Espacio de opinión de Canarias Ahora
Apuntes de urgencia sobre una encuesta
La reciente encuesta de Metroscopia para El País muestra un tsunami político de enormes proporciones. Con una nueva fuerza, Podemos, por delante de los dos partidos que han gobernado el Estado español en los últimos 34 años. Tiene que ver con la crisis económica y el empobrecimiento de una parte significativa de la sociedad, aunque me da la impresión de que también influye poderosamente el descrédito de la política y las instituciones.
Un descrédito al que PP y PSOE han contribuido, y mucho, desde aquel aciago cambio constitucional con nocturnidad y alevosía, pactado por Zapatero y Rajoy, a los brutales recortes económicos, el ataque permanente a la sanidad y la educación públicas o el destrozo en la dependencia sufrido en los últimos años. Y cimentando la impresión generalizada de que los Gobiernos están al servicio de poderes externos y no de los ciudadanos y ciudadanas.
Nos encontraríamos ante un novedoso panorama político parlamentario que obligaría a coaliciones de Gobierno entre formaciones, algo a lo que no estamos acostumbrados en el ámbito estatal y en el que PSOE y PP solo se han puesto de acuerdo hasta ahora para desplazar al PNV, con aquel Ejecutivo de Patxi López, sin que los conservadores entraran en el Gobierno.
Sigue leyendo este análisis en el blog de Enrique Bethencourt, La Tiradera.
La reciente encuesta de Metroscopia para El País muestra un tsunami político de enormes proporciones. Con una nueva fuerza, Podemos, por delante de los dos partidos que han gobernado el Estado español en los últimos 34 años. Tiene que ver con la crisis económica y el empobrecimiento de una parte significativa de la sociedad, aunque me da la impresión de que también influye poderosamente el descrédito de la política y las instituciones.
Un descrédito al que PP y PSOE han contribuido, y mucho, desde aquel aciago cambio constitucional con nocturnidad y alevosía, pactado por Zapatero y Rajoy, a los brutales recortes económicos, el ataque permanente a la sanidad y la educación públicas o el destrozo en la dependencia sufrido en los últimos años. Y cimentando la impresión generalizada de que los Gobiernos están al servicio de poderes externos y no de los ciudadanos y ciudadanas.