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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Detrás de la raya, por favor

El fuerte protocolo que rodea una visita de los reyes hace que la diferencia entre el público y un periodista es que el profesional de la comunicación puede estar por delante de las vallas de seguridad cuando las hay, pero, quitando que se puede acceder a las instalaciones que se visitan, poco más.

Y es que el papel de la prensa en estos actos es simplemente la de transmitir una imagen modélica de la monarquía española y, a no ser que algún asistente le eche en cara algo a sus majestades o los reciban con abucheos, lo lógico en estos actos es la genuflexión de la gente y autoridades ante la corona.

Un claro ejemplo de este empeño de transmitir la buena imagen de los reyes tuvo lugar durante la visita a Taliarte, cuando uno de los miembros de seguridad no permitió, con chulería y malas maneras, realizar fotografías a las afueras de las instalaciones cuando no había ninguna de las personas preparadas para recibir con vítores a los monarcas. Una vez llegaron los curiosos que querían saludar a Felipe y Letizia, los fotógrafos ya pudieron continuar su trabajo, eso sí, detrás de la raya por favor.

Lo cierto es que el papel de los periodistas y medios gráficos en estos lugares se reduce a hablar con el público, algún político que se preste y describir lo que pasa. Y es que en un mundo ideal los reyes realizarían una rueda de prensa o un canutazo, como se conoce en el gremio cuando se rodea con micrófonos a una persona para recoger unas declaraciones. ¿Se lo imaginan? La reina opinando sobre la detención de su compiyogui Javier López Madrid, o el rey contando qué tal está la infanta Cristina tras la condena a su marido.

Otra cosa son los discursos que se dan. El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, aprovechó su turno de palabra para decir que el Archipiélago tiene que apostar por más campos aparte del turismo para impulsar la economía y el empleo y lo ejemplificó con el Plocan, donde el Ejecutivo autonómico pone el 50% del presupuesto. Se le olvidó mencionar que a pocos kilómetros de Telde está el Instituto Tecnológico de Canarias que quiere desmantelar.

¡Ah por cierto! Cómo se nota que ya no tenemos ningún político canario en el Gobierno de Madrid que en la visita no estuvo presente ningún ministro.

El fuerte protocolo que rodea una visita de los reyes hace que la diferencia entre el público y un periodista es que el profesional de la comunicación puede estar por delante de las vallas de seguridad cuando las hay, pero, quitando que se puede acceder a las instalaciones que se visitan, poco más.

Y es que el papel de la prensa en estos actos es simplemente la de transmitir una imagen modélica de la monarquía española y, a no ser que algún asistente le eche en cara algo a sus majestades o los reciban con abucheos, lo lógico en estos actos es la genuflexión de la gente y autoridades ante la corona.