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La economía y el río

Miguel Sagaseta

El Gobierno del Reino de España de Mariano Rajoy se vanagloria por la mejoría de la economía y por la creación de empleo. Incluso se atreve a realizar una comparativa con el resto de países de la UE subrayando que somos el país que encabeza la recuperación económica en el viejo continente. Frases como: “Ya no somos el problema de Europa, sino los que más crecemos”, dicha por el ministro de economía Luis de Guindos, o “Éramos el enfermo, pero ahora somos los que más empleo creamos”, expuesta por el propio Rajoy, son dos ejemplos de ello.

Algunos pueden pensar que todo esto es una broma, un chiste de mal gusto, pero no, es tan real como la vida misma. Lo dicen. Además, para que no quepa duda, lo dicen estando sobrios y sin echarse unas risas mientras tanto. Para la gente decente de este país, todo esto es surrealista, ni la imaginación del mismísimo Federico Fellini pudo alcanzar nunca tal nivel de surrealismo.

En lo relativo a la mejora de la economía, lo primero que cabe preguntarse es: ¿para quién mejora? Las “espectaculares” cifras económicas de las que fanfarronea Rajoy me recuerdan a aquel río que cantaba Atahualpa Yupanqui en su canción “Trabajo, Quiero Trabajo”, a aquella estrofa que decía:

“El río es puro paisaje,

Lejos sus aguas se van,

Pero mis campos se queman

Sin acequias ni canal“.

Resulta evidente que la citada recuperación económica no solo es que no afecta a todos en igual medida, sino que única y exclusivamente beneficia a la clase dominante, a la oligarquía, a los opresores, a los favorecidos. Mientras que a los oprimidos, a los desfavorecidos los hunde cada vez más en el fondo del pantano.

Un ejemplo claro son los datos de la contabilidad nacional publicados recientemente por el INE -organismo que no es sospechoso pues depende del Gobierno-, que establecen que el excedente bruto de explotación de las empresas españolas durante el 2º trimestre del 2015 en comparación con el mismo período del 2008 -antes de la crisis capitalista- apenas sufre diferencias, fue tan solo un 1,3% menor. Mientras que en la comparativa de los datos referidos a la remuneración del conjunto de los trabajadores españoles entre los mismos períodos, se aprecia una caída brutal de más del 8%, pasando de 142.453 a 130.727 millones de euros. Estos datos de contabilidad nacional también muestran que en el 2º trimestre del 2015, las empresas ganaron 6.000 millones de euros más que en su homólogo del 2011, lo que corresponde a exactamente lo mismo que disminuyeron los salarios. ¿Entonces quién está sufriendo y quien está pagando la crisis?

Pero esto no ocurre por ciencia infusa, ni por castigo divino, acontece porque el Gobierno de la derecha ha creado las condiciones materiales para que suceda así. Es más, ha legislado para que no pudiese sobrevenir de otra manera. Su reforma laboral, sus privatizaciones y su régimen fiscal son las medidas que lideran tales condiciones.

El Estado que ha diseñado el Gobierno del PP es un claro exponente del Estado al que se refería Friedrich Engels cuando escribía “… faltaba una institución que no solo perpetuase la naciente división de la sociedad en clases, sino también el derecho de la clase poseedora de explotar a la no poseedora y el dominio de la primera sobre la segunda. Y esa institución nació. Se inventó el Estado”.

La segunda pregunta que procede realizarse es: ¿a costa de qué? Aquí la respuesta es clara y concisa: a costa de la aniquilación del estado social y de derecho materializado a través de infinitos recortes que se traducen en incalculables penurias y calamidades para la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país.

En lo referido al alardeo que hace el Gobierno de Rajoy en la creación de empleo, decir que se trata de una auténtica tomadura de pelo. Presumir en este Estado de la labor realizada en esta materia es simplemente grotesco. No sé si recuerdan que tenemos más de un 22% de parados -más de 5.100.000 desempleados-, más de un 50% de paro juvenil, más de un 40% de parados sin ningún tipo de cobertura...

Al oírlos hablar parece que inventaron la fórmula del agua con gas. Su “magnífico” invento es muy sencillo, lo podría efectuar hasta un niño de ocho años, simplemente consiste en hacer una reforma laboral que precarice el empleo hasta el punto en el que se permita cambiar cada empleo fijo por varios temporales a un precio de saldo -conviene recordar que más del 90% de los nuevos contratos en este país son temporales-. Y asunto concluido, a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

En definitiva, todo lo que dice la derecha española no es más que un conjunto de mentiras y medias verdades cuyo único fin es pretender engañar al pueblo español. Este comportamiento hace que derrotar al Gobierno del PP en las próximas elecciones generales sea la prioridad total y absoluta para todas las fuerzas progresistas que pretendemos una profunda transformación democrática en este país.

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