Cristo Marrero, delantero del CD Tenerife, reconoció este viernes que el partido de hace dos años contra el Racing de Ferrol en el Heliodoro, que precipitó la marcha del entrenador y del consejo, es el peor que ha vivido como blanquiazul, pero entiende que “las cosas han cambiado” desde entonces.
El delantero tinerfeño manifestó en rueda de prensa que aquel fatídico encuentro, que como el de este domingo será el último del año de los insulares como locales, fue “un día muy triste en mi vida como futbolista”, si bien insistió en que ahora “estamos en una buena situación”.
Cristo tuvo en cuenta la ola de positivismo que ha generado la victoria del pasado fin de semana en Gijón y la posibilidad de encadenar por primera vez en la temporada dos triunfos consecutivos, de ahí que confiara en una asistencia considerable de aficionados al estadio porque “saben lo que nos jugamos”, razonó.
El de Las Zocas pidió, en todo caso, el máximo respeto para el Racing de Ferrol. “Hay que tener muchísimo cuidado”, dijo, porque “vienen de muchos partidos sin ganar pero en Segunda división no te puedes fiar de ningún equipo, cualquiera te la puede armar”.
En cuanto a su situación particular, comentó que lleva bien la suplencia porque “respeto muchísimo las decisiones del entrenador y a los compañeros que están jugando”, no sin dejar de reconocer que “lo que uno quiere es participar, ser protagonista”.
Cristo Marrero admitió que el presente está siendo “uno de mis peores años” dada las escasas oportunidades de que está gozando, “pero tengo que estar preparado para cuando me toque, estar a la altura” de las circunstancias.
De todos modos, el punta tinerfeño se congratuló de contar con “el respeto de todos” en el club, especialmente por parte de la afición, a la que “estaré agradecido toda mi vida”, concluyó.