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¿Hacia un modelo de autogestión en los parques? por Federico Izquierdo Lawlor

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¿Soluciones? Si el Ayuntamiento asumiera sus responsabilidades y entendiera que no sólo hay que inaugurar parques sino mantenerlos habríamos avanzado bastante. Pero solo esto no bastaría. Es necesaria, además la educación ciudadana en el medio ambiente. No es de recibo los destrozos que se producen en cualquier espacio de ocio público, ni los papeles o colillas que se tiran al suelo, ni el uso indiscriminado del botellón o la música a todo volumen.Mientras que la actuación municipal tiene solución a corto plazo, el tema de la educación cívica requiere medidas que obtendrán resultados a medio y largo plazo. Hay una tercera vía intermedia que, para sorpresa de propios y extraños, ha funcionado en esta ciudad y en un plazo muy corto de tiempo. Me refiero al Parque Pino Apolinario en el barrio de Guanarteme.A principios del año 2000 se cerró el edificio de la calle Portugal que albergaba la Antigua Escuela de Artes y Oficios. Durante cuatro años permaneció abandonada por su propietario, el Gobierno de Canarias. En ese periodo los gatos, ratas y okupas ocasionales se hicieron dueños del lugar haciendo que la calidad de vida de los vecinos sufriera una gran merma, por los hedores insoportables y la decadencia general del edificio.A mediados de 2004, la Asociación de Vecinos Peña La Vieja decidió hacer suya la batalla por convertir el solar en un espacio público, y se consiguió que los vecinos empezaran a unirse y manifestarse para ese fin. Después del derribo de la antigua Escuela de Artes los vecinos optaron por luchar por un Parque público provisional. Como consecuencia de ello se celebraron diversos actos reivindicativos.Por fin a finales de 2004 el Gobierno anuncia la construcción de un parque vallado, mientras se decide la posible transferencia del solar al Ayuntamiento. Este, por su parte, se comprometía al mantenimiento y cuidado del Parque Doña Pino Apolinario, pues así lo bautizaron los vecinos, en reconocimiento a la benefactora que donó en su día el solar al Gobierno central para su uso social.Las Obras del Parque se terminaron en Abril de 2006. El acondicionamiento del solar fue mínimo, sin farolas, bancos, riego ni plantas, únicamente respetando los árboles ya existentes y el resto picón.En Agosto del mismo año se hace pública una orden del Gobierno en la cual se autoriza al Ayuntamiento de Las Palmas la ocupación temporal, por un periodo de dos años, del Parque Público. Ante la negativa del Ayuntamiento a recepcionar el Parque “de cualquier manera y hecho un asco”, los vecinos decidieron tomar la iniciativa. Durante los siguientes meses empezaron primero arreglando las puertas dañadas para poder cerrar por la noche y evitar el deterioro del lugar. A continuación, poco a poco fueron dotando de vegetación toda la zona de picón, con riego por garrafeo , es decir, a garrafa limpia. Otro vecino aportaba piedras, otro tierra vegetal, otro cerraba la puerta todas las noches etc. y así poco a poco sin prácticamente ayuda de ninguna institución se fue gestando un parque vecinal que sin duda es el mas original de cuantos hay en la ciudad de las Palmas. Y aquí concluyo esta historia que, de momento, y gracias a la acción vecinal, ha tenido un final feliz. Recientemente el Ayuntamiento ha instalado un miniparque infantil en un extremo del Parque, también se ocupa de las tareas de limpieza y, unos cuantos vecinos, con gran esfuerzo por su parte, se ocupan del cierre diario y del riego y mantenimiento de la vegetación, que es un auténtico vergel. Y digo, de momento, porque la orden en la que se concedía la autorización de uso al Ayuntamiento era solo por dos años y en precario, es decir, siendo revocable en todo momento por el legítimo propietario del solar, el Gobierno de Canarias.La intención del Gobierno era darle a la parcela un uso sociosanitario a largo plazo, pero dejando la puerta abierta a un aparcamiento subterráneo de dos plantas con una plaza de cemento en superficie sin árboles, al estilo de otras partes de la ciudad, opción preferida en su día por el Ayuntamiento, dado su mínimo mantenimiento y máxima rentabilidad. Federico Izquierdo Lawlor

¿Soluciones? Si el Ayuntamiento asumiera sus responsabilidades y entendiera que no sólo hay que inaugurar parques sino mantenerlos habríamos avanzado bastante. Pero solo esto no bastaría. Es necesaria, además la educación ciudadana en el medio ambiente. No es de recibo los destrozos que se producen en cualquier espacio de ocio público, ni los papeles o colillas que se tiran al suelo, ni el uso indiscriminado del botellón o la música a todo volumen.Mientras que la actuación municipal tiene solución a corto plazo, el tema de la educación cívica requiere medidas que obtendrán resultados a medio y largo plazo. Hay una tercera vía intermedia que, para sorpresa de propios y extraños, ha funcionado en esta ciudad y en un plazo muy corto de tiempo. Me refiero al Parque Pino Apolinario en el barrio de Guanarteme.A principios del año 2000 se cerró el edificio de la calle Portugal que albergaba la Antigua Escuela de Artes y Oficios. Durante cuatro años permaneció abandonada por su propietario, el Gobierno de Canarias. En ese periodo los gatos, ratas y okupas ocasionales se hicieron dueños del lugar haciendo que la calidad de vida de los vecinos sufriera una gran merma, por los hedores insoportables y la decadencia general del edificio.A mediados de 2004, la Asociación de Vecinos Peña La Vieja decidió hacer suya la batalla por convertir el solar en un espacio público, y se consiguió que los vecinos empezaran a unirse y manifestarse para ese fin. Después del derribo de la antigua Escuela de Artes los vecinos optaron por luchar por un Parque público provisional. Como consecuencia de ello se celebraron diversos actos reivindicativos.Por fin a finales de 2004 el Gobierno anuncia la construcción de un parque vallado, mientras se decide la posible transferencia del solar al Ayuntamiento. Este, por su parte, se comprometía al mantenimiento y cuidado del Parque Doña Pino Apolinario, pues así lo bautizaron los vecinos, en reconocimiento a la benefactora que donó en su día el solar al Gobierno central para su uso social.Las Obras del Parque se terminaron en Abril de 2006. El acondicionamiento del solar fue mínimo, sin farolas, bancos, riego ni plantas, únicamente respetando los árboles ya existentes y el resto picón.En Agosto del mismo año se hace pública una orden del Gobierno en la cual se autoriza al Ayuntamiento de Las Palmas la ocupación temporal, por un periodo de dos años, del Parque Público. Ante la negativa del Ayuntamiento a recepcionar el Parque “de cualquier manera y hecho un asco”, los vecinos decidieron tomar la iniciativa. Durante los siguientes meses empezaron primero arreglando las puertas dañadas para poder cerrar por la noche y evitar el deterioro del lugar. A continuación, poco a poco fueron dotando de vegetación toda la zona de picón, con riego por garrafeo , es decir, a garrafa limpia. Otro vecino aportaba piedras, otro tierra vegetal, otro cerraba la puerta todas las noches etc. y así poco a poco sin prácticamente ayuda de ninguna institución se fue gestando un parque vecinal que sin duda es el mas original de cuantos hay en la ciudad de las Palmas. Y aquí concluyo esta historia que, de momento, y gracias a la acción vecinal, ha tenido un final feliz. Recientemente el Ayuntamiento ha instalado un miniparque infantil en un extremo del Parque, también se ocupa de las tareas de limpieza y, unos cuantos vecinos, con gran esfuerzo por su parte, se ocupan del cierre diario y del riego y mantenimiento de la vegetación, que es un auténtico vergel. Y digo, de momento, porque la orden en la que se concedía la autorización de uso al Ayuntamiento era solo por dos años y en precario, es decir, siendo revocable en todo momento por el legítimo propietario del solar, el Gobierno de Canarias.La intención del Gobierno era darle a la parcela un uso sociosanitario a largo plazo, pero dejando la puerta abierta a un aparcamiento subterráneo de dos plantas con una plaza de cemento en superficie sin árboles, al estilo de otras partes de la ciudad, opción preferida en su día por el Ayuntamiento, dado su mínimo mantenimiento y máxima rentabilidad. Federico Izquierdo Lawlor