Dulce comienzo

Con dos victorias en los dos primeros encuentros la clasificación pone a los amarillos líderes por diferencia de goles junto al Real Madrid, en espera de lo que haga el Barcelona y el Sevilla, siendo uno de los cuatro equipos que mejor ha arrancado esta temporada.

El estilo futbolístico 'innegociable' de Setién se ha consolidado en pos de un juego que prima el colectivo, y que ahora además ha ganado en efectividad gracias a los nuevos fichajes, especialmente Kevin Prince-Boateng y Livaja. 

Sacar conclusiones con solo dos jornadas es precipitado, tanto cuando soplan vientos favorables como cuando hay tempestades. Sin embargo, hay motivos para el optimismo si se mira al pasado, ya que como ha recordado el periodista de la COPE Pedro Martín en twitter, la UD Las Palmas no ganaba dos partidos consecutivos en Primera al inicio de La Liga desde 1978, cuando Brindisi vestía la elástica amarilla.

Según este periodista, es la segunda vez que los amarillos consiguen marcar nueve goles en dos partidos de Primera seguidos, algo que se dio en 1968. En aquella ocasión contaba entre sus filas Germán Débora, Juan Guedes o Gilberto Rodriguez y entrenaba Luis Molowny. Se dio en la jornada 27 (frente al Pontevedra por 5 a 0) y en la 28 (ante el Atlético de Madrid por 4 a 1). Esa temporada acabarían terceros.

Para ser el mejor arranque de la historia, los de Setién tendrían que vencer su tercer encuentro, al igual que el equipo de la 1978/79 entrenado por Miguel Muñóz quienes prolongarían su racha durante tres partidos -siendo líder en la tercera jornada, la última vez que los amarillos ostentarían ese puesto- y acabarían en sexta posición al finalizar la competición.

El camino es largo y aún queda mucho para pronosticar cualquier vaticinio. Pero los hechos sobre el césped, tanto en Mestalla como en el Estadio de Gran Canaria, revelan a un equipo que juega según lo que le pide el partido y en la medida de sus posibilidades.

Las jugadas a la contra están siendo un arma poderosa para mejorar la efectividad de cara al gol, algo que la temporada pasada costaba un mundo. Contra el Valencia fueron cuatro goles en cuatro llegadas.

Esta vez el equipo juega al toque y a tener la posesión cuando puede, sin obsesionarse y dando a la pelota una velocidad mayor de circulación que permite arriesgar menos. El fútbol no es tan vistoso, pero el resultado pone a los de Setíen con seis puntos y una diferencia de goles de siete tantos (con nueve anotados y tres encajados).

El próximo sábado los amarillos jugarán en el Pizjuán ante el Sevilla, una prueba de fuego donde se podrá ver el alcance de la ilusión que dos encuentros han generado.