30M: Canarias, hoy y siempre

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Este verano se cumplen cuarenta años de la aprobación del primer Estatuto de Autonomía de Canarias. Posibilitando un autogobierno que dio sus iniciales. pasos, casi un año después, con la constitución de nuestro primer Parlamento, el 30 de mayo de 1983, y, posteriormente, de nuestro primer Gobierno. Un autogobierno que ha permitido alcanzar los mayores niveles de desarrollo, bienestar y libertad de nuestra historia, así como la mayor cohesión entre los territorios insulares, aunque todavía quede mucho camino por andar tras décadas de subdesarrollo. Una obra humanamente imperfecta que debe estimularnos para continuar avanzando, corregir errores y hacer una Canarias aun mejor.

Para alcanzar esos objetivos no valen ni el catastrofismo ni la complacencia. Se equivocan los que creen que hemos hecho todo mal y mitifican un pasado de mucha mayor pobreza, desigualdad, analfabetismo, caciquismo y obligadas migraciones; sin libertades públicas, sin democracia ni organización institucional propia. Tampoco cabe ser conformistas frente a las insuficiencias en materia de equidad o los excesos desarrollistas.

Nuestra propia situación en el mundo, ubicados en el Atlántico a apenas cien kilómetros de las costas africanas y a más de 1.000 del continente europeo, hace imprescindible esa capacidad de autogobierno, así como avanzar en las soberanías políticas, alimentarias o energéticas. Al mismo tiempo que obliga a que en el Estado español y en la Unión Europea se tengan en cuenta nuestras particulares circunstancias para que las distintas políticas contribuyan a acercar nuestra calidad de vida a los estándares europeos, a compensar nuestras desventajas.

Marco institucional

En ocasiones resulta más fácil hacer entender esta situación en los foros europeos que en los estatales, donde muchas veces se impone una visión homogeneizadora que resulta completamente injusta para Canarias. Contamos, afortunadamente, con un marco institucional -Estatuto, REF y condición de región ultraperiférica (RUP) de la Unión Europea- que reconoce nuestras especificidades y que posibilita políticas económicas y fiscales que buscan compensar nuestra lejanía e insularidad; pero hay que estar siempre vigilantes, defendiéndolo frente a frecuentes vulneraciones. 

Su importancia es determinante para nuestras vidas. El REF supone miles de millones anuales para el conjunto de la sociedad canaria gracias al diferencial fiscal y a las transferencias económicas. El REF económico, con partidas destinadas a compensar el sobrecoste del sistema eléctrico canario, a facilitar nuestra movilidad entre las islas y con el resto del Estado, así como abaratar el transporte de mercancías. A subvencionar la producción de agua para consumo humano y riego agrícola, a planes contra la pobreza o al de estímulo de la formación y el empleo, a apoyar a nuestro sector primario…

Y el REF fiscal, implica que paguemos un 7% en el tipo general del IGIC frente al 21% del IVA. Y que, por ejemplo, tengan tipo cero el pan, la leche, los quesos, los huevos; las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos naturales, carnes y pescados que no hayan sido objeto de ningún proceso de transformación…También las compresas, tampones y protegeslips, copas de silicona y compresas ecológicas; las sillas de ruedas para el traslado de personas con discapacidad. La energía eléctrica para las familias canarias. O los combustibles. Y las reducciones del impuesto de sociedades cuando empresarios o autónomos utilizan la RIC, la DIC o la ZEC.

Contamos con modernas infraestructuras en carreteras, puertos y aeropuertos, así como en desalación de agua. La conectividad aérea y marítima interinsular ha mejorado en frecuencia y calidad, reduciendo ostensiblemente, además, sus precios. Hemos generado organizaciones e instituciones propias: Servicio Canario de Salud, Servicio de Urgencias Canario, Instituto Canario de Igualdad, Agencia Tributaria, Involcán, Consejo Escolar de Canarias, Academia Canaria de la Lengua, Instituto Canario de Estadística, Policía Canaria… que habrá que seguir impulsando y desarrollando.

Hemos avanzado en los servicios públicos. Se demostró de modo fehaciente en la respuesta a la pandemia de la Covid 19, con un esfuerzo sin precedentes.  Constituyen la base de un Estado social, la garantía de una Canarias mejor, más justa, que atiende adecuadamente al conjunto de su ciudadanía al margen de sus mayores o menores recursos económicos o de su lugar de residencia. Por eso, resulta imprescindible seguir poniéndolos en valor y fortaleciéndolos con medios humanos y materiales. 

En un marco internacional muy complicado, Canarias confirma importantes niveles de recuperación económica, en gran medida por los buenos datos turísticos, con significativo crecimiento del PIB y el empleo. Pero no podemos conformarnos y, sobre todo, hay que seguir combatiendo los elevados porcentajes de desempleo juvenil y los intolerables parámetros de pobreza. Con más y mejor formación, empleo de mayor calidad, diversificación e implantación de la Renta de Ciudadanía que mandata nuestro Estatuto.

Pese a los debates y las decisiones tomadas por nuestro Parlamento, como la aprobación de las directrices de ordenación territorial y las del turismo, tenemos -por incumplimiento y práctica derogación de estas por varios gobiernos- un grave problema de modelo de desarrollo. Tiene que ver con la relación equilibrada entre el territorio, el medioambiente y la actividad económica humana, la generación de riqueza y empleo. La destrucción del territorio y el medio por parte de quienes debemos legarlo a las siguientes generaciones supone, además, el sinsentido de aceptar pan para hoy y hambre para mañana. Entre más sostenibles sean, entre más biodiversidad alberguen, entre más paisajes sin cemento tengan…más habitables y más atractivas serán las Islas para los que aquí vivimos y para quienes decidan visitarnos.

Sostenible

Eso obliga a crecer de forma moderada y modulada (como planteaban las directrices), a poner por delante la renovación de la planta turística frente a la ocupación de nuevo suelo. A insistir en una movilidad sostenible: patinetas, bicis, guaguas, trenes. A fomentar el paseo ciudadano en nuestros núcleos urbanos. A desarrollar todo nuestro enorme potencial en energías renovables, limpias y menos dependientes. A afrontar consecuentemente el reto de descarbonización de nuestra economía.

Muy vinculado a nuestro modelo de desarrollo se encuentra nuestra evolución demográfica. Entre el año 2000 y enero de 2022, Canarias pasó de 1.716.276 habitantes a 2.246.370, un crecimiento de 530.094 habitantes, el 30,88%. En el mismo período Euskadi lo hizo de 2.098.596 a 2.177.654, aumentando 79.058 (3,76%). En el conjunto del Estado la subida fue del 17%. Por tanto, en ese periodo se incrementó en medio millón la población en las islas; ocho veces el crecimiento porcentual del País Vasco y casi duplicando el estatal.

Las proyecciones futuras del Consejo Económico y Social (CES) hablan de 2,5 millones de habitantes en 2033. Con fuertes crecimientos poblacionales en Tenerife, que superaría claramente el millón de personas, y en Fuerteventura, que aumentaría un 45% su actual población, o Lanzarote, un 29%. Con consecuencias en el dimensionamiento de nuestros colegios, centros de salud y hospitales, vivienda, acceso al empleo, carreteras, consumo de agua y energía, movilidad, depuración de agua… No parece razonable ni sostenible un crecimiento semejante.

La próxima semana serán numerosos los actos que se desarrollen en celebración del 30 de Mayo, Día de Canarias. Que conmemoran el autogobierno y nuestros avances como sociedad. Que reconocen, en los Premios y medallas de Canarias, a personas y entidades que con su actividad y entrega nos enriquecen como sociedad. En los que se pone en valor la identidad de este pueblo: su patrimonio, su música, su literatura, su ciencia, su arte, sus deportes y juegos autóctonos, su gastronomía, su dialecto. Sin olvidar nuestras carencias y retos.

El Estatuto, en su artículo 27, obliga a los poderes públicos a la protección y defensa de la identidad canaria. De su patrimonio histórico. Del legado etnográfico y arqueológico de los indígenas canarios. De las modalidades lingüísticas. Hay que intensificar ese compromiso y el conocimiento de la sociedad canaria, por parte de residentes y visitantes, sobre los elementos que conforman nuestra identidad.

El 30M es la fiesta de la canariedad, lo que nos caracteriza e identifica como pueblo. Una canariedad, necesariamente dinámica y cambiante, que es patrimonio de todos los canarios y canarias, al margen de sus ideologías. Que comparten los aquí nacidos y los canarios de adopción que aquí trabajan y proyectan sus vidas. Y que debemos preservar protegiendo nuestro patrimonio histórico, arqueológico y etnográfico o el dialecto canario, el territorio y el medio natural. Extendiendo los contenidos canarios en el sistema educativo, impulsando la creación artística, recuperando las selecciones deportivas canarias… Construyendo entre todos y todas la Canarias de hoy y de mañana.