Espacio de opinión de Canarias Ahora
Capacidad, mérito y... que se rían de ti
Fui testigo, hace tan sólo unos meses, del desprecio que tienen algunos cargos de confianza de empresas públicas cuando tienen que valorar la capacidad y mérito, aplicando la igualdad de oportunidades, para un puesto de trabajo mediante un proceso selectivo. Un procedimiento realizado con rigor por una empresa especializada, con la comprobación de datos académicos, referencias profesionales, el estudio psicológico y valoración/evaluación respecto a los demás candidatos. En esta ocasión, el demandante era una empresa pública que gestiona dinero de todos los contribuyentes, quienes promovieron una convocatoria pública (por lo menos lo hizo, cosa poco habitual o casi inexistente en estas islas) para un puesto de trabajo que requería unos conocimientos, experiencia y habilidades acreditables. Al final, contrataron a quien le dio la gana por ajustarse al perfil, obligando a la empresa consultora a que enviara todos aquellos que había desestimado en la primera selección. Y ustedes dirán ¿a quién le importa esto? Pues calculen la de empleos que se han designado con el dinero de ustedes y mío sin rigor ni en busca del mejor, sino sólo para aparentar.
En realidad, esto viene a colación porque ayer se dieron a conocer los despidos y contrataciones para el ente público de Radio Televisión Canaria. Una empresa de información pública pagada con el esfuerzo y dinero de todos los contribuyentes canarios. Esta llamativa intervención (despido de un número destacado de profesionales y nombramiento de otros que los sustituyen) ha sido decidida por el Consejo recientemente constituido (después del esperado cese del ex director, el controvertido Willy García García). Sin embargo, considero que este nuevo Consejo se estrena con los mismos vicios y nepotismo que los anteriores desde (creo) el comienzo de este ente público. No se ha buscado, entiendo, de forma pública y transparente, a los profesionales de más capacidad y mérito para desarrollar su trabajo en el medio público (de todos) sino que han designado a dedo a aquellas personas (no menosprecio su valía) que les parecieron más próximas a sus criterios (ignoro cuáles son esos criterios, porque los discursos que han dado hasta ahora son tópicos poco esclarecedores).
Yo creo que ese supuesto criterio fracasa desde el momento en el que un medio público se convierte en un ente de contrataciones arbitrarias y sin transparencia (curiosamente, esta semana tomó posesión el nuevo cargo de Comisionado de Transparencia, a ver qué dice...), ya que ése es el espíritu de la Ley 13/2014, de 26 de diciembre, de Radio y Televisión Públicas de la Comunidad Autónoma de Canarias. Una Ley que arranca en su Exposición de Motivos afirmando que “Esta nueva ley trata de generar el marco normativo adecuado para que esta institución [el ente RTVC] potencie sus objetivos primigenios y que no son otros que satisfacer el ejercicio del derecho fundamental a la información de la sociedad canaria, además de las necesidades de información, cultura, educación y entretenimiento así como contribuir a la cohesión territorial de las islas, aspecto fundamental de este servicio público de información. El fortalecimiento de estos principios pasan por dotar al ente público RTVC de un régimen jurídico que refuerce su transparencia, objetividad e independencia...”
Puedes seguir leyendo esta información en el siguiente enlace
Fui testigo, hace tan sólo unos meses, del desprecio que tienen algunos cargos de confianza de empresas públicas cuando tienen que valorar la capacidad y mérito, aplicando la igualdad de oportunidades, para un puesto de trabajo mediante un proceso selectivo. Un procedimiento realizado con rigor por una empresa especializada, con la comprobación de datos académicos, referencias profesionales, el estudio psicológico y valoración/evaluación respecto a los demás candidatos. En esta ocasión, el demandante era una empresa pública que gestiona dinero de todos los contribuyentes, quienes promovieron una convocatoria pública (por lo menos lo hizo, cosa poco habitual o casi inexistente en estas islas) para un puesto de trabajo que requería unos conocimientos, experiencia y habilidades acreditables. Al final, contrataron a quien le dio la gana por ajustarse al perfil, obligando a la empresa consultora a que enviara todos aquellos que había desestimado en la primera selección. Y ustedes dirán ¿a quién le importa esto? Pues calculen la de empleos que se han designado con el dinero de ustedes y mío sin rigor ni en busca del mejor, sino sólo para aparentar.
En realidad, esto viene a colación porque ayer se dieron a conocer los despidos y contrataciones para el ente público de Radio Televisión Canaria. Una empresa de información pública pagada con el esfuerzo y dinero de todos los contribuyentes canarios. Esta llamativa intervención (despido de un número destacado de profesionales y nombramiento de otros que los sustituyen) ha sido decidida por el Consejo recientemente constituido (después del esperado cese del ex director, el controvertido Willy García García). Sin embargo, considero que este nuevo Consejo se estrena con los mismos vicios y nepotismo que los anteriores desde (creo) el comienzo de este ente público. No se ha buscado, entiendo, de forma pública y transparente, a los profesionales de más capacidad y mérito para desarrollar su trabajo en el medio público (de todos) sino que han designado a dedo a aquellas personas (no menosprecio su valía) que les parecieron más próximas a sus criterios (ignoro cuáles son esos criterios, porque los discursos que han dado hasta ahora son tópicos poco esclarecedores).