La ruta migratoria canaria arrastra más de 200 muertes y 149 cadáveres sin rescatar
La ruta canaria se ha vuelto a abrir. El “opaco” sistema de control migratorio de las Islas, unido a las dificultades para rescatar y localizar a las pateras que toman esta vía, la convierten en el segundo itinerario más mortal de 2019, ha explicado a Canarias Ahora Helena Maleno, fundadora de la plataforma Caminando Fronteras y activista por los Derechos Humanos. Según datos recabados por esta organización, 228 personas han muerto tratando de alcanzar el Archipiélago, de las que solo se ha logrado recuperar los cadáveres de 79 (34%). Por lo tanto, los cuerpos de 149 náufragos siguen perdidos en medio del océano, provocando un “daño irreparable para las familias que, sin cuerpo, son incapaces de hacer el duelo y eternizan su dolor”.
Canarias tiene, además, “menos capacidad para atender a los supervivientes de los naufragios” y “vulnera aún más los derechos de las víctimas”. Maleno lamenta que se aplique la Ley de Extranjería a “personas que llevan semanas en el mar y han visto a otros compañeros morir en el trayecto”. “Se les interroga duramente sobre quién era el patrón de la patera y van directamente a comisaría y después al CIE, sin atención ni acompañamiento psicosocial. Esto sería impensable si habláramos de cualquier otro tipo de náufragos”, apunta.
En esta línea, insta a las administraciones y al Gobierno español a expresar su posición en cuanto a las vías de apoyo y atención a familiares de víctimas. “¿A qué teléfono puede llamar un familiar para saber si su hijo ha llegado vivo a Canarias o no? Ninguna región cuenta con este tipo de sistemas, la desidia es generalizada en todo el territorio”, puntualiza Maleno. “Es urgente aplicar a las supervivientes el Protocolo de Asistencia a Víctimas Múltiples antes que la Ley de Extranjería”.
Caminando Fronteras también denuncia la opacidad del sistema de control, rescate y atención migratoria de Canarias. “En ocasiones, hemos identificado pateras en la ruta canaria que de pronto desaparecen y no se da información oficial sobre ellas”, asegura. Asimismo, la plataforma se suma a las protestas de las secciones sindicales de Salvamento Marítimo sobre la falta de medios, recursos y garantías para proteger el derecho a la vida de quienes emprenden una travesía migratoria hacia Europa.
Maleno considera que la solución reside en trabajar “de forma coordinada y hacia un mismo camino” entre las comunidades de migrantes, las redes familiares, las organizaciones sociales, Salvamento Marítimo, favoreciendo la comunicación con terceros países y priorizando el concepto de “hospitalidad” frente al de “acogida”.
Rutas más mortales
Sin embargo, la realidad es muy distinta ya que, por el contrario, “se apuesta por la militarización de las fronteras, dando más poder a las redes criminales, que van abriendo rutas más mortíferas”. Maleno recuerda que Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, estuvo en Canarias en los últimos meses reconociendo que tenían constancia de que la ruta canaria volvería a abrirse: “Ya en 2019 invirtieron millones de euros en militarizar la ruta de Alborán, me gustaría saber cuánto piensan invertir en militarizar la canaria y qué empresas saldrán ganando”.
La suma de las víctimas que han dejado las distintas rutas hacia Europa en los 37 naufragios que han tenido lugar este año arrojan datos desoladores. El monitoreo de Caminando Fronteras contabiliza 137 muertas y 518 desaparecidas en el Mediterráneo Occidental, de las que 54 eran niños y 104 mujeres, “víctimas directas de la necropolítica fronteriza”. Aunque el Estrecho y Alborán concentren la mayoría de hundimientos, Canarias y Alborán registran la mayoría de víctimas: “Las políticas migratorias han reducido las salidas, pero han hecho las rutas más mortales”.
Los países de origen de las personas que perdieron la vida tratando de llegar a España son Birmania, Bangladesh, India, Pakistán, Yemen, Etiopía, Eritrea, Chad, Camerún, República Democrática del Congo, Angola, Argelia, Marruecos, Mauritania, Senegal, Gambia, Guinea Conakry, Guinea Bissau, Costa de Marfil.
La mayor recuperación de cadáveres tras un naufragio tuvo lugar este mes, con la localización del cuerpo sin vida de 62 personas que murieron después de que se hundiera en las costas de Mauritania la patera en la que viajaban rumbo a Canarias.
La ruta canaria se ha vuelto a abrir. El “opaco” sistema de control migratorio de las Islas, unido a las dificultades para rescatar y localizar a las pateras que toman esta vía, la convierten en el segundo itinerario más mortal de 2019, ha explicado a Canarias Ahora Helena Maleno, fundadora de la plataforma Caminando Fronteras y activista por los Derechos Humanos. Según datos recabados por esta organización, 228 personas han muerto tratando de alcanzar el Archipiélago, de las que solo se ha logrado recuperar los cadáveres de 79 (34%). Por lo tanto, los cuerpos de 149 náufragos siguen perdidos en medio del océano, provocando un “daño irreparable para las familias que, sin cuerpo, son incapaces de hacer el duelo y eternizan su dolor”.
Canarias tiene, además, “menos capacidad para atender a los supervivientes de los naufragios” y “vulnera aún más los derechos de las víctimas”. Maleno lamenta que se aplique la Ley de Extranjería a “personas que llevan semanas en el mar y han visto a otros compañeros morir en el trayecto”. “Se les interroga duramente sobre quién era el patrón de la patera y van directamente a comisaría y después al CIE, sin atención ni acompañamiento psicosocial. Esto sería impensable si habláramos de cualquier otro tipo de náufragos”, apunta.