El tenista español Rafa Nadal, número uno del mundo, conquistó su segundo título del año al imponerse al escocés Andy Murray en la final del Masters 1.000 de Indian Wells, repitiendo el triunfo de hace dos años en tierras californianas.
El manacorí, vencedor del Abierto de Australia, se reencontró en esta semana con su mejor juego y lo ratificó en una final, marcada por el viento, en la que barrió de la pista al británico por 6-1 y 6-2 en una hora y 20 minutos de juego.
Nadal se tomó cumplida venganza de su derrota ante Murray hace poco más de un mes en Rotterdam, donde jugó mermado por una lesión en la rodilla, y de las semifinales del pasado US Open para sumar a su palmarés el decimotercer Masters Series -ahora Masters 1.000- y su 33 título.
Además, el balear, de tan sólo 22 años, se queda a sólo un Masters Series de Roger Federer y a cuatro del récord histórico del estadounidense André Agassi, lo que permite soñar con la posibilidad de que iguale la marca del jugador de Las Vegas.
El encuentro, entre dos de los jugadores más en forma del circuito, se quedó bastante deslucido debido a la falta de regularidad de un Murray que llegaba en un gran momento tras brillar anoche ante Federer y con los triunfos en Doha y Rotterdam como aval.
Así, el de Dunblane no fue capaz de plantar cara al mallorquín y sólo mantuvo sus opciones tres juegos, larguísimos y plagados de errores por ambas partes debido a la fuerza con que Eolo soplaba en la cancha.
Nadal se despega en el marcador
Nadal se cobró su primera ventaja con un break en el cuarto juego (3-1), distancia que terminó siendo insalvable para un Murray que sólo se mantenía a flote con su alto porcentaje de primeros saques, pero que no supo contrarrestar el acierto del insular.
El campeón olímpico estaba imparable y forzó una nueva rotura (5-1) para encarrilar la primera manga. En la segunda, tampoco hubo mucha historia. Murray aguantó el envite hasta que Nadal decidió forzar la máquina.
El tetracampeón de Roland Garros aprovechó su primera bola de break del segundo set para sellar la rotura (3-2) en el mejor punto de todo el partido. Ahí se acabó la resistencia del escocés, que volvió a ceder su saque (5-2) y se despidió de la final por la vía rápida.
Nadal, que no cedió ni una sola bola de break en todo el encuentro, comenzó de forma inmejorable la gira estadounidense en pista rápida, dejando claro que las molestias que sufrió en Rotterdam y le obligaron a perderse Dubai, están superadas y que estando al 100% es prácticamente invencible.
De hecho, el que más cerca lo tuvo fue el argentino David Nalbandián, que llegó a contar con cinco 'match-points' en octavos de final, aunque careció de audacia y permitió a Nadal llevarse el triunfo y cargarse de confianza para luego dejar por el camino a Juan Martín del Potro, Andy Roddick y este domingo Murray, tres de los más peligrosos rivales del circuito.