La voluntad por el juego de ataque y una buena primera parte solo le dio al Tenerife para sacar un empate sin goles en Cartagena, que deja un regusto amargo para el mérito acumulado este domingo por el equipo de Ramis. El punto no da la permanencia virtual y le aleja de objetivos más ambiciosos, pero al menos le mantiene con tres semanas de margen —y el partido extra en Miranda de Ebro— sobre la zona crítica.
El balance del 0-0 en Cartagonova es aún más dañino atendiendo a los efectos colaterales: la quinta tarjeta amarilla de Javi Alonso, la lesión en el calentamiento de Pomares y, especialmente, una torcedura de tobillo, con una pinta feísima, de Zarfino. El uruguayo, que es de esos tipos que nunca se esconde, pagó su entrega con un mal apoyo que puede dejarle indisponible para lo que resta de temporada.
La ausencia conocida de Aitor Sanz obligó a Ramis a jugar con un dúo de medios inédito (Sergio González-Javi Alonso) al que acompañó con Valera y Vada en los costados y Shashoua a la espalda de Fran Sol. Con sus dos mejores conductores en el campo y con un jugador con más capacidad de llegada como el pivote gaditano, el Tenerife se apuntó a un partido más abierto aprovechando la presión baja del Cartagena y todo lo que puede dar el inglés cuando se amarra el balón a los pies.
Con los medios liberados y espacios para manejarse arriba, el Tenerife alternó el juego de toque cuando llegó elaborando al campo del Efesé con la salida a la contra para aprovechar las carreras de Valera por su flanco y las conducciones de Shashoua llegando en carrera. La consecuencia, cumplido un cuarto de encuentro, fue que los locales ya tenían con tarjeta a sus dos centrales. Antes del descanso sumaría también a Aburjania, el tercer lado de su triángulo defensivo.
El daño que provocó táctica de Ramis no tendría premio luego —entre que Carrión sentó a Carlos David y al medio centro georgiano y los blanquiazules perdieron letalidad en la búsqueda de situaciones de riesgo— y antes de la pausa tampoco encontró petróleo el Tenerife. Tuvo dos remates francos de Shashoua, pero en el primero (m.13), después de un control a la media vuelta, se le fue por encima del larguero y en el segundo (m.32), en uno de sus eslaloms habituales, respondió bien el Marc Martínez.
La productividad del inglés cayó después a nada, como la de todo el equipo, pero refleja el crecimiento de un jugador que cuando encuentra pausa para pensar y unos metros donde buscarse su ocasión da a los suyos el extra de creatividad que tanto cuesta encontrar en su ausencia.
Del Tenerife fueron la primera mitad y las mejores oportunidades. Del Cartagena, la querencia a juntar las líneas en su capo, a mal defenderse en las vueltas y a no generarle nada en claro a Rubén Castro —un cabezazo, de aquella manera, en todo el partido— para fiarse entonces al empuje decreciente de Cayarga y Elady. Ni un tiro digno de peligro entre los palos de Dani, siempre más ocupado con los despejes pifiados de sus centrales a falta de otros menesteres y en blocar las pelotas llovidas.
Todo lo vistoso de una primera entrega generosa en los ofrecimientos, a ratos descontrolados los escalonamientos de cada cual, mutó en nadería luego. El Efesé tiró arriba la presión tras el descanso, le quitó el balón al Tenerife y defendió mejor las contras, en las que el último pase de los blanquiazules ya era a destiempo o a donde no había receptor. El desgaste quitó frescura a los de Ramis y los pases al área de un Moore notable no encontraron destinatario. Solo el balón parado de una falta lanzada por Vada permitió un remate de Sipcic (m.78) que salvó el portero a córner. Y en la siguiente jugada, la estrategia dejó solo a Carlos Ruiz, pero su cabezazo —libre de marca– no encontró la puerta local.
El ritmo del partido, arrumbados los locales a guardarse la espalda y perdida en su rival la precisión en el pase con la que disfrutó en el primer acto, terminó por provocar una suerte de condena añadida por la falta de acierto. A dos de consumir los cuatro minutos de tiempo añadido, saltó Zarfino en una disputa aérea y cayó en el apoyo sobre su tobillo derecho para doblárselo en un ángulo inverosímil que provocó su retirada —ya sin cambio posible— y la impresión de que se perderá el tramo final del curso. Un final cruel que acabó de amargar un empate que antes solo fue insípido.
(0) FC CARTAGENA: Marc Martínez; Antoñito (Santisteban, m.80), Raúl Navas, Carlos David (Datkovic, m.59), Forniés; De Blasis, Aburjania (Azeez, m.59), José Ángel (Kleandro, m.86), Cayarga (Nacho Gil, m.59); Elady y Rubén Castro.
(0) CD TENERIFE: Dani Hernández; Moore, Sipcic, Carlos Ruiz, Kakabadze; Valera (Nono, m.65), Sergio González (Joselu, m.82), Javi Alonso (Alberto, m.76), Vada; Shashoua (Apeh, m.76) y Fran Sol (Zarfino, m.76).
ÁRBITRO: Óliver de la Fuente Ramos (Comité castellano-leonés). Amonestó a Carlos David (m.3), Raúl Navas (m.23), Aburjania (m.38), Kleandro (m.90+2) y Nacho Gil (m.90+7) y a los visitantes Valera (m.34) y Javi Alonso (m.66).
INCIDENCIAS: Partido de la 35ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio Cartagonova.