Una sociedad avanzada no se mide sólo por la tecnología que aplica en su día a día, también por la manera en la que cuida de cada uno de sus miembros. Por eso, la cultura de la seguridad y la prevención de riesgos evidencian el desarrollo de los territorios, de las empresas, de las comunidades. En Canarias, se avanza hacia ese destino, y encuentros como el que se mantuvo el pasado 8 de junio, en el Club Oliver de la capital tinerfeña, contribuyen al progreso de la sociedad.
Bajo la organización de Cepsa, tuvo lugar la quinta mesa s Diálogos en Acción, bajo el título La Seguridad como identidad: una manera de ser, pensar y actuar. En esta cita, impulsada por el Comité de Enlace Cepsa-Santa Cruz, expertos de la compañía y profesionales de diversos sectores ofrecieron una mirada ampliada sobre los nuevos retos que asume la sociedad isleña. Entre ellos, aportaron sus conocimientos Margarita García-Ramos, técnica de Protección Civil y Emergencias del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife; Pedro Millán, geógrafo, alpinista y miembro de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada; Domingo Luis Martín, director del centro de logística y emergencias de Cruz Roja; Juan Carlos Bellido, coordinador de prevención de Fremap en Canarias; Rafael García, técnico de planes de emergencia del CECOES 1-1-2; Jorge Martínez, responsable de Seguridad corporativa en Cepsa, y José Manuel Fernández-Sabugo, director de Cepsa en Canarias.
La cita arrancó con una ponencia de Jorge Martínez, para quien “la seguridad va más allá de evitar accidentes”. La aspiración del responsable de Seguridad corporativa en Cepsa es conseguir una entidad y una sociedad con “cero accidentes”. “La seguridad es más que los procedimientos, somos cada uno de nosotros. En Cepsa, la concebimos como una precondición, no como una prioridad, porque estas cambian. Está demostrado que las empresas que más cuidan de ella son las que tienen menos incidentes y accidentes”, apuntó al inicio de su intervención.
“Cepsa aspira a convertirse en una de las empresas energéticas más seguras del mundo”. Para conseguirlo, explicó Martínez, se trabaja en una cultura de prevención que se fomenta entre trabajadores y contratistas. La compañía ha trazado un plan en el que se incluyen acciones que buscan anticiparse a los riesgos a través de la formación, la mejora en la comunicación y una serie de gratificaciones al buen desempeño de sus empleados.
“La cultura de la seguridad hay que integrarla en nuestro día a día y debe afectar a todos y todas. Para ello, Cepsa realiza una gestión del cambio de forma eficiente, con el objetivo de evitar o minimizar las consecuencias de los accidentes, a través de una investigación previa, el análisis de las causas de las contingencias y la toma de medidas correctoras”. Asimismo, en Cepsa asumen nuevos retos marcados por el cuidado a la salud mental; la introducción y desarrollo de nuevas fuentes de energía, como la eléctrica o el hidrógeno verde, y el uso de la inteligencia artificial para la prevención.
La prevención que parte de uno mismo
Hacer un buen análisis de los riesgos es fundamental para el alpinista Pedro Millán, miembro del Comité Científico de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME). “Ahora lo pienso y llego a la conclusión de que estoy vivo de milagro. Cuando empecé en el mundo del montañismo no había cultura de la prevención. De hecho, cuando subí por primera vez al Mont Blanc, aprendí sobre este asunto sobre la marcha. No somos inmortales, ese debe ser el punto de partida para crear una cultura de la seguridad. En este sentido, la situación ha cambiado mucho en los últimos años, de hecho, para acceder a algunas montañas, debes pasar una serie de pruebas preventivas y una formación sobre los riesgos principales”.
Precisamente, para Millán, “la cultura de la prevención del riesgo es síntoma de progreso en una sociedad”. Por eso, la Federación cuenta ya con un equipo de prevención que analiza cada uno de los accidentes y establece una serie de medidas para los amantes de este deporte de aventuras.
Normativas para la prevención de riesgos
La prevención de riesgos debe partir siempre del individuo. Parece una obviedad, pero no siempre es así. En numerosas situaciones, la ciudadanía necesita una serie de normas que impongan barreras a los riesgos evidentes. Es por eso por lo que las administraciones trabajan a destajo para establecer esas barreras en forma de normativas.
A ello se dedica Margarita García-Ramos, técnica de Protección Civil y Emergencias del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, que aseguró en su intervención que entre las situaciones de mayor riesgo en la ciudad actualmente se identifica el uso del patinete eléctrico. “Es un tema complejo. En este caso, es un medio de transporte que ha irrumpido y se ha multiplicado. Los compañeros del Ayuntamiento hacen lo que pueden, pero hace falta regulación. No obstante, sacar una ordenanza municipal necesita tiempo y a veces la realidad no espera tanto. Mientras tanto, la prevención tiene que empezar por nosotros. Si se quiere usar un patinete, el usuario tiene que ser consciente de los riesgos que asume”, sentenció.
Asimismo, García-Ramos hizo un llamamiento a la participación de la ciudadanía para unirse al cuerpo de Protección Civil, advirtiendo que “se necesita formación, vocación de servicio y tiempo para regalar de forma altruista a la seguridad de las personas”.
Identificar riesgos, formar, informar: las claves de una sociedad segura
Aunque la sociedad tome el mayor número de medidas preventivas nunca estará exenta de sufrir incidentes. En este sentido, juega un papel fundamental la información. “Debemos aspirar a ser una sociedad más resiliente, que conozca más y mejor su entorno para saber cómo actuar ante situaciones de riesgo”, así lo calificó Rafael García, técnico de planes de emergencia del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (CECOES) 1-1-2 del Gobierno de Canarias. Junto a la información, la formación y la identificación de los riesgos son las claves sobre las que trabaja el CECOES.
“Las emergencias siempre ocurren. Basta con ver que en Canarias, a pesar de ser un territorio afortunado, hemos vivido dos erupciones volcánicas, inundaciones o grandes incendios forestales en los últimos años”. Para incentivar la protección, el 1-1-2 lleva tiempo enviando mensajes muy claros y alertas a la ciudadanía, textos que se distribuyen por redes sociales y medios de comunicación. No obstante, adelantó García, se implantará un nuevo sistema: el 1-1-2 inverso. “Seremos nosotros los que mandaremos la información a la población directamente, a sus móviles, siempre con textos muy sencillos y claros”. Se trata de un sistema muy similar al que ya se ha implantado en países como Corea del Sur, donde la población recibe mensajes de sus organismos de protección civil en caso de evacuación o situaciones de riesgo.
El 1-1-2 recibe una media de 5.000 llamadas de emergencia cada día. “La formación y experiencia para atender a la gente en momentos críticos es clave, tenemos que saber cómo acompañarlos”, concluyó Rafael García. En esa misma línea trabaja Domingo Luis Martín, director del centro de logística y emergencias de Cruz Roja en Canarias.
Para él, “todos somos parte de la seguridad, todos podemos colaborar en evitar los riesgos”. La labor de la Cruz Roja también pretende la formación de la sociedad. “Los primeros auxilios, por ejemplo, son fundamentales para salvar la vida de las personas”.
Actuar tras los accidentes
Para Juan Carlos Bellido, coordinador de prevención regional de Fremap en Canarias, “en la mutua estamos al final de la cadena, somos los que recibimos al trabajador accidentado y nos toca reparar su situación”, explicó. En este sentido, Bellido argumentó que en los últimos años se han ido incrementando las bajas por trastornos psicológicos y enfermedades mentales. “Ya es responsabilidad de las organizaciones preocuparse por este factor, porque está afectando al desarrollo de sus funciones”.
En este sentido, José Manuel Fernández-Sabugo, director de Cepsa en Canarias, dio a conocer un proyecto reciente puesto en marcha en su entidad y que se centra en la seguridad emocional. “Somos lo que somos y es imposible desvincularse de nuestras emociones y sentimientos. Por eso, en Cepsa velamos por la salud mental de nuestros trabajadores, siendo la base sobre la que construimos la meta de convertirnos en la empresa energética más segura del mundo”.