“¡Tiempo!”. Dos púgiles sudados y cansados se acercan al centro del ring. El primero, un poco más bajo, con camiseta, y de apariencia joven, se mueve alrededor del rival, más alto, sin camiseta, y con varios años de entrenamiento en el cuerpo. Ambos contendientes se tantean durante unos segundos y empiezan a intercambiar golpes de izquierda.
De pronto, el boxeador alto acompaña el jab de izquierda con un directo de derecha que impacta en la cabeza del joven. El rostro del chico expresa el dolor que siente, pero, en un pestañeo, su cara se transforma en una expresión de rabia inaguantable, respondiendo con una combinación de tres golpes que hacen retroceder a su rival.
Nos encontramos en el gimnasio de la capital grancanaria Tony Cruz, situado en el distrito de Schamann. Nada más entrar se respira un ambiente de boxeo que embriaga. Algunos alumnos le pegan a los sacos. Mientras, otros guantean entre ellos o esquivan los puchings. “Todo fue adquirido de mi bolsillo”, explica el dueño y entrenador del local, Cruz. “No recibí ayuda ninguna. Sacos, pesas, puchings ball, puchings pera, ring?todo fue comprado, lo único que es alquilado es el sitio”. El proyecto empezó en el barrio, no sin dificultades, y aún hoy sigue adelante. “Recuerdo cuando lo adquirimos, estaba todo lleno de polvo y escombros”, menciona el preparador , “pero hubo gente que me ayudó a limpiarlo y a arreglarlo”, asevera.
El boxeo no pasa actualmente por su momento más popular. “En los años sesenta y setenta era el deporte rey en las Islas”, evoca Tony Cruz. “En esa época tuvimos en Canarias a cinco profesionales campeones de España: Cesáreo Barrera, García Gancho, Kid Tano, Velázquez y Sombrita. Las veladas se hacían en el Estadio Insular -en la Grada Curva-, en la desaparecida gallera o en el frontón”, señala el entrenador. “Se llegaba a las siete mil o nueve mil personas en esos combates”. Eran, sin duda, buenos momentos para el pugilismo canario.
Un deporte distinto
Cuando la gente dice que el boxeo es distinto no le falta razón. Se puede jugar al fútbol, al baloncesto, a casi cualquier deporte se puede jugar. Pero a esto no se juega. En todo caso, se practica y se entrena. En esto coinciden muchos alumnos del gimnasio.
Míchel Formento, campeón de España júnior hace ocho años, afirma: “Entrenar me ha aportado seriedad y constancia en todo lo que hago, no sólo en el deporte, sino en todo lo demás”. Pero las necesidades son lo primero y Formento dejó de competir para dedicarse a la hostelería, aunque aún sigue entrenando de vez en cuando. “Dejé de combatir porque ya no tenía tanto tiempo. Además, apenas había apoyo por parte de la Federación”, indica el ex campeón.
Hoy en día se hacen pocos combates en Gran Canaria, excepto alguna velada en el polideportivo Juan Beltrán, -situado en el polígono Cruz de Piedra- o las peleas que en ocasiones se montan en Telde. La cantidad de combates celebrados es ridícula comparada con otras épocas. Este panorama, aunque poco esperanzador, no es tan malo como parece.
Canarias, campeona de España júnior
A pesar de que en los últimos años pocos boxeadores profesionales canarios han sobresalido, las Islas destacan, como en otros tantos deportes, por su cantera. En los últimos cinco campeonatos de España júnior celebrados en la Península, Canarias ha ganado de forma consecutiva las cinco ediciones. La del último año, celebrada en septiembre del año pasado en Alicante, fue especialmente productiva para los discípulos del Tony Cruz. A ellos les corresponden cuatro de las siete medallas con las que nuestra comunidad autónoma ganó el torneo. Cristian Montilla -El Pluto- obtuvo el oro en el peso mosca y Mario Cabrera -El Ruso- obtuvo la plata en el peso medio. Por su parte, Antonio Peña Sánchez y Jhonatan Medina lograron el bronce en sus respectivas categorías. “Todos son estilistas, aunque un poco vagos”, espeta el entrenador.
“Fue una experiencia muy bonita”, comenta Jhonatan -estudiante y boxeador- de 19 años. “Fui con todos los compañeros y conocimos a mucha gente. Además, lo teníamos todo pagado, era genial”, apunta el joven. “El primer combate me salió muy bien, y eso que el rival era muy fuerte. En el segundo fui ganando los tres primeros asaltos, pero en el cuarto me remontó y terminó venciendo”, explica. No lo tuvo fácil. Su rival pesaba unos cuantos kilos más y no tuvo que pasar ronda preliminar.
La semifinal del Campeonato de España es el único combate que ha perdido este púgil, las otras cinco que ha disputado las ha ganado. “Seguiré entrenando, el 7 de septiembre tengo en Tenerife mi primera pelea neo-profesional en el peso medio”, cuenta un ilusionado Jhonatan. “Como les ha pegado a todos en Gran Canaria, ahora tiene que ir a pegarle a los chicharreros”, señala entre risas su hermano mayor. Aunque debutará en la categoría neo-profesional, no será el único canarión que peleará a Tenerife. Fran Estévez -campeón de España júnior del peso pesado en el año 2004- le acompañará para combatir contra Moisés Ruiz.
Aunque estos boxeadores ya no pueden presentarse a los campeonatos júnior por sus edades, otros alumnos del Tony Cruz esperan poder disputar la edición que viene para dejar el listón igual de alto que en los últimos cinco años. Cristian Caballero, de 18 años, es uno de los candidatos a ir convocado por la selección canaria . Este joven, que ya lleva tres peleas -dos ganadas y una perdida- detalla que “antes jugaba al fútbol, pero el boxeo me ha aportado muchísimo: amigos, resistencia física, constancia? Un poco de todo. Es otro ambiente”.
Las viejas glorias del pugilismo canario de los sesenta han dado paso a una serie de jóvenes que, con ilusión y tenacidad, han dejado en todo lo alto al boxeo canario amateur. Ojalá esta camada de luchadores sea aprovechada, ojalá hablemos mañana de una nueva época para este deporte. Pero, sobretodo, ojalá reciba un pequeño empuje por parte de las instituciones. Además del fútbol existen multitud de disciplinas que se practican en nuestras Islas y que están olvidadas. Entre ellas, el boxeo.