Ballenaza, ballena y ballenita

Las ballenas son especies protegidas y, por esta razón, no se pueden capturar, aunque todavía existen algunas excepciones que siguen suscitando un debate importante. Las poblaciones de estos animales fueron diezmadas y en algunos casos, llegaron a encontrarse en peligro de extinción debido a la encarnizada persecución durante varios siglos. En las últimas décadas se están recuperando pero todavía a algunas especies les falta un gran camino para poder llegar a los niveles de abundancia que se estima que tenían en el siglo XVIII.

Pero si ahora no se pueden capturar...¿qué presiones siguen sufriendo las ballenas? En los tiempos que corren, varios factores relacionados con las actividades humanas afectan a la recuperación de las poblaciones de ballenas, como son las colisiones con las embarcaciones, y quedarse enmalladas o enredadas con artes de pesca, como son redes o palangres (anzuelos). Recientemente, varios autores observaron mediante fotografías aéreas y con tomas de drones que las ballenas que tenían enredados artes de pesca en su cuerpo eran más pequeñas, con una disminución importante de su talla corporal en comparación con aquellos individuos que no habían sufrido este tipo de enmalle o enredo. Además, encontraron que las crías (ballenatos) de las madres que habían sufrido este “enredo” en artes de pesca eran más pequeños que sus congéneres cuyas madres no habían sufrido estos episodios. Este estudio fue realizado en una única especie, la ballena franca glacial, de la cual se ha observado una disminución de tamaño desde 1981.

Las consecuencias de estos episodios de “enredo” son de considerable importancia cuando estamos hablando especies con pequeñas poblaciones, como ocurre con la ballena franca glacial porque pueden afectar a la recuperación de especies que a día de hoy todavía se consideran amenazadas. Estos “enredos” afectan al éxito reproductivo de esta especie y también hay que tener en cuenta que si este nivel de “enredo” de artes de pesca es elevado o incrementa a lo largo del tiempo puede tener consecuencias letales en las ballenas que lo sufran.

Las artes de pesca a la deriva, las artes abandonadas en el océano e incluso las extensas redes y palangres que se disponen en el océano constituyen una amenaza importante para las especies con gran movilidad como son las ballenas, otros cetáceos, tiburones pelágicos e incluso tortugas marinas. Son una consecuencia de la perturbación más importante que ocurre en el océano que es la pesca intensiva, integrarla dentro de los programas de conservación marina constituye y constituirá un caballo de batalla para ésta y próximas generaciones.