Decálogo de una decepción histórica

Pablo Checa

Las Palmas de Gran Canaria —

1. Estados Unidos. Pese a las bajas de la selección norteamericana, una final Estados Unidos-España era el partido soñado desde que se hiciera el sorteo de esta Copa del Mundo de baloncesto, en febrero y en Barcelona, tan ‘dirigido’ como estaba. Los baloncestistas norteamericanos convocados se tomaron cada partido como una reivindicación ante las ausencias de Bryant, LeBron, Melo Anthony, Durant… En cambio, a España le pudo la presión y hasta la obligación de estar en esa final, en su Mundial, en su casa. Se impuso el “tener que” al “querer” jugar esa anhelada final.

2. Juan Antonio Orenga. “Orenga vete ya.” Así despidió el público del Barclaycard Centre al seleccionador español. Pasa Orenga por ser un entrenador de perfil bajo, incapaz de sacar provecho a la mejor mezcolanza de jugadores que ha parido España. El bronce en el Eurobasket del año pasado, con derrota ante la Francia de Tony Parker únicamente en la prórroga de la semifinal (75-72), tuvo tanto mérito como haber llegado al menos a la final este año si tenemos en cuenta las ausencias de Pau Gasol, Navarro, Felipe Reyes y Serge Ibaka en la cita eslovena. En la dolorosa derrota de cuartos final, Vicent Collet, seleccionador francés, le dio una lección histórica. Incapaz de hacer algo mínimamente positivo ante la férrea defensa francesa, se limitó a encajar la bofetada mientras no le dio ni un segundo a Claver, Abrines y Felipe Reyes. “No hemos preparado bien el partido. Esto es un fracaso”, dijo Navarro. Tan incomprensible fue que el pívot del Real Madrid no jugara ante Francia que se interpreta como un castigo por unas declaraciones en las que anunciaba que quería más minutos. Vamos, lo normal en cualquier deportista ambicioso. “Soy una persona de la Federación, nunca hay un problema en estar en un sitio o en otro”, dijo el propio Orenga tras el revolcón.

3. Convocatoria. Salvo las posibles dudas de Claver y la sorprendente llamada a Abrines, Orenga tuvo a bien elegir al mejor equipo posible, pues no había apenas dudas entre Ibaka y Mirotic. Claver, una vez más, volvió a pasar desapercibido cuando tiene todas las condiciones físicas y técnicas para ser imprescindible, mientras que Abrines estuvo lastrado por la lesión que le impidió debutar hasta el partido contra Irán, primero del Mundial. Apenas supo sacar provecho de ellos, como tampoco de Felipe Reyes o Sergio Rodríguez, MVP de la última Euroliga. Solo Pau Gasol y Navarro estuvieron siempre prestos para la batalla cuando se requirió de sus servicios.

4. Pausistema. Como no podía ser de otra forma, la primera opción de España en ataque pasaba siempre por Pau Gasol. Pero hay muchas formas de hacerlo, y las de Orenga eran las más evidentes. Para el fatídico partido de cuartos Francia aprendió perfectamente la lección y supo cortocircuitar de manera ejemplar el juego fuera-dentro español. Pese a todo, el nuevo alapívot de los Chicago Bulls fue el único que dio la cara en la derrota con esos 17 puntos y 8 rebotes. La herida escuece, y mucho. Tanto como para ahondar en la posibilidad de que no juegue más con la selección. “Nunca se sabe cuándo será el último partido; ojalá pueda jugar hasta los 50 años, pero lo dudo. Me gusta jugar por mi país, pero nada está garantizado. Vienen grandes jugadores jóvenes y la selección seguirá siendo fuerte”. Mensaje enigmático del de Sant Boi. Antes de esta cita Pau nunca había perdido contra Francia jugando con la selección absoluta.

5. Táctica. España demostró ser un equipo poco trabajado a nivel táctico, como se vio reflejado en el partido contra Francia. Una vez más, se observó que no le basta con su infinito talento para sacar adelante los partidos en los que el rival impone un ritmo pausado, tosco, de dureza casi extrema. Falló la circulación del balón, algo imperdonable con una tripleta de bases como Ricky, Calderón y Sergio. Contra la selección gala, además, Orenga fue incapaz de darle los galones al tinerfeño para que, como ha hecho cientos de veces, reventara los partidos con su nervio y calidad. Además, nunca se sacó nada positivo del hecho de tener al mismo tiempo en cancha a Llull, Rodríguez y Calderón, sustituyendo a alguno de ellos por Ricky, jugadores acostumbrados a amasar demasiado el balón. La raza de Felipe era ideal para frenar los sopapos que llegaban desde el bando francés. Pero no jugó ni un segundo.

6. Jugar en desventaja. Tan acostumbrada como está a abusar de sus rivales, a esta España le cuesta muchísimo jugar con desventaja en el marcador, como ayer, o competir bien en finales igualados. Así le ocurrió, por ejemplo, el año pasado ante Eslovenia, Grecia, Italia o Francia, cuando faltaban referentes como Pau Gasol o Navarro. Este año sufrió un exceso de tensión por verse debajo ante Francia que le condenó irremisiblemente a la derrota.

7. Tiro exterior. Los porcentajes españoles en el tiro exterior son impropios de un equipo tan legendario como este. Si en la preparación no entraban los triples, en la Copa del Mundo todavía menos. 2/22 fue el balance del envite ante Francia. Y así, cuando el rival frena el juego interior español, sin duda el mejor del torneo, es imposible ganarle a una selección competitiva. “Creo que los triples no han sido la clave; son otras cosas más que eso. Hay días que entran y días que no. Hemos tenido días en la gira o en el grupo que ha pasado eso. Yo creo que es algo más global, no solo una cosa”, dijo Calderón.

8. La presión del anfitrión. Como indicamos antes, a España le pudo el “tener que” jugar esa final contra Estados Unidos. Y, por supuesto, la presión de jugar en su propio país. No es algo nuevo en la selección, pues ya le pasó en:

1973. Derrota en la final (78-67) del Europeo de Barcelona ante la Yugoslavia de Cosic y Slavnic. Por allí andaban Wayne Brabender y Buscató.

1986. El Mundial de ese año se celebró también en nuestro país. Tras el subidón de la plata de dos años antes en Los Ángeles, la Brasil de Oscar “mano santa” Schmidt Becerra impidió el pase a la semifinal.

1992. En la cita más importante de la historia del deporte español, los JJ OO de Barcelona, llegó el día más negro de la historia del baloncesto patrio: el Angolazo.

1997. Se volvía a jugar el Eurobasket en Barcelona. De nuevo, derrota en cuartos de final. El verdugo, la Rusia de los ACB Mikhailov, Babkov y Fetissov.

2007. La cita continental se trasladó a Madrid 10 años después. De nuevo Rusia, y tras fallar un tiro Pau Gasol en el último segundo, nos apeó del éxito. En este caso, en la final.

9. Futuro de los jugadores. El futuro de este glorioso grupo de jugadores se tambalea. Llegan tiempos de zozobra para la FEB (Federación Española de Baloncesto). Si el futuro de Orenga es una incógnita, no lo es menos el de la Generación del 80, los júniors de oro: Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes y José Manuel Calderón, este último nacido en 1981. La motivación de estar en Río de Janeiro 2016 puede ser suficiente para no renunciar a la selección, pero la edad no perdona. Rudy, Marc, Llull, Sergio Rodríguez o Ricky deben ser los nuevos líderes. Pero ojo, que la NBA pone cada vez más impedimentos y las posibilidades de éxito son cada vez menores. Si Ibaka dijera que no, no está claro que Mirotic diera una respuesta positiva a la demanda.

10. Juegos Olímpicos. La participación de España en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, siendo por supuesto un objetivo irrenunciable, no está ni mucho menos garantizada. Ahora mismo solo tiene plaza asegurada Brasil, como anfitrión, el campeón del Mundial y los dos finalistas del próximo Eurobasket. El resto de equipos debe jugarse la plaza en el Preolímpico de ese mismo año, que jugarían de 3º al 6º clasificado en el propio Eurobasket.