A la Unión Deportiva Las Palmas le llegó la hora de apostar, sin concesiones, por el objetivo que se trazó a inicio de campaña -una vez más-: perseguir a pies juntillas el ascenso a la Primera división desde ya, cuando se ha rebasado un cuarto de la Liga de fútbol en Segunda.
Jugadores y técnicos del equipo amarillo no pueden continuar con una trayectoria dubitativa en esta competición, un paso hacia delante y dos para atrás -entiéndase por un partido ganado y dos perdidos, o algo así-.
Este sábado, frente al conjunto madrileño Rayo Vallecano, el cuadro grancanario demostró que posee mimbres para confeccionar una buena cesta. Hubo momentos en los que flojeó, pero, en el segundo tiempo, cuando precisó de ir a por el partido, dio un golpe en el maltrecho césped del Estadio Gran Canaria, se estiró, y hasta apabulló al rival -dispuso de más ocasiones para certificar los tres puntos-.
¡Esa es la línea! Hay equipo y, en cada encuentro, debe y tiene que imponer su ley. La victoria frente al cuadro rayista ha de suponer el punto de partida de la escalada hacia los puestos que conceden la máxima categoría. Todos hemos de empujar en esa dirección, sin desmayo, y con pleno convencimiento y confianza.
A modo y manera de lo expresado por el técnico de la Unión Deportiva, el hispano-croata Sergio Kresic, al término del citado enfrentamiento, lograron un triunfo relevante que les sitúa en la órbita del “soñar”.
Pues eso, que nadie se duerma y, despiertos, a soñar con la posibilidad de ver las evoluciones del equipillo amarillo en la Liga de la Estrellas durante la próxima temporada.