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LOS 32 FUTBOLISTAS CANARIOS DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLA

David Silva: El heredero del genio (2006-2010)

Biografía

BiografíaDavid Jiménez Silva (1986) nació en Arguineguín (Gran Canaria) y se formó en la UD San Fernando, aunque a los 14 años ya se incorporó a la cadena de filiales del Valencia, donde recorrió todas etapas, incluyendo cesiones al Eibar y el Celta. En sus cuatro temporadas en el primer equipo del Valencia ha vivido momentos convulsos y ha sufrido lesiones graves, pero siempre ha sido indiscutible para aficionados y entrenadores. Miembro destacado de la selección española que conquistó la Eurocopa 08, tiene contrato con el Valencia hasta junio de 2013… aunque todos los veranos surgen rumores de traspaso al Barcelona o al Madrid.

El heredero del genio

El heredero del genioDos acontecimientos definen las principales características de David Silva. Uno es el triunfo en la Eurocopa 2008 con un papel básico en el combinado nacional, lo que lo define como un futbolista superlativo. El otro, que lo descubre como un deportista ejemplar, es el premio al juego limpio recibido en 2005, cuando militaba en el Eibar, por tirar el balón fuera cuando tenía una clara ocasión de gol ante el Lleida, con 1-1 en el marcador, en el minuto 92 y con su equipo a un paso de lograr el ascenso a Primera División. Además, David Jiménez Silva simboliza la estética histórica del jugador canario: clase, elegancia, toque, visión, profundidad, desmarque, llegada, disparo y gol. Todo es calidad en el fútbol del jugador de Arguineguín, aquel que creciera soñando con alcanzar las mismas metas que su ídolo y vecino Juan Carlos Valerón.

No se quedó corto David Silva a la hora de hacer realidad esos sueños. Tanto que, con mucha carrera aún por delante, ya ha superado en algunos logros a su gran ídolo. “Valerón siempre fue la principal referencia para mí. Le conozco desde que yo era un niño, incluso jugó con mi padre en el equipo del pueblo. Desde que empecé en el fútbol siempre ha sido un ídolo, un modelo a seguir tanto dentro como fuera del campo”, explica ahora David Silva, un genio nacido el 8 de enero de 1986 en Arguineguín y al que pronto le vaticinaron un gran futuro dentro del fútbol. “El hijo de Nando es un fenómeno”, se escuchaba en cualquier tertulia balompédica cuando aún jugaba en el San Fernando, pero su calidad no pasaba inadvertida para nadie. Es entonces cuando empiezan a llegar las llamadas de equipos grandes… y cuando alguien comete un error futbolístico mayúsculo.

El Real Madrid se lleva al futbolista a hacer unas pruebas que supera con creces en el apartado técnico y táctico. Sólo tenía 12 años y había maravillado durante la semana que había permanecido entrenándose en la Ciudad Deportiva de la entidad blanca. Y volvió a repetir al año siguiente porque los informes de los técnicos que aún coordinaba Vicente del Bosque, antes de ocuparse del banquillo del primer equipo, eran inmejorables. Pero una década después, David Silva aún espera un comunicado oficial de la entidad de Concha Espina donde se le expliquen las causas de su descarte. Dicen que la endeblez física del de Arguineguín resultó determinante para enviarlo de vuelta a casa. Ahora, el equipo blanco emprende todos los veranos una puja multimillonaria para hacerse con los servicios del futbolista.

El golpe de tener que volver a casa sin haber superado la prueba madridista no le dejó secuelas a David. Ese mismo año lo recluta el Valencia y pronto se demuestra que en la capital se habían equivocado. Silva maravilla en una gran temporada como cadete que culmina jugando la fase final del Campeonato de España en Zaragoza. Allí el fútbol de Silva enamora a Ángel Pedraza, técnico del Barcelona, pero Fernando, el padre de David, no estima conveniente hacer un segundo cambio de residencia en la misma temporada que podría ser perjudicial para la adaptación de su hijo. Con sólo 14 partidos con el Valencia B, el siguiente peldaño lo subió cuando, con 18 años, se marchó cedido al Eibar para conocer los rigores de la Segunda División.

Ya no golpeaba las pelotas de trapo y calcetines que le hacía su abuela Antonia, ya no estaba en el pequeño callejón de Arguineguín en el que jugaba con su primo. Aquello era fútbol profesional y desde el primer rondo que hizo en Ipurúa se ganó a la parroquia eibarresa. “La gente iba a ver los entrenamientos y le aplaudían cada maniobra”, cuentan los fieles aficionados de la escuadra guipuzcoana. El técnico José Luis Mendilíbar lo tuvo claro desde el principio y Silva respondió con una aportación fundamental para que el modesto Eibar soñara con el ascenso a la élite por primera vez en su historia. El grancanario disputó 35 partidos y materializó cinco goles… aunque el más importante de todos fue el que no llegó a hacer.

El Eibar llegó a las jornadas finales en zona de ascenso, pero agonizaba su partido en Lleida y no pasaba del empate (1-1) cuando, ya en el descuento, Silva recibe un balón franco y encara un mano a mano con el portero rival. Entonces observa que un rival yace lesionado al borde del área y el público se queda estupefacto cuando el de Arguineguín envía el balón hacia la banda para que atiendan al compañero lesionado. “A Silva tendrían que hacerle un monumento por su gesto”, declara entonces Mendilíbar, mientras que Miguel Rubio, técnico del Lleida, elogiaba “una demostración máxima de juego limpio”. La reflexión de Silva tras el partido es clara: “El público entenderá que no puedo tirar a puerta con un rival en el suelo. Creo que hice lo correcto”.

El gesto de David Silva da la vuelta al mundo y genera la admiración de los defensores de un fair play que se extinguía a medida que crecían los intereses económicos del fútbol. El Eibar acabó cuarto y se quedó sin ascenso. Y Silva subió un nuevo peldaño de la escalera hacia el éxito: se fue cedido al Celta, recién ascendido a Primera División. “Me preguntaron por él cuando lo querían fichar y yo les dije que era un grandísimo jugador y que acertarían trayéndolo”, relata Ángel López. En cuanto Silva puso un pie en Vigo, su paisano se convirtió en su tutor. “Pasamos un gran año y, además de su calidad innegable, pronto se le vieron también buenas cualidades para comer marisco”, recuerda con una sonrisa el ahora futbolista de Villarreal.

El Celta acaba aquella temporada en sexta posición y accede a la Copa de la UEFA. Silva disputa 34 partidos de liga, anota cuatro tantos… y convence por fin al Valencia, dirigido entonces por Quique Sánchez Flores. Y David empieza la temporada 06/07 como titular indiscutible y con buen rendimiento. Tanto, que Luis Aragonés le llama para jugar un partido amistoso contra Rumanía en Cádiz. Silva, campeón de Europa con la sub 19, ya conoce la forma de trabajo de las categorías inferiores de la selección, pero es una época convulsa en el combinado absoluto. Aún hay secuelas de la eliminación en el Mundial de Alemania y la opinión pública señala a Luis Aragonés como principal culpable de la debacle. Y además, la roja se había complicado la clasificación para la Eurocopa 08 tras caer ante Irlanda del Norte y Suecia.

Y por si eso fuera poco, Aragonés se ha cargado a un símbolo como Raúl González. Silva, que aparece como su sustituto, es puesto en cuarentena. Todo ello, combinado con la derrota (0-1) ante Rumanía, puede convertir en efímero el paso del de Arguineguín por la selección. Al final, habría continuidad para el grancanario, que antes de la convocatoria para el Mundial de Sudáfrica había acumulado ya 33 presencias con España, siendo la del debut su única derrota como internacional absoluto. Desde entonces suma 29 victorias y tres empates. “La verdad es que me sentí muy cómodo en mi debut”, recuerda Silva, “pues también me ayudó el hecho de que hubiera muchos jugadores del Valencia. Creo que estaban Morientes, Angulo, Villa, Marchena… y eso hizo que me sintiera como en casa. Además, empezaba a formarse el bloque de la Eurocopa y había muy buen ambiente en el grupo”.

Su desparpajo le hace rendir a buen nivel, “aunque es verdad que siempre hay nervios, porque es un paso importante en tu carrera. Pero ya en el calentamiento y más cuando empiezas a jugar, se te pasa y te centras en el juego y en hacerlo bien”. David tiene recuerdos muy especiales de aquella experiencia. “Escuchaba el himno y me iba acordando de todos los malos ratos, de lo duro que había sido poder llegar a vivir un momento como ese”, explica. Aragonés le ofrece toda su confianza y sus recomendaciones para Silva eran muy claras. “Desde el primer día me dijo que estuviera tranquilo y que jugara como lo hacía en Valencia”.

Según Ángel López, que compartió debut con el de Arguineguín, “David era el jugador zurdo que le hacía falta a la selección”. Además, con el Valencia no se estanca. En su primer curso contribuye a que los chés regresen a la Liga de Campeones. La segunda campaña es menos brillante: el Valencia es eliminado prematuramente en Europa y acaba décimo en la Liga después de que Koeman sustituya a Quique Flores en el banquillo. El éxito llega en la Copa del Rey, con un brillante triunfo (3-1) en la final ante el Getafe tras eliminar en semifinales al Barça. Y aunque los rumores sobre un posible traspaso al Madrid no le abandonan, firma una gran competición en la Eurocopa de Naciones.

Silva disputa como titular todos los partidos excepto el intrascendente choque frente a Grecia y forma parte de un once que ya es leyenda: Casillas; Ramos, Puyol, Marchena, Capdevila; Senna, Xavi, Iniesta, Silva; Villa y Torres. “Decían que España siempre fallaba en las grandes citas, pero cuando pasamos ante Italia en cuartos de final ya vimos que esta vez era distinto y que todo podía acabar muy bien”, relata Silva. España vence por penaltis al combinado transalpino, doblega a Rusia en semifinales (3-0) con un tanto de David Silva y alcanza el cielo tras ganar (1-0) en la final a Alemania con el gol de Torres. “Fue algo increíble porque superó lo deportivo y pienso que sirvió para unir más al país. Fue un acontecimiento histórico y haber participado de ello me llena de orgullo”, resume.

A la vuelta de la Eurocopa, una lesión de tobillo en el debut liguero de la temporada 08/09 le mantiene inactivo casi cuatro meses y limita su participación con el Valencia en los primeros meses del curso; y unas molestias musculares apenas le dejan rendir con la selección española en la Copa Confederaciones disputada al término de la competición. Eso sí, el nuevo seleccionador, Vicente del Bosque, le considera un fijo en sus esquemas. Mejor rendimiento ha ofrecido en la Liga 09/10, en la que ha batido sus plusmarcas goleadoras para colocar al Valencia como campeón de la liga de los humanos (pero muy lejos de los divinos Barcelona y Madrid), al tiempo que contribuía a la clasificación de la roja para el Mundial de Sudáfrica. Y lo ha hecho, como siempre, desde la modestia. “Los títulos y el éxito no lo han cambiado para nada. Lo mejor de él es que después de todo lo que ha conseguido sigue siendo la misma persona”, cuenta Ángel López.

Y su paisano asegura que lo mejor está por llegar: Le dará muchas alegrías a esta selección porque el estilo de España le viene perfecto a David y el estilo de David le viene perfecto a la selección“.