Espacio de opinión de Canarias Ahora
Las cosas de Suárez Gil
Durante sus años en la Cámara de Comercio Suárez Gil consiguió formar un lio monumental con Fuerteventura y Lanzarote, y logró la creación independiente de las cámaras conejera y majorera. Todo un record. Después se retiró a Miami, dicen algunos jocosos y chistosos, alineado con la mafia anticastrista de Florida. Tras su desaparición de la Cámara de Comercio, las relaciones de esta institución, y la Confederación Canaria de Empresarios presidida por Sebastían Sánchez Grisaleña viven la mejor época de relaciones empresariales. José Miguel Suárez Gil, antes de este último vodevil peligroso de armas tomar, tiene todavía pendientes numerosos juicios por labores poco edificantes. Ahora se enfrenta a una triple acusación, y entre ellas a la de violencia de género, que ahora mismo no está bien vista en el siglo XXI. Es un triste final para un machista ejerciente desde su más incipiente juventud. Hace casi cincuenta años decíamos en la Escuela de Comercio: “las cosas de Suárez Gil”. La frase sigue de plena actualidad. Ayer un amigo de la época me llamó, y en relación a todas las armas que posee Suárez Gil, va y me dice con sorna: “Chacho, a lo mejor ha cambiado mucho y quería organizar una guerrilla revolucionaria en la Cumbre de Gran Canaria con tantas armas”. Las cosas de Suárez Gil.
Durante sus años en la Cámara de Comercio Suárez Gil consiguió formar un lio monumental con Fuerteventura y Lanzarote, y logró la creación independiente de las cámaras conejera y majorera. Todo un record. Después se retiró a Miami, dicen algunos jocosos y chistosos, alineado con la mafia anticastrista de Florida. Tras su desaparición de la Cámara de Comercio, las relaciones de esta institución, y la Confederación Canaria de Empresarios presidida por Sebastían Sánchez Grisaleña viven la mejor época de relaciones empresariales. José Miguel Suárez Gil, antes de este último vodevil peligroso de armas tomar, tiene todavía pendientes numerosos juicios por labores poco edificantes. Ahora se enfrenta a una triple acusación, y entre ellas a la de violencia de género, que ahora mismo no está bien vista en el siglo XXI. Es un triste final para un machista ejerciente desde su más incipiente juventud. Hace casi cincuenta años decíamos en la Escuela de Comercio: “las cosas de Suárez Gil”. La frase sigue de plena actualidad. Ayer un amigo de la época me llamó, y en relación a todas las armas que posee Suárez Gil, va y me dice con sorna: “Chacho, a lo mejor ha cambiado mucho y quería organizar una guerrilla revolucionaria en la Cumbre de Gran Canaria con tantas armas”. Las cosas de Suárez Gil.