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El CD Tenerife y la búsqueda del ‘fichaje estrella’

ACAN

1 de septiembre de 2020 13:32 h

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Desde el final de su época dorada en Primera División, el Tenerife ha afrontado más 20 mercados de verano... casi siempre alejando de la élite, a la que ha vuelto un par de veces. Durante estas dos décadas, el club ha intentado enderezar el rumbo y establecerse de nuevo en Primera División. Para ello, se ha vuelto muy habitual intentar reforzarse con la figura del “fichaje estrella”, un nombre que destaque y que se convierta en el jugador franquicia del club. En algunos casos llegaron futbolistas que se convirtieron en ídolos. En otros, fracasos muy sonados.

En el verano de 1999 llegaron a Tenerife el argentino Hugo Morales y el brasileño Barata. El primero arribó con cartel de ser medalla de plata en Atlanta 1996 y campeón de la Copa Conmebol con Lanús. Por su parte, Barata llegó procedente del Mérida, donde anotó 17 goles en 23 partidos. Ambos jugadores dieron un rendimiento más que notable durante su estancia en la isla. De hecho, Morales fue el autor del famoso gol en Butarque que ascendió al Tenerife en 2001.

Por desgracia, fue una estancia de una temporada y en 2002 el club se volvía a encontrar en Segunda. Ese verano llegó Veljko Paunović desde el Atlético de Madrid. Sus 18 goles no fueron suficientes para volver a Primera, pero fue despedido con honores del Heliodoro. En el siguiente verano llegó el argentino Martín Posse cedido del Espanyol, donde había jugado cinco temporadas. El extremo fue un jugador importante, aunque no cumplió con las expectativas.

Tras una exitosa carrera en el fútbol holandés, el italo-argentino Mariano Bombarda llegó a Tenerife en el verano de 2004 a petición del secretario técnico, 'Lobo' Carrasco. Bombarda no se cansó de anotar goles en las filas del Groningen y Willem II,y jugó con el Feyenoord la Champions League. Sin embargo, a Tenerife llegó con 32 años y en claro declive. Sus cifras (234 minutos y un gol en toda la temporada) y su comentada condición física le dejan en un lugar privilegiado de la historia del CD Tenerife: la galería de los peores fichajes de la entidad.

Durante las siguientes campañas, el club no se reforzó con grandes nombres ofensivos. Sin embargo, el 14 de agosto de 2007 se hizo oficial la llegada de Nino al Tenerife. Tras una floja temporada con el Levante, el delantero almeriense recalaba en la isla cedido. En la memoria de muchos, sus anteriores campañas en el Elche, donde estuvo seis temporadas anotando siempre más de 10 goles. Estaba llamado a ser el ‘hombre gol’ del Tenerife, y vaya si lo fue. Impulsado por sus dianas, el Tenerife logró la temporada siguiente el ascenso a Primera, y si tuvo opciones para salvarse, fue en gran parte gracias a él.

Para intentar volver lo antes posible a Primera División el Tenerife se reforzó con Julio Álvarez y Natalio, dos jugadores de renombre. Sin embargo, la temporada fue un auténtico desastre que se saldó con el descenso a Segunda B. Los dos ‘fichajes estrella’ fueron de los jugadores más señalados en una campaña para el olvido. El Tenerife estaría dos temporadas en la categoría de bronce del fútbol español.

Tras una primera temporada en Segunda División con una plantilla humilde, el Tenerife afrontó el curso 2014/15 con varios cambios provocados por la llegada del nuevo director deportivo, Alfonso Serrano. Hasta once jugadores llegaron ese verano, destacando los nombres de Diego Ifrán y Uli Dávila para tratar de olvidar la salida del canterano Ayoze Pérez al Newcastle.

Ifrán, aunque con números discretos en la Real Sociedad, dejó muy buenas sensaciones en la media temporada que estuvo en el Deportivo de la Coruña. Mientras, el mexicano Uli Dávila contaba con el aliciente de ser el jugador del Córdoba que dejó sin ascenso a Las Palmas. El primero, con 11 goles, fue el máximo anotador del Tenerife en una gris campaña que a punto estuvo de terminar en descenso. Por otro lado, el paso de Dávila por la isla fue muy discreto: salió en el mercado de invierno con 502 minutos y un gol en su haber.

En las dos siguientes campañas el Tenerife volvió a apostar por proyectos humildes y con menos caras conocidas en el mercado veraniego. Y de esa forma llegó a la final del ‘playoff’ de ascenso en la temporada 2016/17.

Después de la decepción de quedarse a las puertas del ascenso, el Tenerife completó un muy buen mercado de fichajes, donde sobresalieron los nombres de Juan Villar y Samuele Longo. El primero llegaba libre después de dos temporadas sobresalientes en el Valladolid, donde anotó 25 goles. Por su parte, el italiano fue una pieza importante en el ascenso del Girona gracias a sus 14 dianas. Aunque lastrados por las lesiones, ambos dieron un buen rendimiento la isla (12 goles Longo y 9 Villar). Pese a ello, el equipo no se asentó en los puestos de ascenso y ninguno continuó en la siguiente campaña.

José Naranjo arribó a la isla a finales de julio de 2018. El onubense lo hizo por un coste de 400.000 euros, procedente del Genk belga. Aunque llevaba dos temporadas más bien discretas, en la memoria de los aficionados estaba su curso 2015/16, donde metió 15 goles con el Gimnàstic de Tarragona y fue uno de los mejores jugadores de la Segunda División. Lo cierto es que Naranjo no se acercó, ni de lejos, a las expectativas que había de él. Su rendimiento en el campo decepcionó y sólo anotó seis goles. La temporada siguiente jugó únicamente 10 partidos antes de salir cedido al AEK Larnaca de Chipre, donde volverá a jugar este curso.

Y ahora, con el dinero que ha dejado en caja la venta de Luis Milla, el aficionado blanquiazul mira expectante los movimientos del mercado, ilusionado con que llegue el próximo Rommel Fernández o el próximo Nino que sea la proa de un nuevo proyecto ganador.