El ciclismo español quiere vestir de oro su gran año

El ciclismo español desembarca en los Juegos de Pekín con una de las selecciones más potentes, cinco ciclistas capaces de ganar el oro y vestir de ese metal el gran año que están completando.

Carlos Sastre, Alberto Contador, Alejandro Valverde, Óscar Freire y Samuel Sánchez han dado motivos suficientes para soñar con subir a lo más alto de podium situado junto a la Gran Muralla y desplazar de ese puesto al italiano Paolo Bettini, vencedor en Atenas y principal amenaza para la armada española.

Por delante tienen 245,4 kilómetros, la mayoría de ellos por un circuito rompepiernas de doce kilómetros de ascenso y otros tantos de bajada, que deberán completar siete veces, sin ningún tobogán de descanso.

Si el ascenso aparece como un duro test, un puerto de segunda categoría del Tour de Francia con rampas de hasta el nueve por ciento, el descenso es más sencillo, por una ancha autopista y con poca exigencia técnica.

La meta está en subida, un escenario ideal para Valverde, señalado por todos como el jefe de filas del quinteto hispano a condición de que llegue en el grupo de destacados.

Algo que, en una carrera como la olímpica, es difícil de asegurar, sobre todo porque los equipos son sólo de cinco componentes y ningún equipo puede garantizar el control de la prueba.

Por eso la clave pasa por estar pendientes de las escapadas y en ese aspecto, Valverde tiene claro que la rueda buena es la del veterano Bettini, el defensor del oro.

La duda será si el transalpino tiene el momento óptimo de forma tras haberse saltado el Tour de Francia. Antequera tiene claro que el ganador de Pekín saldrá de entre la lista de los diez mejores de la ronda gala, en la que hay tres representantes españoles: Sastre, Valverde y Sánchez.

Freire, la baza al sprint

Sin contar con la opción de un sprint, donde Freire sería sin duda uno de los favoritos, aunque su momento de forma no sea el óptimo, algo que suple con su experiencia, la misma que le ha llevado a ganar tres Mundiales.

Resta la opción de Contador, la última bala en la recámara de la selección española, un hombre de sobrada calidad como para imponerse en cualquier circunstancia.

Tanto el de Pinto como Sánchez deberán guardar algunas fuerzas para disputar el próximo miércoles la prueba contrarreloj.

Una legión que verá limitada su capacidad de movimientos porque su condición de favoritos les condicionará sus ataques, que serán respondidos con prontitud por sus rivales.

Pero la prueba no será un duelo entre España y Bettini. Italia cuenta también con un hombre en forma como Davide Rebellin que puede dar la sorpresa.

Luxemburgo llega con un fuerte equipo formado por los hermanos Franck y Andy Schleck y por Kim Kirchen, mientras que Alemania tiene como baza principal a Stephan Schumacher, que demostró un gran momento de forma en el pasado Tour.

Evans y Menchov, en el grupo de favoritos

Sin contar al australiano Cadel Evans, segundo del pasado Tour, y al ruso Denis Menchov, cuarto, hombres con fuerza suficiente para colgarse del cuello alguna de las preseas.

El primero se ha apuntado a última hora a la prueba, tras superar antes de lo previsto una lesión que se produjo en la fiesta posterior al final del Tour de Francia.

Asegura que está en buena forma y que aspira a quitarse la fama de segundón que le han colgado por culpa de sus dos segundos puestos en la ronda gala.

Son los principales nombres que pueden privar del oro olímpico a la selección española.

“No es una carrera fácil de controlar, cualquiera puede escaparse por delante, formar un grupo de cuatro o cinco y, si no estás dentro, te quedas sin medalla. Una prueba así es imprevisible”, avisa Antequera.

El seleccionador no quiere huir del favoritismo que le otorga su plantel de ensueño, pero tampoco quiere que el éxito se dé por seguro.