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El camino correcto para un Primero de Mayo combativo y unitario

El Primero de Mayo es una jornada para la reivindicación y la lucha de toda la clase asalariada, de todas sus organizaciones y partidos. Si ya era lamentable el deterioro que su expresión ha ido adquiriendo en Canarias en las últimas décadas, reduciéndose a una fragmentada y descafeinada ceremonia de cada sindicato, mantener en las actuales circunstancias esa división y ese paripé no es sino una traición difícil de explicar, salvo tributo de pleitesía a los capitalistas.

Como bien ha expresado la compañera Meri Pita, de la Coordinadora Sindical Canaria, “detrás de todas estas siglas sindicales hay miles de trabajadores que están esperando que demos ese paso”. Y esos miles, decenas de miles, de trabajadoras y trabajadores son quienes sufren en su propia carne la brutalidad de un sistema capitalista en descomposición, cuya recesión golpea en el salario, en el empleo, en la cesta de la compra. Teniendo en cuenta que, si esto es así en los centros imperialistas norteamericanos y europeos, de forma mucho más devastadora lo sufrimos en una colonia como Canarias.

Las cifras son incontestables. Superamos el 22% de paro oficial reconocido, que se ha duplicado en un solo año. A este ritmo, podemos alcanzar los 400.000 parados reales a finales de 2009. El salario medio de las canarias y los canarios, que ya era un 20% inferior al de los españoles, seguirá cayendo en picado. Decenas de miles de desempleados agotan sus prestaciones en los próximos meses. Miles de familias tienen a todos sus miembros en el paro. Más de cien mil personas pasaron por los comedores de beneficencia en 2008, mientras el propio Estado reconoce a casi 600.000 bajo el umbral de la pobreza.

No es una realidad que permita a los liberados sindicales seguir como si tal cosa, cada uno en su propio chiringuito y en su propia puesta en escena, reduciendo el 1º de Mayo a una “misa” que se oficia por cumplir. Quienes obstaculicen una jornada unitaria y combativa demostrarán así su papel, no ya de traidores, sino de agentes de la burguesía en nuestras propias filas.

Por eso aplaudimos cuando la Coordinadora Sindical Canaria se lía la manta en la cabeza y apuesta por la unidad por encima de viejos odios, intereses de grupo y rencillas anacrónicas. En palabras de la propia Meri Pita, hay que hacer “todo lo posible y quizá lo imposible” por lograr un 1º de Mayo unitario, con todos los partidos y todos los sindicatos de la clase obrera.

Es hora también de que, además de unitaria, esta jornada sea “roja”, es decir, de que las trabajadoras y los trabajadores empiecen a plantear sus alternativas al patético y doloroso esfuerzo por mantener el capitalismo. Esto es, hay que empezar a unirse en torno a reivindicaciones básicas y fundamentales en el momento presente, que nos sirvan para avanzar y nos saque del estado de simples lloros y lamentaciones.

Así, hay dos objetivos básicos que los comunistas planteamos que se pongan inmediatamente en el orden del día de este 1º de Mayo: la nacionalización de la banca y la universalización de una renta básica de supervivencia.

El fracaso de toda la economía política burguesa pone bien a las claras que las propuestas de salida a la crisis capitalista tienen que venir de las filas de la clase obrera. Frente a la política de seguir entregando dinero a espuertas a los grandes bancos a cambio de nada, los trabajadores debemos poner sobre la mesa nuestra propia posición, esto es: que los bancos y grandes corporaciones financieras pasen a ser propiedad de todo el pueblo. De forma que puedan ser gestionadas con criterios de interés colectivo y no de acaparamiento para volver a la especulación pura y dura en el futuro.

A la vez, y mientras tanto, hay que garantizar que el sufrimiento de los asalariados y del conjunto del pueblo sea el menor posible, Y eso exige que, al menos, tengamos para comer y vivir. Hay que exigirle a los capitalistas y sus gobiernos, que tanto han despilfarrado hasta ahora, que se garantice una renta básica para todos.

Desde el PRCC haremos todo cuanto esté en nuestras manos para que este Primero de Mayo sea la señal para que la clase trabajadora canaria dé un golpe de timón y empiece a coger las riendas de su destino en sus propias manos, aparcando a un lado la desidia, la mentalidad derrotista, el burocratismo y la división. Las compañeras y los compañeros de la Coordinadora Sindical Canaria cuentan con todo nuestro respaldo, nuestro empuje y nuestro aplauso.

* Militante del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC) Teodoro Santana

El Primero de Mayo es una jornada para la reivindicación y la lucha de toda la clase asalariada, de todas sus organizaciones y partidos. Si ya era lamentable el deterioro que su expresión ha ido adquiriendo en Canarias en las últimas décadas, reduciéndose a una fragmentada y descafeinada ceremonia de cada sindicato, mantener en las actuales circunstancias esa división y ese paripé no es sino una traición difícil de explicar, salvo tributo de pleitesía a los capitalistas.

Como bien ha expresado la compañera Meri Pita, de la Coordinadora Sindical Canaria, “detrás de todas estas siglas sindicales hay miles de trabajadores que están esperando que demos ese paso”. Y esos miles, decenas de miles, de trabajadoras y trabajadores son quienes sufren en su propia carne la brutalidad de un sistema capitalista en descomposición, cuya recesión golpea en el salario, en el empleo, en la cesta de la compra. Teniendo en cuenta que, si esto es así en los centros imperialistas norteamericanos y europeos, de forma mucho más devastadora lo sufrimos en una colonia como Canarias.