Paquillo Fernández, el atleta más seguro del equipo español en la lucha por las medallas desde que se proclamó en Múnich campeón de Europa en 2002, falló en su objetivo de conseguir su séptima medalla consecutiva en grandes campeonatos.
La jornada matutina en El Nido no resultó propicia para el atletismo español, que por primera vez en doce años quedó fuera de la final olímpica en 3.000 metros obstáculos y perdió a Naroa Agirre en la calificación de pértiga, pero al menos metió a Mario Pestano y a Frank Casañas en la final de disco, que por primera vez en la historia tendrá dos españoles.
El séptimo puesto de Paquillo le devuelve a la frustración de Sydney 2000, donde obtuvo idéntico lugar un año después de haber obtenido un decepcionante decimoquinto en los Mundiales de Sevilla'99.
La final de Pekín, con una temperatura de 25 grados y una humedad de sólo el 55 por ciento, baja en relación con los días anteriores, resultó un calvario para Paquillo a partir del momento en que el ecuatoriano Jefferson Pérez pegó un violento tirón cuando se cumplía la hora de marcha.
Valery Borchin, el único marchador superviviente a la reciente redada rusa contra el dopaje, dio continuidad al ataque del ecuatoriano, se quedó solo con él y luego le dejó atrás en el km. 17 para conquistar el primer título olímpico de 20 kilómetros para un ruso (o antes soviéticos) desde los Juegos de México'68.
Borchin, ganador en 1h19:01, tuvo como escoltas en el podio a Jefferson Pérez, que entró a 14 segundos, y al australiano Jared Tallent, a 41. Paquillo terminó séptimo a 1:31 del ruso.
Los murcianos Juan Manuel Molina y Benjamín Sánchez llegaron a la meta duodécimo y decimotercero con sólo doce segundos de separación.