La pareja de tenistas españolas formada por Virginia Ruano y Anabel Medina ha obtenido este domingo para España la medalla de plata en dobles femenino tras ser derrotada en su partido frente a las hermanas norteamericanas Williams por 6-2 y 6-0.
Virginia Ruano y Anabel Medina se quedaron a un paso del oro olímpico, perdieron en la final frente al torbellino de las hermanas Williams y se consolaron con una plata que tiene cierto gusto a decepción.
Era la segunda ocasión en la que Vivi Ruano trataba de colgarse el primer oro del tenis español, pero unos problemas físicos volvieron a relegarle al segundo escalón del podio. La madrileña, que está a punto de cumplir 35 años, lo buscó en Atenas hace cuatro con Conchita Martínez y también se quedó en la final, entonces frente a las chinas Sun Tian-Tian y Li Ting.
En Pekín cayeron frente a una pareja de más empaque. Las españolas no fueron rival para las estadounidenses. Físicamente tocada en el muslo izquierdo, Ruano no ganó ninguno de sus servicios y fue una buena clienta para las Williams, que se colgarán su segundo oro tras el logrado hace ocho años en Sydney.
El partido tuvo poca historia. Sólidas, las Williams tuvieron todas las opciones de su lado. Ni el apoyo del público, poco numeroso pero muy ruidoso y volcado con las españolas fue suficiente. Tampoco el ánimo desde el palco de los duques de Palma. No era el día de las españolas. Duraron una hora y seis minutos, como si tuvieran prisa por ir a ver la final masculina entre Rafael Nadal y Fernando González.
Se fueron riendo para ocultar la decepción. Su sonrisa forzada al despedirse ocultaba que querían más, que había cierta frustración en no poder sumar el primer oro olímpico del tenis español.
Frente a la endeblez española figuraba la fortaleza estadounidense. Las hermanas Williams ya habían vencido a las españolas en Wimbledon, el único Grand Slam que falta en el palmarés de Vivi. Entonces el resultado también fue muy holgado para las hermanas.
Volvieron a aplicar la misma receta y volvieron a obtener el mismo resultado satisfactorio. Un nuevo triunfo fácil, un muro en el primer escalón del podio para las chicas.
Sobre todo para Ruano, que suma su segunda plata olímpica pero que ve cómo se le resiste el oro. Considerada una de las mejores doblistas de todos los tiempos, la madrileña tendrá difícil lograr ya esa presea. Tendrá 38 años cuando los Juegos hagan escala en Londres, sede, por cierto, del único grande que se le escapa.
La decepción no oculta un palmarés de impresión, difícil de igualar. Nueve grandes, todos menos Wimbledon. Un total de 41 títulos, la mayoría de ellos logrados junto con la argentina Paola Suárez, su pareja más habitual.
Para Medina la plata es un buen trofeo. Tiene 26 años y no se considera una doblista, pero no dudó en aceptar la propuesta de Vivi de jugar juntas. Era un seguro.
La plata olímpica quedará como su más preciada presa junto con el Roland Garros de este año. Medina ha confesado que en Pekín, por primera vez en su carrera, dio prioridad a un cuadro doble frente al individual. La plata es un gran premio.
Mientras las Williams se frotaban las manos con su nuevo éxito, el segundo. Se convierten en la segunda pareja en la historia olímpica que repite oro, después de que lo hicieran Gigi Fernández y Mary Jo Fernández.
Su triunfo en Pekín certifica el dominio del tenis estadounidense en el torneo olímpico de dobles. Han ganado en cinco de los siete Juegos en los que se ha disputado este deporte.