Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
El Supremo amplía la investigación de los correos de la pareja de Ayuso
La Generalitat reconoció por escrito que el seguimiento de ríos es su responsabilidad
Opinión - Lobato, en su laberinto. Por Esther Palomera

Más allá del relato (Esto era inevitable)

Noviembre de 2019 siempre estuvo marcado en rojo en los calendarios de los estrategas de los principales partidos. Como se señaló anteriormente, ninguno de los cuatro grandes (PSOE, PP, C’s y UP) va a impedir unas nuevas elecciones debido a sus propias estrategias. Porque se trata de estrategia y no, como en ocasiones se señala, de mero tacticismo toda vez que sus decisiones responden a objetivos muy claros.

El principal objetivo de Ciudadanos es tratar de abandonar su condición de hipotética bisagra para convertirse en la fuerza de referencia de la derecha. En consecuencia, el PP ha de considerar como objetivo fundamental de sus decisiones el mantener a distancia al partido naranja, mientras no pierde de vista por el retrovisor a VOX.

Al PSOE no solo no le conviene un gobierno de coalición sino que tiene mucho que ganar con una posible caída de los resultados de Unidas Podemos y la consecuente pérdida de poder interno de Pablo Iglesias, tanto en Podemos como en la coalición de UP. Mientras, Pablo Iglesias no puede aceptar un acuerdo que no pase por ganar poder en el Gobierno para poder llegar a Vista Alegre 3 en posición de fuerza y timonear su propia sucesión.

Llegados a este punto conviene reflexionar sobre la inevitabilidad de este escenario y considerarlo como una consecuencia lógica de la ruptura del bipartidismo imperfecto y su sustitución por un multipartidismo de bloques. Un multipartidismo de bloques aún incipiente en el que, al menos teóricamente, caben relevos en el liderazgo de cada bloque, o al menos cambios importantes en la correlación de fuerzas, lo que provoca que las organizaciones que integran cada uno de esos bloques están tan atentas a la posible suma que alcanzarían con sus teóricos aliados como a la distancia que pueden marcar con respecto a los mismos.

Ha de observarse que, en última instancia, el posible crecimiento de cada fuerza política depende más del trasvase desde su teórico aliado que de los movimientos entre bloques ya que la polarización entre los dos grandes bloques convierte en poco relevantes los trasvases entre los mismos salvo el posible bonus que recibiría el PSOE al ganar en centralidad, sin necesidad de desplazar su posición, por el fuerte escoramiento a la derecha de Ciudadanos. No se trata, por tanto, de tacticismo, se trata de estrategias que dan respuesta a los principales objetivos de cada uno de los cuatro grandes. No se trata de incapacidad de ponerse de acuerdo ni de un fracaso con tintes de crisis institucional provocada por la efebocracia imperante. Se trata de un episodio inevitable de la competición electoral que, en esta ocasión como en la anterior, se dilucidará en dos episodios.

Para finalizar cabe apuntar que la mera celebración de unas nuevas elecciones permitirá desbloquear la formación de un nuevo gobierno por más que los resultados electorales repliquen en mayor o menor medida la actual situación. Si se permite la analogía, aunque las piezas sean básicamente las mismas no estarán colocadas exactamente de la misma manera en el tablero.

Noviembre de 2019 siempre estuvo marcado en rojo en los calendarios de los estrategas de los principales partidos. Como se señaló anteriormente, ninguno de los cuatro grandes (PSOE, PP, C’s y UP) va a impedir unas nuevas elecciones debido a sus propias estrategias. Porque se trata de estrategia y no, como en ocasiones se señala, de mero tacticismo toda vez que sus decisiones responden a objetivos muy claros.

El principal objetivo de Ciudadanos es tratar de abandonar su condición de hipotética bisagra para convertirse en la fuerza de referencia de la derecha. En consecuencia, el PP ha de considerar como objetivo fundamental de sus decisiones el mantener a distancia al partido naranja, mientras no pierde de vista por el retrovisor a VOX.