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Aguirre y Gallardón se pelean por Blesa, ¡ojo!, un hombre de Aznar

Enric Sopena / Enric Sopena

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Resulta curioso -o, mejor dicho, significativo- que el neoliberalismo que tanto seduce a Aguirre y que tanto elogia el ex presidente del Gobierno lo practiquen en sentido radicalmente contrario al que predican. ¿Qué no habría dicho la presidenta del Gobierno autonómico madrileño, si José Montilla anduviera moviendo fichas para colocar en la Caixa a personas de su máxima confianza? ¡Qué cosas no habríamos leído, escuchado o visto -procedentes de la prensa popular- de haberse llevado a la realidad esa hipótesis intervencionista, no contemplada, por cierto, en la normativa de la Caixa!

Inspectores de Hacienda

También es curioso que Aguirre -que dice idolatrar a Aznar- se dedique en la actualidad a desestabilizar a Blesa, amigo del ex presidente de la derecha a raíz de que prepararan juntos las oposiciones al cuerpo de inspectores fiscales de Hacienda. Corría el año 1974 cuando se conocieron. Luego se casaron con sus respectivas novias y los dos matrimonios se trasladaron a Logroño, donde empezaron a ejercer de inspectores de Hacienda. Aznar inició allí su carrera política. Se dio de alta del partido Alianza Popular [precursor del PP], llegó pronto a líder en La Rioja y hasta escribió artículos de derecha extrema en el diario La Nueva Rioja, periódico desde hace bastante tiempo llamado simplemente La Rioja.

La doctrina fetén

La doctrina fetén de Aznar -del verdadero Aznar, sin maquillajes ni viajes al centro- está publicada en el periódico mencionado. Cuando Aznar se extasiaba ante la Constitución ?lo que hizo con frecuencia residiendo en La Moncloa y más tarde igual- lo único que estaba realizando es un ejercicio de fantasía interesada o de hipocresía política. Leyendo aquellos artículos se llega a la conclusión que muy probablemente Aznar no votara “sí” a la Carta Magna de 1978.

¿Más próximo de lo que algunos creen?

Blesa no abandonó nunca a Aznar. En 1992, por ejemplo, pasó a formar parte de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, la FAES, organización promovida por Aznar, a cuatro años de su victoria, como fábrica de ideología conservadora o neoconservadora a la americana. Y, sin embargo, la protección ante la operación de acoso y derribo que le ha montado doña Espe le llega a Blesa a través de Gallardón, teóricamente tan lejos de Aznar y, no obstante, quizás más próximo de lo algunos creen.

Cambios de pareja

En este juego procaz de cambios de chaqueta -Aznar transitó desde el franquismo más que sociológico a la derecha democrática- los cambios de pareja no han de provocar excesiva sorpresa. Con un Rajoy que ha sido incapaz de afianzar su liderazgo, de modo que hasta desde los micrófonos episcopales le exigen a gritos que se vaya, conviene no descartar que Ana Botella pudiera ser elevada a la categoría de alcaldesa de Madrid, mientras que Gallardón podría recibir el placet de Aznar para constituirse en una sólida alternativa a Rajoy.

El aval del ex presidente

A estos efectos, y tal como destapó la revista El Siglo hace unas semanas, Gallardón estaría intentando conseguir el aval de Aznar, circunstancia que lograría acallar a muchos de los acérrimos enemigos que el actual alcalde de Madrid acumula en el interior de su partido. Fue precisamente Aznar -poco antes de las elecciones autonómicas y municipales de 2003- el que decidió pedirle a Gallardón que, a la vista de las encuestas, descendiera voluntariamente de categoría y se presentase no para seguir siendo presidente de la Comunidad de Madrid, sino alcalde de la capital de España.

El registrador de la propiedad

Una coalición fáctica Aznar-Gallardón salvaría a Blesa, arruinaría definitivamente los sueños de Aguirre, convertiría en alcaldesa a Botella y abriría un horizonte complicado, aunque electoralmente más atractivo, para el PP. ¿Y Rajoy? Sería un magnífico registrador de la propiedad.

*Enric Sopena es director de elplural.eselplural.es

Enric Sopena*

Resulta curioso -o, mejor dicho, significativo- que el neoliberalismo que tanto seduce a Aguirre y que tanto elogia el ex presidente del Gobierno lo practiquen en sentido radicalmente contrario al que predican. ¿Qué no habría dicho la presidenta del Gobierno autonómico madrileño, si José Montilla anduviera moviendo fichas para colocar en la Caixa a personas de su máxima confianza? ¡Qué cosas no habríamos leído, escuchado o visto -procedentes de la prensa popular- de haberse llevado a la realidad esa hipótesis intervencionista, no contemplada, por cierto, en la normativa de la Caixa!

Inspectores de Hacienda