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El no por el no

El PP estatal ofrece un nuevo No a cualquier iniciativa que se le presente desde el conjunto de la sociedad española y sus más altas instancias y representantes para aunar esfuerzos, ganar en responsabilidad y combatir la crisis. El PP canario por su parte se enroca en sus propias fobias, pecados y contradicciones e incluso ya hasta su socio de gobierno, le aclara que la difícil situación por la que atraviesa el archipiélago, obliga a otra actitud distinta a la del arrebato y el pataleo constante contra todo aquel que, en casa y fuera, defienda tesis distintas a las de su cada vez más cuestionado líder. El PP local, siguiendo al parecer lo que es una consigna más propia de quien quiera ganarse a pulso su propio harakiri político que algo de credibilidad, sigue empecinado en instalarse en la misma siembra de frustración, alarma inconsistente y creencia de que todos son de su igual condición, como si con eso fuera a recoger algo distinto al fracaso que ya representa su compañero de viaje en el pasado mandato. Justo y necesario es reconocer que algunas actitudes semejantes se dan también desde la otra orilla política, incluso desde aquellas que se sitúan en una especie de alergia a la llamada política actual que seguro también tiene sus pecados.

Seguro que a los millones de personas que están necesitadas de soluciones y respuestas a sus problemáticas, no les hace gracia alguna saber que algunos andan precisamente buscando que su situación familiar empeore para convertirlos sólo en un indicador o una tasa a mejorar, en un arma arrojadiza contra un adversario político. También hay quien se niega a todo por ocupar un titular, por ganar una notoriedad que precisamente ha perdido o no ha sabido ganar por deméritos propios y así dice NO al tren en Gran Canaria, NO al Gran parque aeroportuario, NO al consorcio turístico necesario para recuperar competitividad turística, NO a los grandes proyectos que esta isla necesita. No, porque no.

Más allá de nuestras fronteras, las derechas también parecen querer instalarse en el NO. En el NO a las modificaciones de fuerte calado que necesita el actual sistema capitalista para que no se repita esta crisis u otras, pero también a superar las enormes diferencias sociales y problemas medioambientales que lleva aparejado su actual modelo. En el No de Marruecos a salvar la vida y los derechos fundamentales de Aminatou y su pueblo por una simple pero a la vez triste cuestión de arrogancia y prepotencia alimentada y permitida por la Europa rica. En el NO de los países poderosos a salvar la vida en nuestro planeta haciendo fracasar la cumbre de Copenhague. En el NO del nuevo Nobel de la Paz a retirar sus tropas de Afganistán e Irak al tiempo que su país sigue siendo el principal productor y exportador de armamento en vez de alimentos. En el NO de la ONU, de la OEA, de la UE a ejercer el rol que tienen delegados para mantener el equilibrio, los derechos humanos, la democracia y la paz en sus campos y zonas de influencia.

Pareciera que algunos hubieran pasado del Si podemos al No queremos y punto. Pareciera como si en vez de evolucionar al mismo tiempo que las nuevas tecnologías de la comunicación, algunos estuvieran queriendo volver a los métodos de la caverna. Pareciera como si creyeran verdaderamente que se puede construir una realidad a su sola voluntad, a las bravas, a golpe de talonario, a redoble de tambores, a corneta y toque de arrebato, manejando como antaño a quienes siguen siendo la mayoría social.

Mejor si todos nos instalamos en el Sí podemos, sí queremos, sí debemos, porque ese es el papel que los ciudadanos realmente sí que nos están demandando.

* Alcalde y Presidente de Nueva Canarias en Telde.

Aureliano Francisco Santiago*

El PP estatal ofrece un nuevo No a cualquier iniciativa que se le presente desde el conjunto de la sociedad española y sus más altas instancias y representantes para aunar esfuerzos, ganar en responsabilidad y combatir la crisis. El PP canario por su parte se enroca en sus propias fobias, pecados y contradicciones e incluso ya hasta su socio de gobierno, le aclara que la difícil situación por la que atraviesa el archipiélago, obliga a otra actitud distinta a la del arrebato y el pataleo constante contra todo aquel que, en casa y fuera, defienda tesis distintas a las de su cada vez más cuestionado líder. El PP local, siguiendo al parecer lo que es una consigna más propia de quien quiera ganarse a pulso su propio harakiri político que algo de credibilidad, sigue empecinado en instalarse en la misma siembra de frustración, alarma inconsistente y creencia de que todos son de su igual condición, como si con eso fuera a recoger algo distinto al fracaso que ya representa su compañero de viaje en el pasado mandato. Justo y necesario es reconocer que algunas actitudes semejantes se dan también desde la otra orilla política, incluso desde aquellas que se sitúan en una especie de alergia a la llamada política actual que seguro también tiene sus pecados.

Seguro que a los millones de personas que están necesitadas de soluciones y respuestas a sus problemáticas, no les hace gracia alguna saber que algunos andan precisamente buscando que su situación familiar empeore para convertirlos sólo en un indicador o una tasa a mejorar, en un arma arrojadiza contra un adversario político. También hay quien se niega a todo por ocupar un titular, por ganar una notoriedad que precisamente ha perdido o no ha sabido ganar por deméritos propios y así dice NO al tren en Gran Canaria, NO al Gran parque aeroportuario, NO al consorcio turístico necesario para recuperar competitividad turística, NO a los grandes proyectos que esta isla necesita. No, porque no.