Amistoso internacional. Ahora suena a bolo veraniego o choque sin interés, pero esas dos palabras fueron, durante años, sinónimo de entrada de gala en el viejo Stadium de la calle de San Sebastián (el actual Rodríguez López). Con el ascenso del Tenerife a las categorías nacionales y más tarde a la Primera División, los partidos sin puntos en disputa, que no tuvieran carácter oficial, perdieron importancia. El Tenerife-Milán jugado el 15 de diciembre de 1992 tal vez sea la última excepción.
En primer lugar, porque el conjunto local, ya bajo la dirección técnica de Jorge Valdano, aún no había disfrutado de su primera 'experiencia UEFA' y el aficionado tenía ganas de verlo ante adversarios extranjeros. Y en segundo término, porque el rival era considerado como el mejor equipo del mundo tras conquistar en 1989 y 1990 la Copa de Europa. Y porque en ese curso 92-93 se encaminaba hacia una nueva final –que luego perdería con el Olympique de Marsella– tras arrasar en las rondas previa.
Además, aunque amistoso, no se trataba de un choque de pretemporada. El Milán no trajo a sus figuras holandesas (Gullit, Van Basten y Rijkaard), pero sí a media docena de internacionales: Rossi, De Napoli, Tassotti, Boban, Serena, Savicevic, Papin… Y el Tenerife, que dos días antes había goleado (4-0) al Rayo, se guardó poco: Ochotorena; Llorente (Torrecilla, 60’), Toni, Del Solar, Berges; Chano (Antonio Mata, 65’), Redondo, Estebaranz; Felipe (Alexis, 60’); Pizzi (Castillo, 60’) y Dertycia.
Al final, unos 20.000 aficionados desafiaron a la lluvia y a la transmisión televisiva y casi llenaron el Heliodoro. Y disfrutaron con una de las mejores exhibiciones firmadas por los blanquiazules, que en el campeonato doméstico atravesaban una racha de victorias que un mes después les llevaría a la cuarta plaza. Y aunque todo el equipo rindió a gran nivel, el mejor quizás fuera Fernando Redondo. Guiado por el argentino, el Tenerife pudo golear al 'imbatible' Milán.
Sin embargo, en el Heliodoro se vieron superados y Dertycia (20’), Dertycia (22’), Chano (31’), Pizzi (53’), Chano (60’), Dertycia (64’) y Quique Estebaranz (75’) desperdiciaron claras oportunidades para abrir el marcador. La última opción, nacida de un sublime taconazo de Dertycia, puso en pie al Heliodoro. Pero el Tenerife fue incapaz de marcar ante un Milán que acumulaba 48 encuentros sin perder en la liga italiana, que entonces era, de largo, el campeonato más fuerte del mundo.
Intratable en la Copa de Italia, en la Liga de Campeones sumaba ese curso seis victorias en seis partidos, con 18 goles a favor y uno en contra, marcado por Romario (PSV). Y en los amistosos también estaba invicto tras ganar (0-1) al Deportivo en Riazor. El Tenerife podía poner fin a una racha del Milán de más de cincuenta partidos sin perder. Y el Heliodoro soñó hasta que, a falta de cinco minutos, una incursión de Savicevic por la derecha la cerró Jean Pierre Papin con un cabezazo soberbio.
El Tenerife vio como su fútbol se quedaba sin premio, aunque en la liga española aún sumó cuatro victorias seguidas más y al acabar el campeonato logró 'plaza UEFA'. Y se ganó el derecho a que otro histórico del 'calcio', la Juventus de Turín, visitara un año después en Heliodoro. En partido oficial.
(*) Capítulo del libro ‘El CD Tenerife en 366 historias’ de Luis Padilla y Juan Galarza