalomas se aportaron mantas. También Seguridad Ciudadana facilita las raciones de comida.
Por su parte, fuentes de la Delegación del Gobierno han asegurado a este periódico que, junto con la Policía Nacional, “han realizado un esfuerzo para dar respuesta a un problema puntual, habilitando unas instalaciones para poder realizar el pertinente e inicial procedimiento de reseña de los migrantes antes de derivarlos al sistema de acogida, velando en todo momento por que no se produzcan situaciones de desamparo”. “Se sigue reforzando e impulsando la coordinación de todas las administraciones, locales, autonómica y central, así como del resto de actores implicados, para articular las medidas necesarias para la acogida de los migrantes que llegan a nuestras costas”, añaden estas fuentes.
No es la primera vez que los migrantes que pasan por el almacén portuario superan el límite de tiempo legal retenidos. El primer grupo que la ocupó fue atendido y trasladado a otro recurso alojativo gestionado por Cruz Roja después de que la Policía Nacional abandonara la nave. “Se va a retirar el servicio policial establecido en dicho recinto, permaneciendo un vehículo tipo Z en el exterior a fin de evitar cualquier altercado”, señaló el Jefe Superior de Policía en un comunicado oficial. Antes de su retirada, se realizó una solicitud de acogida a la administración competente, la Subdirección General de Programas de Atención Humanitaria y Centros de Migraciones, dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Entre estas personas, dos dieron positivo en COVID-19, después de que se realizaran los test a todas ellas. Una medida recientemente implantada y que se aplica a todos los migrantes llegados en patera o cayuco a las Islas. Los dos contagiados fueron aislados en el propio recinto. Los 15 posibles menores identificados en el grupo fueron trasladados a un espacio habilitado por la Dirección General de Protección a la Infancia y la Familia del Gobierno de Canarias. La directora general de este departamento, Iratxe Serrano, insiste en que los menores “nunca van a estar en esa nave”.
La falta de recursos suficientes para albergar a los menores durante la cuarentena ha hecho que se habiliten lugares alternativos como la residencia escolar de la Cuermeja, en La Aldea de San Nicolás, donde permanecen desde este miércoles 16 niños. Previamente, se les hicieron las pruebas de detección del virus y todos han dado negativo. Su atención estará coordinada por la ONG y el Ayuntamiento ha insistido en que el municipio “está marcado por la emigración de muchos vecinos que se vieron obligados a buscar una mejor vida lejos de su tierra” y desde hace años ofrece acogida a personas que viven situaciones de necesidad en sus países y que terminan en algunos casos estableciéndose de forma definitiva en la localidad.
Plazas de acogida
CEAR Canarias ha resaltado en su cuenta de Twitter que “no puede ser una excusa la no existencia de plazas de acogida humanitaria para que las personas que llegan a Canarias acaben en naves industriales, almacenes, tirados en el suelo y excediendo la custodia policial”. El traslado de migrantes a recursos de otras comunidades autónomas o su reagrupación familiar en otros puntos de la Península tampoco es una medida contemplada por el Ministerio del Interior, que afirmó a Canarias Ahora que ni durante el estado de alarma ni antes se preveía ningún desplazamiento de inmigrantes desde el Archipiélago a otras zonas del país.
Mientras tanto, la ruta canaria continúa activa, y tampoco la pandemia trunca el sueño europeo de miles de personas. Según datos publicados por Efe, Canarias está a punto de superar las cifras de entrada de inmigrantes en patera de 2019, cuando alcanzaron tierra firme 2.698 personas. A 4 de junio de 2020, ya se contabilizan 2.601 supervivientes. A esta cifra se suma también el dato invisible de fallecidos y embarcaciones desaparecidas.
La última patera ha llegado este jueves a Lanzarote. Salvamento Marítimo ha rescatado esta mañana a 40 kilómetros del sur de Arrecife a 49 inmigrantes a bordo de una lancha neumática, entre ellos cuatro menores, procedente de Marruecos.
Una nave del Puerto de Las Palmas es la alternativa a las comisarías escogida para la filiación de los migrantes que llegan en patera a Canarias durante la pandemia. El hacinamiento, las malas condiciones de los calabozos y el positivo por COVID-19 registrado en la Comisaría de Maspalomas condujeron a habilitar este espacio como una medida para velar por la salud pública. El 26 de mayo entraron los dos primeros grupos. Ese mismo día, los propios agentes de la Policía Nacional, encargada de custodiar el almacén y de efectuar el registro, procedieron a barrer “el polvo y los restos de cartón y madera” del suelo con “una manguera y escobas”, según un oficio emitido por el Jefe Superior de Policía a la Delegación del Gobierno. Desde entonces, los adultos llegados por vía marítima a Gran Canaria han pasado por esa nave, prevista en un principio como lugar dedicado en exclusiva a la filiación. Sin embargo, cuatro personas han superado ya el máximo de 72 horas retenidas que permite la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que solo contempla como excepción los casos de terrorismo. Ya no están bajo custodia policial, pero ninguna ONG los asiste y continúan en la nave hasta el momento.
De este modo, este jueves el espacio es compartido entre personas llegadas a las costas de la Isla en diferentes embarcaciones. Fuentes especializadas en el acompañamiento a población migrante señalaron a esta redacción que el inmueble en el que las personas pasan sus primeros días de cuarentena solo cuenta con cuatro baños portátiles y no tiene duchas. Además, los ocupantes duermen en colchonetas a ras de suelo. El documento emitido por la Policía también resalta que las colchonetas han sido trasladadas por parte de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana y desde la Comisaría de Policía de Maspalomas se aportaron mantas. También Seguridad Ciudadana facilita las raciones de comida.