Treinta años llevaba esperando Coalición Canaria para un día como el 17 de agosto de 2023, fecha en la que se elegía a los miembros de la Mesa del Congreso de los Diputados. Tres décadas desde que fue fundada Coalición Canaria para llegar al poder en el archipiélago tras una moción de censura al socialista Jerónimo Saavedra.
Diez mil novecientos cincuenta días han pasado para que por fin Coalición Canaria tuviera la oportunidad de su vida de tener su día clave de protagonismo total o sus diez minutos de gloria. Al final ni una cosa ni la otra. Tantos años perdidos para que finalmente el día D hiciera el ridículo nacional televisado en directo, votando a favor del perdedor y quedándose con la miel en los labios.
El disputado voto de la señora Cristina (Valido) no tuvo punto de comparación con el disputado voto del señor Cayo. Dónde va a parar. La canariona afincada en Tenerife siguió a rajatabla las fatales y equivocadas directrices de su partido, que a última hora decidió regalar su voto al PP para que su portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, lograra la Presidencia del Congreso de los Diputados.
Tras las elecciones generales del 23 de julio, Coalición Canaria se frotaba las manos al entender que su voto iba a ser clave gracias a que sus otrora aliados catalanistas iban a vender demasiado caro su voto al PSOE. Coalición Canaria quería también aprovecharse de la situación pero el voto canarista iba a resultar mucho más barato que el de los nacionalistas e independentistas catalanes.
La única diputada de CC estuvo jugando al gato y al ratón durante los días previos a la elección de la Mesa del Congreso. Cuando los periodistas le preguntaban en Madrid, solo respondía que su voto le iba a salir caro al PSOE y al PP. Valido quiso dar la impresión de que Coalición Canaria era equidistante a los dos grandes partidos nacionales cuando en Canarias todos sabemos de qué pie cojean estos nacionalistas. Por algo se creó Nueva Canarias, que si hubiese tenido un diputado como en la pasada legislatura no se habría hablado tanto del disputado voto de la señora Cristina, que ayer no pudo errar más en su decisión final.
Los únicos que apoyaron ayer al PP fueron la diputada de Coalición Canaria y el diputado de Unión del Pueblo Navarro. Lo de este último se entendía porque desde siempre ha sido la marca del PP en Navarra pero la decisión de Coalición Canaria ha sido el hazmerreír de toda España.
Cuca Gamarra solo logró ciento treinta y nueve votos: los ciento treinta y siete suyos y los dos de UPN y CC. Tanto el PNV como Junts per Catalunya, habituales compañeros de viaje y aliados de Coalición Canaria en las elecciones europeas, se desmarcaron de los nacionalistas canarios, que fueron tan por libre que al final hicieron el ridículo más peripatético.
Si lo que pretende Coalición Canaria es lograr más contrapartidas del Gobierno de España, eligió mal porque prefirió a los perdedores que van a estar cuatro años en la oposición. A ver cómo cuentan ahora el cuento de que no son de derechas ni de izquierdas sino simplemente canarios que buscan lo mejor para las islas.
Francamente resulta muy difícil encontrar lo mejor para Canarias apoyando a la oposición en vez de al gobierno. Ni siquiera el PNV y Junts per Catalunya, que son posiblemente más de derechas que Coalición Canaria, dieron el voto a la candidata de Feijóo.
Los nacionalistas canarios han hecho tanto el tonto que ni siquiera la propuesta de Fernando Clavijo de que presidiera el Congreso un miembro del PNV fue considerada por nadie. Ni por el PSOE ni por el PP, ni siquiera por el propio PNV. Para una vez que lo tenían a huevo, los nacionalistas canarios han actuado en Madrid de manera errática y contraproducente, apostando por el perdedor cuando hasta ahora si de algo se caracterizaba Coalición Canaria era por apostar siempre a caballo ganador porque desde la oposición no te dan ni regalan nada.
Tras esta pifia de Coalición Canaria, al menos ya sabemos dos cosas que antes intuíamos pero no teníamos certificadas. La primera es que Coalición Canaria es definitivamente de derechas, por si había alguna duda, y la segunda, que es un partido liderado por ineptos.