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Casa de Colón: raíces y proyección de futuro

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La Casa de Colón es uno de los espacios culturales más significativo y apreciado por los hombres y mujeres de Gran Canaria y por quienes nos visitan. Identifica y realza a Vegueta, un enclave histórico y arquitectónico único en el mundo y  en su interior da cobijo a fondos bibliográficos, archivos de nuestra historia, pinturas… un legado que documenta la evolución de Canarias, su relación con Latinoamérica y con el Atlántico que nos determina como isleños.

Celebramos en estos días el 70 aniversario de su creación y valoramos la aportación que esta querida institución ha realizado para destacar el papel que Gran Canaria ha tenido en la relación y la comprensión de los países hermanos de Latinoamérica, que fueron territorios colonizados primero y luego tierras de emigración. Allí nos permitieron sobrevivir en tiempos insoportables de crisis y hambrunas. Ese intercambio conformó lazos estables que nos han convertido en un pueblo con raíces tricontinentales.

A partir de las elecciones democráticas de 1978, la Casa de Colón abrió sus puertas a una relectura de la relación canaria y española con América y superó, en múltiples e intensos debates, la visión legitimadora de una conquista que tuvo claros y oscuros, como todas las conquistas. Hoy debemos celebrar el papel democrático y crítico que la Casa de Colón ha jugado  enriqueciendo la tradición liberal y progresista de Gran Canaria.

Al visitar la Casa de Colón, al recorrer sus salas, disfrutar de su contenido, comprobamos que Canarias es singular, que tiene señas históricas, culturales, económicas o políticas que la caracterizan, que la hacen un pueblo diferente. Esta Casa Museo custodia, con todo el rigor de la ciencia histórica, las evidencias, los textos, las actas de las acciones que los canarios hemos protagonizado a lo largo de los siglos y que se condensan en estos bellísimos patios y en esta riqueza conservada durante siglos.

Es muy importante para nuestra memoria reconocer que este tesoro que nos enorgullece ha sabido liberarse de todas las connotaciones que la dictadura quiso adosar a esta iniciativa y que en este tiempo democrático se ha convertido en un espacio de reflexión, de creación, de investigación y de afirmación de los rasgos que definen la canariedad contemporánea y la atlanticidad. La Casa de Colón constituye un espacio para la memoria, pero también para el futuro. Es la apuesta cultural que necesitamos liderar para encontrar el horizonte de confianza que requerimos para salir del momento duro que padecemos.

La celebración del 70 aniversario de la creación de la Casa de Colón nos brinda la ocasión de analizar, con perspectiva histórica, uno de los proyectos culturales y educativos más importantes desarrollados en las islas en el último siglo. Pretendió suplir la carencia de un espacio universitario para una población que lo demandaba y que tenía la necesidad apremiante de poner fin a la marginación educativa que durante siglos caracterizó la realidad insular. Un espacio que, en ese momento, consolidaba privilegios para determinados territorios y clases sociales, así como un modelo de formación y de divulgación del conocimiento arcaico, clasista e insolidario.

La Casa de Colón, por el contrario, surge como una respuesta innovadora y de gran rigor científico y académico.   Combina en un mismo lugar el núcleo fundacional de Las Palmas de Gran Canaria, un espacio museístico de atracción mundial e importantes recursos para la gestión cultural pública bajo el liderazgo del Cabildo de Gran Canaria en uno de sus periodos de expansión más destacados.

Hace 70 años, la isla de Gran Canaria presentó en sociedad un proyecto cultural, científico, histórico, turístico y un nuevo complejo arquitectónico que dinamizó la sociedad y el centro histórico de la capital. Al igual que en los años 30 Néstor Martín-Fernández de la Torre sentó las bases de lo que podría ser un modelo de atracción turística basado en el tipismo y que tuvo como máximo exponente el Pueblo Canario y el Parador de Tejeda, sus discípulos pondrían en marcha otros proyectos que enriquecerían aquella nueva fórmula para complementar la oferta cultural de esta isla. La recreación de lo canario iniciada por el gran artista, se extendió al casco histórico de Vegueta y a lo que entonces eran unos edificios poco llamativos, construidos en diferentes siglos, para levantar una singular construcción que hoy es uno de los mayores reclamos de la isla.

La aportación de un arquitecto enamorado de los elementos clásicos de la arquitectura, Secundino Suazo Ugalde, sienta las bases de una reforma que une varias edificaciones de distintas épocas, para convertir todo en un conjunto que intenta dar cabida a las necesidades que se le plantean por los promotores. El resultado es el que hoy toda la sociedad aplaude y utiliza como referencia para las visitas de amistades o familiares y para encontrar ese oasis de paz y del murmullo de agua del Pilar Nuevo. Re-crear el casco histórico fue una gran oportunidad para que la imaginación de Néstor Álamo pudiera crear la leyenda en torno a Colón y a la ciudad de las anécdotas con aires de misterio

En aquellos momentos, la necesidad de espacios para la cultura eran extraordinarias por la manifiesta insuficiencia de recursos. De ahí que las aportaciones de Antonio Rumeu de Armas al proyecto fueran determinantes para crear un nuevo modelo que intentaría suplir estas carencias, aunque su formación y su vocación permitieron un proyecto cultural y académico de gran nivel, capaz de suplir en parte las necesidades de la población isleña y dotar a la isla de una oferta cultural que podía competir con la programación que ofrecían las ciudades que en aquellos años contaban con una Universidad.

Desde sus orígenes, gracias a esa visión de las necesidades del presente y su proyección futura, la Casa de Colón incluye en sus objetivos el desarrollo de estudios científicos y actividades culturales, con vistas a la consecución de la Universidad Internacional Pérez Galdós como alternativa académica para una isla carente de estudios superiores, salvo los de magisterio o comercio. Por ello se elabora un minucioso documento para el nuevo Patronato de la Casa de Colón en el que se detallan sus actividades, además de la gestión del Museo Colombino, con el objetivo de crear un Instituto Colombino de Cultura Hispánica, una línea editorial a través de la Biblioteca Atlántica, así como la puesta en marcha de un Anuario de Estudios Atlánticos. Este Patronato, además, acogería temporalmente varios organismos autónomos: el Archivo Histórico Provincial, el Museo de Bellas Artes y la Biblioteca Provincial, dotado además de sala de exposiciones y conferencias. Con este proyecto se puso en marcha la primera etapa de la Casa de Colón bajo la dirección de Néstor Álamo, entre 1955 que fue la fecha real de apertura al público y 1964, cuando finaliza la etapa de Néstor Álamo. Esta etapa también se centra en la celebración de los Premios Viera y Clavijo, Tomás Morales y Pérez Galdós.

A partir de 1966 Alfonso de Armas Ayala, da un nuevo impulso a la política de investigación y difusión cultural, planteando la creación de la Universidad Internacional de Canarias Pérez Galdós y los Coloquios de Historia Canario Americana. Afianza los avances alcanzados durante la dirección de Ventura Doreste con la apertura del Museo de Bellas Artes al que incorpora los fondos del Museo del Prado de los que disponía la Casa de Colón como centro colaborador.

En 1991 pasa a ser directora Elena Acosta, por primera vez en la historia de la institución una mujer asume esta competencia con el encargo de dinamizarla y adaptarla a los nuevos tiempos. Su dirección está permitiendo consolidar, renovar y abrir la Casa a la sociedad en general. La evolución cultural de Gran Canaria no puede entenderse durante los últimos 70 años sin la contribución de la Casa de Colón y sin el rigor y la apertura de Elena. Al crecer y pensar en clave de futuro, la Casa de Colón ha ido alumbrando  nuevas iniciativas como  la creación del Archivo Histórico Provincial o la apertura del Centro Atlántico de Arte Moderno, que recoge gran parte del patrimonio artístico que había reunido el Cabildo y que gestionaba la Casa de Colón. La próxima apertura del Museo de Bellas Artes, también será una expresión de la semilla que creció y maduró en las salas de esta institución septuagenaria.

El futuro de esta Casa, de estos patios, de sus galerías, de  sus emblemáticas portadas de piedra de cantería de color ocre o verde, dependerá de nuestra sociedad isleña. Hemos convertido este recinto en uno de nuestros referentes urbanos por el acierto de este sitio re-creado o reinventado por aquellos visionarios hace 70 años. Estamos comprometidos desde el Cabildo de Gran Canaria a impulsarlo como centro creador de cultura canaria y espacio científico de diálogo con América, Europa y África.

Es tiempo de dar las gracias a los centenares de trabajadoras y trabajadores, investigadores, artistas, historiadores, arqueólogos, profesionales en general, que han hecho grande esta Casa que nos acoge y nos representa como comunidad. Este aniversario nos permite, además, otear la próxima conmemoración del 550 aniversario de la fundación de Las Palmas de Gran Canaria y seguir tejiendo los lazos que nos acercan a nuestras raíces y abren ventanas a un futuro que debemos reconquistar.